Para Alcancar La Bendicion

Para Alcanzar Bendición

1ra Pedro 3:8-13. Hemos sido llamados para heredar bendición, pero hay algo que debemos entender y es que tenemos una parte muy importante en el proceso para engendrar esas bendiciones, Dios nos regala los tiempos y la vida pero lo que la hace buena o mala tiene mucho que ver con nuestra actitud.

La Palabra está llena de principios y preceptos que de seguirlos al pie de la letra nos garantizan una vida bendecida y victoriosa, el reto es tener el carácter necesario para obedecer con humildad y esperar en fe los resultados de una vida enfocada en agradar a Dios más que a los hombres.

Dios busca hacedores de la Palabra y no solo oidores, debemos poner e obra lo que recibimos del Señor a través de Su Palabra, pues el Salmo1 declara que Dios hará prosperar todo lo que hacemos, no lo que pensamos o simplemente anhelamos.

Una dinámica que rinde buenos resultados es la de la siembra y la cosecha, se trata de hacer en otros lo que queremos que Dios haga por nosotros como si fuera una semilla.

Debemos hacer una lista de las cosas que queremos cambiar porque no agradan a Dios y una lista enumerando las semillas que vamos a plantar en otros para bendecirlos, pues todo lo que sembramos es lo que vamos a cosechar dice la Palabra, toda buena dádiva y todo don perfecto viene del Padre de las luces en el cual no hay sombra de variación.

En otras palabra podemos hacer una evaluación de las cosas buenas que tenemos y si queremos que se multipliquen debemos sembrarlas en otros; Dios nos da un grupo de recursos para administrar sean espirituales o materiales, y de aquel que queramos mayor bendición debemos sembrar.

Otro principio de gran importancia para alcanzar bendición es la palabra; tenemos que tomar control de lo que decimos sabiendo que el poder de la vida y la muerte está en nuestra lengua, hay poder en nuestras palabras, y debemos declarar bendición sobre cualquier situación por oscura que se presente, estamos llamados a pensad en todo lo bueno y justo, desechando cualquier sentimiento que no viene de Dios, y es que si podemos controlar de lo que pensamos también lo haremos al hablar.

Cada día es un regalo de Dios que debemos disfrutar y administrar de la mejor manera, hagamos la parte que nos corresponde para ver días de bendición por el resto de nuestras vidas.

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