Placas Tectonicas

PLACAS TECTÓNICAS

La teoría de la tectónica de placas establece que la corteza terrestre está constituida por varios bloques de roca de gran tamaño llamados placas tectónicas, los cuales se desplazan sobre la astenosfera y son afectados por la expansión del fondo oceánico debido al impulso que produce la salida de lava en aquellas zonas donde coinciden las corrientes convectivas de ascenso.

Algunas placas tectónicas principales y otras secundarias al separarse, generan una nueva corteza caracterizada por elevaciones como las dorsales oceánicas, que son grandes cadenas montañosas submarinas formadas a partir de la acumulación de lava.

Existen zonas donde las placas convergen y una se hunde bajo la otra (subducción), fenómeno que puede ocasionar el levantamiento de gigantescas cordilleras como los Alpes, los Andes, el Himalaya o bien la formación de trincheras, que son zonas de gran profundidad submarina, como la fosa de las Marianas de casi 11 km de profundidad. En otros casos, las placas se desplazan de forma lateral.

Comprender la dinámica de las placas tectónicas es fundamental para entender dónde y por qué se originan los sismos y los volcanes, ya que los bordes de las placas –al converger, separarse o desplazarse lateralmente entre sí- liberan enormes cantidades de energía que suelen producir grandes terremotos o erupciones volcánicas espectaculares.

La porción terrestre de nuestro país está situada sobre dos grandes placas tectónicas: la Norteamericana, que corresponde a la mayor parte del territorio nacional, y la del Pacífico, sobre la cual se extiende la península de Baja California.

La frontera entre estas dos placas está dada por la falla de San Andrés. El movimiento de estas placas ocasiona que la península de Baja California, junto con una pequeña porción al norte de la misma, se desplace hacia el noroeste 5 cm anuales, por lo que dentro de algunos millones de años formará una isla más en el océano Pacífico.

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