Plan De Gobierno De Alfonso López Pumarejo
Enviado por Daniela_Isaza • 26 de Octubre de 2014 • 1.700 Palabras (7 Páginas) • 519 Visitas
PLAN DE GOBIERNO: Su plan de gobierno se conoce como la "Revolución en Marcha" que comprende el periodo que va desde 1934 a 1938, llamado así para establecer el contraste entre el gobierno de Alfonso López Pumarejo y el de la Concentración Nacional presidido por Enrique Olaya Herrera (Presidente de la República entre 1930 y 1934). El liberalismo y las fuerzas populares y sindicales que acompañaron la revolución en marcha se movían en un mundo de extrañas paradojas, el ascenso de las reformas populares y la presencia del fascismo italiano, el falangismo español y el nazismo Alemán, fuerzas incidentes en nuestra vida por la propaganda desatada de los interesados, sus agencias de difusión ideológica y sus agentes en el país.
La Revolución en marcha, llevó a cabo un cambio en muchas instituciones, y con un pensamiento sobre la educación para la acción, buscando así que la enseñanza sirviera como capacitación para trabajos como la agricultura y demás labores que ayuden a la economía y al avance de un país, lo cual hizo que sin querer la escuela se convirtiera en un bien material que era instaurado para llenar y, no algo con cuidado y orden, que se mantuviera por encima de la multitud, logrando así calidad en un buen enseñar, Darío Echandía también haría su aparición en este capítulo de la vida Colombia bajo el mando del Ministerio de Educación. Como director quiso tratar temas de discriminación de razas y o religión, a su vez sería importante rescatar el querer evaluar al docente de manera más directa, mirando su capacidad para poder ejercer la enseñanza según su nivel de saber, todo esto lo puedo ejercer durante el debatir interno y políticamente ya repetitivo que se prolonga entre los diferentes partidos y mandatos de ambos lados, haciendo casi imposible una solo unión en beneficio de un bien común y más razonable y central para todos y no un tirar y jalar sin cesar o fin aparente, pero a su vez es rescatable el intento de crear una formación más justa más grata y eficaz en medio de este debatir.
La "Revolución en Marcha", constituida por una revisión a la constitución, una reforma agraria, una reforma fiscal y una reforma constitucional.
Desde los años 30 se venía emergiendo un proceso de industrialización, en mejoras en industria, transporte y comercio que posibilitaban el crecimiento en los ingresos de las élites y las clases medias, pero desconociendo a la clase emergente (el proletariado) compuesto por peones y campesinos. En razón de este proceso de industrialización, la educación en el programa político de López, se constituía como un factor trascendental. La educación para López debía diversificarse y especializar las formaciones a fin de ofrecer a la agricultura y a la industria el personal calificado.
Todo lo anterior requería además de la voluntad política, un presupuesto que permitiera materializar las reformas instauradas por el Ministerio de
Educación; sin embargo, en ese camino hubo grandes inconvenientes y críticas de parte de la oposición (liberales de derecha, conservadores e iglesia)
En cuanto a la educación popular y rural, el programa pretendía favorecer a las mayorías, y el ministro de entonces López de Mesa, privilegió la cantidad por encima de la calidad de la educación, en este sentido las reformas fueron más materiales que pedagógicas. En cuanto a lo financiero, el gobierno instaura nuevos impuestos que conduzcan al aumento del presupuesto nacional y en consecuencia el destinado a la educación, sin embargo aunque hubo un aumento sustancial las medidas fueron modestas si se consideraban las necesidades a nivel de infraestructura.
Durante la dirección del ministro de educación Luis López de Mesa (1934-1935) también se desarrollaron una serie de campañas y programas que propiciaron el mejoramiento de la higiene y la alimentación de la población escolar del país, ya que el ministro consideraba que sin un avance en estos aspectos sería imposible reformar la educación. En cuanto a la alimentación, se financiaron restaurantes escolares a los que se les entregaba un cuarto del presupuesto total de educación ($600.000). Esta iniciativa generó muchas críticas por parte de conservadores y liberales. Con lo cual se hizo notoria no solo esa actitud particular de los colombianos, donde la riqueza o estatus social de la mayoría depende de no dejar surgir al otro, sino también el temor de cualquier hecho que condujera a un posible levantamiento del proletariado para cuestionar el poder de las élites. Otros aspectos que tampoco tuvieron éxito fueron las escuelas normales rurales, puesto que sus alumnas rechazaban volver a las deplorables condiciones de las escuelas del campo, y la oficialización del método de los centros de interés de Decroly, pues aunque la iglesia lo despreciaba por anticlerical, los responsables de su fracaso fueron los maestros tradicionales que se negaron a modificar su rutina pedagógica.
Posteriormente, con la Reforma Constitucional de 1936, y durante la dirección de Darío Echandía en el Ministerio de Educación, parecía que los miedos de conservadores, liberales de derecha y de la iglesia empezaban a tornarse reales ya que la educación se volvía centralista y más política. La Reforma giraba en torno de tres ejes: democratización creciente, intervención del Estado y laicización. Ante esto, la reacción de
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