Plutarco Elías Calles. Calles pronunció un discurso en el cual sostuvo que se iniciaba la etapa institucional, y acababan los caudillos.

Plutarco Elías Calles

Era un joven robusto, de porte atractivo, espalda encorvada, torso ancho y vigoroso. 1.76 metros de estatura y 73 kilogramos de peso, sus piernas tenían una longitud levemente mas larga a la del promedio.

Con los años adquirió la costumbre de levantar los hombros y encorvar la espalda mientras echaba la cabeza hacía abajo. Facciones racias y pronunciadas, ojos de café intenso, hundidos, pómulos con un marcado relieve , dentadura profunda; casi no sonreía piel clara y gruesa, orejas grandes y ligeramente abiertas. Cabello castaño oscuro, y lacio que bajaba hacia sus ojos, en un principio se peinaba del lado izquierdo queriendo dar un aspecto de mas formalidad.

Desde pequeño, adquirió un temperamento fuerte, siento muy estricto pero a la ves muy rebelde, siempre yendo en contra de las costumbres como ir a la escuela, ahí es donde mas rebeldía mostró al sacar bajas calificaciones y llego a fugarse varias veces para irse a pasear con sus hermanos. Empezó a fumar desde pequeño y siempre tuvo un carácter como “del hombre de la casa” asumiendo responsabilidades como la de regañar a sus hermanos y “educarlos” en ciertos comportamientos. (Macías, R. C. 1995)

En los dos últimos años de su gobierno la situación interna, derivada de la protesta del pueblo, ante las disposiciones del gobierno tocantes a la iglesia católica, se tornó difícil hasta estallar en lucha armada. La rebelión cristera se intensificó, y en ciertas regiones la lucha se tornó violenta. Antes de terminar su gobierno se efectuó la reforma de los artículos 82 y 13 constitucionales, lo que hizo posible la reelección de Álvaro Obregón.

Cuando el presidente electo Obregón fue muerto por José de León Toral, Calles pronunció un discurso en el cual sostuvo que se iniciaba la etapa institucional, y acababan los caudillos. En 1929 funda el Partido Nacional Revolucionario (PNR). En dicho año fue secretario de Guerra y Marina para combatir a la rebelión escobarista, y después de Hacienda.

El inicio de la guerra cristera se da “al  decidirse los obispos por la resistencia al gobierno contaban con la fidelidad de los católicos y no se frustraron sus esperanzas. Su actitud fue un factor esencial de movilización, de exaltación. […] “ es evidente que una terrible lucha se emprende en nuestro país en contra de la santa iglesia católica…los atentados seguirán y las profanaciones se repetirán si nosotros los católicos no nos organizamos para hacer frente a nuestros enemigos, no con la fuerza de las armas, pues no es esa la fuerza de la Santa Iglesia, sino con la oración común[…]”  más tarde, al no ver respuesta y acciones del vaticano, la comunidad católica se revelo. “Los sacerdotes mas estrictos que nunca, en su mayoría acudieron a la teología y sin más considerándoos decretaron ilícito el levantamiento en armas de parte de los cristeros” . Los sacerdotes, en su gran mayoría nunca aceptaron el levantamiento en armas pero algunos si se unieron a la rebelión cristera tomando armas, defendiendo su religión. (Meyer, 2005)

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