Poder Presidencial Y Recursos Nacionales

Poder presidencial y recursos nacionales

introducción

Durante el periodo de gobierno del presidente Echeverría (1970 a 1976) y el de López Portillo (1976 a 1982) nuestro país entro en un periodo de crisis económicas continuas, como consecuencia de todos los problemas que los gobiernos anteriores habían dejado, cada uno de ellos busco la mejor manera de enfrentar dicha situación haciendo uso de los recursos nacionales.

El modelo de Desarrollo compartido de Echeverría, y sus cuantiosas inversiones con la finalidad de brindarle al país un respiro, ya que en esos tiempos numerosos padres de familia se quedaron sin empleo debido al gran número de empresas que habían cerrado.

Y por otro lado más adelante el movimiento de crecimiento económico acelerado del presidente López Portillo, que pretendía estabilizar a México y parar las crisis, ayudar a los más pobres.

Se puede apreciar que el poder presidencial está peleado con las buenas decisiones, ya que en ninguno de los dos gobiernos se lograron los objetivos y el país seguía quedando cada vez más en la banca rota.

A pesar de tener el tesoro negro en sus manos “petróleo”, y de haber pasado por el periodo de mayor demanda y precio elevado, solo contrajeron fuertes prestamos con la finalidad de intensificar la exploración y explotación del mismo, sin imaginar que a fines de 1977 los precios internacionales del crudo se derrumbaron y México quedo terriblemente endeudado.

DESARROLLO

Durante el gobierno de Echeverría, la crisis internacional provocada por la escasez de petróleo, aumentó de forma considerable el gasto público, emitiendo papel moneda sin valor y contratando deuda. Durante su mandato se dio la primera crisis económica desde el inicio del "Milagro Mexicano". Además, se lanzó a la compra de empresas al borde de la quiebra para sostener los empleos, pero a costa de ineficiencias y corrupción. Durante su gobierno se abandonó el tipo

La Constitución de 1917, en su artículo 27, buscaba que la propiedad de tierras y aguas correspondiera a la nación, y que esta pueda transmitir su dominio a particulares, condicionando a los extranjeros y excluyendo a la Iglesia. Tiene lugar entonces, un primer esfuerzo para que los mexicanos sean dueños de sus propios recursos y los principales beneficiarios de la explotación de dichos recursos. A partir de entonces, han existido, esporádicamente, intentos de una reforma agraria que lleve justicia a nuestros campesinos. Pero en la realidad, esa justicia nunca ha llegado.

Lo mismo sucedió con los recursos energéticos, en el periodo llamado de “El milagro mexicano”, que debería haber representado el paso de México, de un país de tercer mundo, o “en vías de desarrollo”, como demagógicamente le llamaron

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