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Porfirio Diaz :El Proyecto Modernizador


Enviado por   •  11 de Octubre de 2013  •  2.070 Palabras (9 Páginas)  •  1.277 Visitas

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Porfirio Díaz: El proyecto modernizador

Una idea aceptada por la mayoría de los autores que se refieren a este período, es que durante el gobierno de Porfirio Díaz, se sentaron las bases para el desarrollo capitalistas del país, logrando durante esta etapa, un gran crecimiento económico. Estimulado y logrado gracias al proyecto histórico porfirista, el cual se enmarcaba dentro de los esquemas y principios del liberalismo económico y respondiendo a dos fenómenos de gran importancia: Por un lado, la expansión del capitalismo mundial, al cual se incorpora México, colocándose dentro del esquema de la división internacional del trabajo. Incorporación que desde dentro se le trata de adecuar. Es decir, se trata de aprovechar como elemento dinámico que sirve como eje de atracción de todos los demás elementos que componen la economía del país, de tal manera que la vinculación con el exterior no sea un factor ajeno al funcionamiento de la economía, sino que, por el contrario, es un elemento, que aunque por sí mismo se abre paso, internamente se le preparan las condiciones para su entrada, convencidos, de que será la fuente del desarrollo capitalista; lo cual representa la contraparte de toda expansión imperialista: “... El esquema de desarrollo porfirista era sencillo y optimista. Se basaba en la convicción de que la vinculación de la nación con el exterior, habría de producir los impulsos básicos para ponerlo en el camino del progreso...”

Por otro lado, el proyecto porfirista es la consumación de la lucha interna por la hegemonía política que responde a un interés generalizado ya: el asentamiento de las bases y las normas para el funcionamiento pleno del modo de producción capitalista, lo cual, de alguna manera es la continuación de las tendencias generales del liberalismo de Juárez y Lerdo.

Así, por todo lo dicho anteriormente y dadas las condiciones en las que se encontraba el país, se imponía que las principales medidas para llevar a cabo el proyecto porfirista, debía basarse (y de hecho así fue), en una

“...adaptación administrativa interna, incluyendo el saneamiento de las estructuras fiscales; (...) construir un sistema de transporte y comunicación que de un solo golpe, se pensaba, habría de colocar a la nación, en el centro de la civilización moderna (...), explotar los abundantes recursos naturales de los que disponía la nación (...); también fundamental era la formación de un sistema crediticio moderno...”

Además de fomentar por otros medios, la inversión privada, y atraer sobre todo, capitales extranjeros. De la misma manera, contar con una organización financiera adecuada a las nuevas necesidades del país, creando para todo ello un marco jurídico que legítima tales acciones. Pero sobre todo, existía la idea de que para poder mantener al país en un constante crecimiento económico, era necesaria la paz política y social, por lo que en esta etapa hubo una amplia represión de los movimientos sociales. Además de que esa idea, entre otras cosas, posibilitó el que el Porfirio Díaz, mantuviera el poder tantos años.

El elemento que más destaca del proyecto porfirista, es la vinculación con el exterior, como requisito indispensable para el futuro desarrollo, y sobre el que más énfasis se puso. Por ello es que en esta época, se da una entrada maratónica de capitales extranjeros al país. Además de una violenta ampliación de la deuda externa, como reflejo de y para los mismos fines.

Según De la Peña, para finales de la época porfirista, la inversión extranjera había llegado a la suma de 3 400 millones de pesos; mientras que la deuda externa había pasado de 52 millones de pesos en 1890 a 441 millones en 1911.

El resultado de este proyecto histórico concreto, fue la organización y fortalecimiento de un Estado poderoso que responde a las necesidades de desarrollo capitalista.

De la Peña destaca el papel que jugó el Estado porfirista en la adecuación de las condiciones internas para facilitar la vinculación externa:

“...La creciente vinculación con el exterior fue convirtiéndose cada vez más a la economía en parte de la infraestructura económica del sistema capitalista mundial, En consecuencia, se desarrolló una superestructura dirigida a reproducir las condiciones de interiorización del capital externo y para sostener la articulación de relaciones de producción...”

Podemos ver, así, que el proyecto histórico del Porfirito se basa principalmente en la creación, preparación y adecuación de los marcos, en los que se desenvuelven las inversiones extranjeras, producto de la expansión imperialista no visto como una necesidad para éstas, (que la había), sino como una urgente necesidad de inserción al mundo capitalista, necesaria para llevarla a cabo, dentro del país, el desarrollo capitalista.

No se debe pensar, por lo dicho anteriormente, que solo con Porfirio Díaz, comienza a darse la vinculación externa. Muy por el contrario, éste ya existía. La diferencia es que con Porfirio Díaz, dicha vinculación toma las características de franca dependencia, ya que ésta, se convierte en una condición indispensable para llevar a cabo el desarrollo del país, y porque además, y tales vínculos se estrechan más y adquieren una nueva modalidad como consecuencia lógica.

Por otro lado, y en el mismo sentido, es necesario dejar claro que la penetración de capitales extranjero respondía, en lo interno, aun momento histórico determinado y a las necesidades concretas de las clases propietarias que se encontraban conformando el bloque en el poder.

Esto significa que la fuerza expansionista del imperialismo no es el factor determinante para la penetración y acomodo de los capitales extranjeros en el país. Son más bien las condiciones internas, tanto políticas como económicas, la correlación de fuerzas entre las diferentes clases y fracciones de clase; los elementos decisivos y determinantes para que aquello suceda. No podemos, como dice Contreras subordinar lo interno a lo externo y lo decisivo a los condicional, ya que ello cancelaría cualquier posibilidad de explicación científica y además, entraría en contradicción con la propia experiencia histórica, ya que

“... aún las más inicuas y arbitrarias intervenciones extranjeras -la guerra del 47 pongamos por caso- no se explican si no es a partir del peculiar estado de fuerzas, del grado de enfrentamiento o acuerdo de las clases hegemónicas, del nivel de la crisis económica-política del país agredido; las causas externas sólo pueden actuar a través de las causas internas...”

De aquí que se vuelva fundamental dejar sentado claramente cuáles fueron las condiciones internas que propiciaron la penetración

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