Primeras presidencias Uruguay.

PRIMERAS PRESIDENCIAS.

Hoy vamos a trabajar sobre las dos primeras presidencias de nuestro Estado que se dieron a partir de 1830, año en que comienza la etapa Constitucional del Uruguay.

Para comenzar el tema debemos tener en cuenta que para el año 1830 la realidad social de nuestro país era totalmente caudillesca. El Caudillo es un gaucho como los demás, por sus sentimientos y hábitos, pero más inteligente, más enterado, más enérgico, y más emprendedor, y que por eso obtiene mucho Prestigio, gracias a esas superioridades que tiene con respecto a los otros gauchos, que son los que depositan su confianza política en el caudillo y lo siguen. Ese caudillo es como el verdadero Jefe, y es en él que residen la autoridad y la fuerza.  O sea que básicamente es un gaucho más inteligente y enterado que los otros, y que tiene seguidores.
Como todos sabemos el Caudillo por excelencia del Uruguay fue José Artigas, pero después que Artigas se retiró hubieron otros Caudillos que fueron bien importantes para el Estado, los que se destacan son Lavalleja, Rivera y Oribe.
Igual no es que para ser caudillo lo que necesitas es ser gaucho y letrado, sino que cada caudillo tiene su propia forma de ser y de actuar, y ahí es que aparecen las diferencia entre ellos tres.
Podemos decir que Lavalleja, que era el Caudillo aquél que tuvo mucho prestigio desde 1825 con la Cruzada Libertadora y todas las otras intervenciones que tuvo, era un Caudillo que parece que siempre andaba “malo”, tenía una personalidad de que si algo no le gustaba él no quedaba nada contento, y con esa personalidad Lavalleja imponía respeto y miedo, pero a Lavalleja le faltaba ser más enterado, o sea le faltaba más estudio, y eso era lo que tenía Rivera, que fue un tipo muy amado por el pueblo, Rivera era un poco más letrado que Lavalleja y además era como el mejor amigo de los paisanos, pero a su vez además de mucho respeto le tenían un cierto miedo. Y después estaba Oribe, que era el Caudillo más letrado de los tres, era muy amigo del orden, y siempre seguía las leyes.
Es así entonces que tenemos los tres caudillos más importantes, el “rudo”, el “amado y respetado” y el “amigo del orden”.

En 1830, después de jurada la Constitución, se realizaron las primeras elecciones. Por Ley tenían que darse el último domingo de noviembre, pero se adelantaron porque había que regular lo cuanto antes la vida política del nuevo país.
Las primeras elecciones directas fueron bien precarias, no había padrones electorales, ni partidos políticos, el voto no era secreto, sino por escrito o de “viva voz” y se dice que los resultados eran fáciles de manipular o sea que era fácil que hubiera fraudes electorales. Pese a que no había partidos políticos, la gente se dividió en dos grandes grupos: los partidarios de Rivera y los de Lavalleja. Allí se eligió a Rivera como el Primer Presidente Constitucional del Uruguay, por 27 votos, contra 5 de Lavalleja. Algunos historiadores como Carlos Machado, dicen que esto fue “el fraude más escandaloso” y otros como Álvaro Díaz, dicen que esto fue “un auspicioso inicio de nuestra civilización electoral independiente” y señala que quién tenía en ese momento el poder era Lavalleja, que con estas elecciones resultó derrotado, y si entonces hubo fraude en las elecciones no fue suficiente.
Lavalleja pagó muy caro lo que había hecho en 1827 cuando disolvió la Sala de Representantes para proclamarse dictador. Pero no logró adaptarse a esta nueva situación, y comenzó desde el principio a preparar un asalto al poder, esa actitud tuvo porque se dio cuenta de que estaba perdiendo el Prestigio que tenía.

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