Proceso metodológico de un caso social

Proceso metodológico de un caso social.

a. Estudio c investigación:

Es el primer momento o fase del caso social. Consiste en la aplicación de un conjunto de técnicas e instrumentos que posibili¬ten la recolección de datos. Esta etapa permite la formulación del diagnóstico, que nos permite identificar el problema en toda su dimensión y naturaleza, sus relaciones con los distintos aspectos de la vida social y sus manifestaciones evidentes y patentes

B) Estudio social del caso

Empicamos aquí la expresión estudio social de preferencia al término más corriente de investigación para rechazar todo aquello que este término supone de restringido e inquisitivo; esperemos que la sustitución de una manera, de hablar, por otra provoque la modificación correlativa de la idea misma de ese trabajo social.

a) ESTRECHO VÍNCULO ENTRE ESTUDIO SOCIAL,

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

Nunca insistiremos bastante en que el estudio social de un caso, su diagnóstico y su tratamiento forman un proceso conti¬nuo; el remedio que se ha de poner a la situación poco satisfac¬toria, o dicho de otro modo, el tratamiento, está lógicamente basado en un juicio, es decir, en el diagnóstico, que a su YCZ se fun¬da en los hechos, en el estudio de la situación. Aunque este estudio continúa, se completa y retoca hasta la conclusión del caso, también es exacto que el tratamiento social empieza en el primer contacto entre el cliente y el caseworker, cuya acogida por parte del cliente presenta ya un valor terapéutico. En cuanto al diag-nóstico, impregna por completo la actividad del asistente social, que tiene en cuenta en todo momento la influencia que sus ob¬servaciones puedan ejercer sobre dicho diagnóstico.

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b) FINES Y ETAPAS DEL ESTUDIO SOCIAL

El caseworker no es .omnisciente; el cliente lo sabe, y acepta generalmente como 1a cosa más natural del mundo la necesidad de informar como es debido a la persona a quien va a consultar. Iluminado por esta colaboración del cliente, el caseworker debe llegar al conocimiento de los problemas que se hallen en causa, a comprender su aspecto objetivo, reflejado por la realidad de los hechos, y su aspecto subjetivo, es decir, la manera de ser perci¬bidos y vividos por el cliente.

c) PROBLEMA QUE EXPONE EL CLIENTE •

En general, el cliente recurre al servicio social para solicitar una ayuda determinada: socorro pecuniario, acomodo de un hijo, asistencia médica, etc. Su petición indica que una necesidad que el individuo considera esencial no está satisfecha.

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La necesidad de recurrir a un apoyo externo para resolver un problema inmediato crea siempre en el solicitante un estado emo¬tivo especial, en el que desempeña un papel importante el temor a ser un individuo inferior.

Si los servicios solicitados se prestan sin tener en cuenta los sentimientos del cliente, este se desmoraliza, porque se siente in--comprendido, humillado, expoliado, hostil, amargado, etc. Por consiguiente, hasta para prestar a los demás la ayuda material que solicitan es necesario comprender y tratar las reacciones emo¬tivas que las circunstancias han provocado.

Estas emociones se hallan ocultas en el fondo del corazón del cliente. Lo que el asistente social ve es un individuo tímido o ner¬vioso, taciturno o locuaz, desconcertado o dando muestras de se-renidad, agresivo y exigente o humilde y resignado. El asistente tiene que aprender a interpretar esas actitudes, a disipar la an¬gustia y a devolver al cliente su propia estimación concediéndole toda atención, recibiéndolo de manera discreta y confidencial y ayudándole a exponer lo que para él es de primordial, importan¬cia: su situación y sus necesidades.

Si el cliente se ve tratado con una frialdad glacial, con despre¬cio o con mal humor, de manera impersonal, precipitada o des¬preocupada, su angustia será mayor.

Al iniciar su estudio se ocupa más del presente que del pa¬sado. En realidad, el cliente, agobiado por las dificultades del mo¬mento, está deseando exponerlas. Sería muy poco oportuno obli¬garle a hacer abstracción de ellas para buscar recuerdos que tal vez le parecen completamente ajenos a sus problemas actuales, y, en todo caso, mucho menos importantes que estos. De este modo, se respeta un principio esencial del casework: partir del punto en que se encuentra el cliente. Más adelante, cuando el es¬tado emotivo de aquel lo permita, podrá extenderse al pasado el campo del estudio social.

d) ANTECEDENTES PERSONALES DEL CLIENTE

Al mismo tiempo que estudia el problema actual, el casewor¬ker debe tener bien presenté el hecho de que la situación que se le expone, por muy dramática, repentina e imprevista que pueda parecer, no es más que un eslabón en la cadena de las circuns¬tancias que han llevado al cliente a tener necesidad de su ayuda. Por tanto, debe procurar conocer los demás eslabones, esto es, la personalidad del cliente familiar y social.

Si sé siente coartado en cuanto se. ponen sobre el tapete deter¬minadas cuestiones (p.' ej., los conflictos entre padres e hijos o los problemas sexuales), probablemente es porque también él tie-ne dificultades en ese terreno y algún problema que no ha sabido liquidar. El autoanálisis, o en todo caso la ayuda externa, le da¬rán fuerzas para superar esta inferioridad.

Hagamos notar, por último, que aunque resulta un poco pa¬radójico decir que "nada tiene menos importancia que los he¬chos", es indudable que una sencilla sucesión de hechos consig¬nados con la fidelidad y la indiferencia glacial de un aparato registrador es una cosa muy poco significativa.

Lo que importa infinitamente más que un hecho es la influen¬cia que este ha ejercido sobre el cliente, la forma en que este lo ha apreciado y ha reaccionado ante él, es decir, cómo lo ha sen¬tido y vivido. Ser el mayor o ser el más pequeño de los hijos, perder a la madre e ir a un asilo, entrar como aprendiz o casar¬se, son acontecimientos que tienen mayor o menor importancia según la resonancia que hayan despertado en el ser humano y la. influencia que hayan ejercido sobre el desarrollo de su perso¬nalidad.

e) ANTECEDENTES FAMILIARES

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