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REFORMA ELECTORAL DE 1977: EL INICIO DE LA APERTURA DEMOCRATICA


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2020  •  Ensayo  •  1.362 Palabras (6 Páginas)  •  579 Visitas

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

      FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y      SOCIALES

ENSAYO: “REFORMA ELECTORAL DE 1977: EL INICIO DE LA APERTURA DEMOCRATICA”

Legislación Electoral en México

PROFESOR:

Eduardo Rodríguez Manzanares

ALUMNO:

Carlos Alberto Hurtado Hurtado

Octubre, 2020

Introducción:

La apertura hacia democratización en México tuvo vías predominantes para gestarse, la primera de ellas fueron los procesos electorales y la segunda, las reformas electorales suscitadas a través del tiempo; estos elementos en su conjunto permitieron transitar de un régimen de partido hegemónico a uno multipartidista.

Una de las reformas con mayor relevancia por el avance que supuso en su tiempo fue la reforma electoral de 1977, pues no solo permitió el acceso de los partidos políticos de oposición a la arena política, sino que además conto con cambios drásticos que hoy en día perduran en nuestro régimen democrático, por tanto, dicha reforma se convierte en objeto de análisis para el presente ensayo.

Desarrollo:

Hasta antes de 1977 el estado de la democracia en nuestro país era deplorable, pues, aunque a los ojos del mundo México con contaba con elecciones periódicas y regulares, empero la situación era completamente diferente, en cada proceso electoral la mayor parte de los cargos públicos eran ganados por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Este fenómeno estaba auspiciado en gran parte por las reformas electorales anteriores a 1977, cobrando mayor relevancia la reforma electoral de 1946, donde se sostenía el monopolio de las candidaturas únicamente a los partidos políticos; endureciendo los registros a nuevos partidos políticos, minimizando así a gran parte de las organizaciones políticas de izquierda y oposición.

Con frecuencia personajes políticos pertenecientes a la oposición emitían fuertes críticas al sistema político mexicano por su falta de flexibilidad para dar oportunidad a las minorías políticas, enfatizando el hecho de que un solo partido obtuviera casi totalidad de los puestos de representación popular; creándose en 1963 la figura de los diputados de partido, donde cada partido obtenía un numero de diputados en equivalencia al porcentaje de votos obtenidos en la elección presidencial.

Sin embargo, el detonante para cambiar las reglas del juego se dio en la elección presidencial de 1976 donde el candidato José López Portillo del PRI contendió como único candidato oficial a la presidencia de la república, pues el Partido Acción Nacional (PAN) quien fungía como un partido relativamente competitivo, no presento candidato debido a una serie de conflictos internos, además es preciso mencionar la participación del candidato Valentín Campa del Partido Comunista Mexicano, invalidándose su participación por no contar con registro oficial, siendo sus votos declarados nulos.

Todo lo anterior supuso una serie de cuestionamientos en los que imperaba como principal interrogante, si México realmente contaba con un régimen democrático en el cual se respetaran los mecanismos de democracia directa, es por ello que surgió una voz en las filas el partido oficial: Jesús Reyes Heroles, en aquel entonces secretario de gobernación, quien propuso modificar los estatutos oficiales para permitir una verdadera competencia electoral, esto en respuesta al gran malestar social existente.

Es así como se dio el primer gran paso a la apertura política en México y la construcción de un régimen democrático medianamente confiable, gracias a la reforma político-electoral que se plasmó en la Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales (LFOPPE) en 1977. Esta ley tuvo importantes consecuencias, sobre todo para el sistema de partidos, pues se dispuso de dos mecanismos flexibles para que los partidos obtuvieran el registro legal: el registro definitivo y condicionado.

Respecto al registro definitivo, se ratificó el mínimo nacional en sesenta y cinco mil afiliados y se modificó la opción de creación de partidos a partir de “dos mil afiliados en las dos terceras partes de las entidades federativas”, sin embargo, cabe mencionar que ningún partido optó por esta vía para acreditar su registro.  Por otra parte, el registro condicionado se mostro como la vía más flexible para el ingreso de nuevos partidos, ya que solo se exigía obtener por lo menos el 1.5% de la votación nacional (anteriormente se exigía el 2.5%), permitiendo así la posibilidad de que nuevos partidos pudiesen conseguir su registro, tal y como lo lograron el Partido Socialista de los Trabajadores, el Partido Comunista Mexicano y el Partido Demócrata Mexicano.

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