REVOLUCIÓN MEXICANA (1916-1921)

REVOLUCIÓN MEXICANA (1916-1921)

El problema para un grupo revolucionario es la cantidad de recursos que se necesitan, tomando en cuenta que no cuentan con fuentes de ingresos. Por lo que se necesita “conquistar” territorio para financiar la guerra, a menos que se cuente con financiamiento extranjero.

Mediante casas de comercio en Estados Unidos y la intervención de aduanas fue como Carranza garantizo el suministro de sus fuerzas. Sin embargo, este abastecimiento no fue igualitario, dando prioridad a Pablo González, quien luchaba frente a Obregón. Al suceder esto, los jefes militares se vieron en la necesidad de tomar sus propias providencias en los lugares recién ocupados y, en general, tratando de regularizar la vida económica, pues, como se mencionó anteriormente, esto era de lo que dependía la guerra.[pic 1]

Por su parte, Obregón se convirtió, además de comandante militar, en político y administrador por lo que estableció lazos de apoyo con grandes fuerzas políticas y económicas de los lugares que ocupaba.

Carranza monopolizo puertos y aduanas que eran fuentes de ingresos seguras, él solo tuvo la administración directa de las aduanas de su estado y del puerto de Veracruz, mientras que de otras aduanas fronterizas y portuarias su administración fue indirecta. Los jefes militares controlaban zonas interiores colocando administradores de confianza. Se dieron alianzas entre los nuevos políticos militares, comerciantes y empresarios.

En el año 1915 la extraordinaria productividad de los campos mexicanos atrajo a un número creciente de empresas petroleras, entre otras, la Compañía Petrolera La Corona, la Compañía Transcontinental de Petróleo, la Penn Mex Fuel Company y la Mexican Gulf Oil Company. Durante este año, Venustiano Carranza implementa la regularización y el control de la industria petrolera a través de la Secretaría de Fomento. En ese sentido, se crea también la Comisión Técnica del Petróleo, primer paso en el proyecto de reestructurar la relación entre empresas petroleras y gobierno.[pic 2]

En 1916 el pozo Cerro Azul Número 4, de la Huasteca Petroleum Company, brota en Tepetzintla con una producción de 260 mil barriles diarios, constituyéndose en uno de los depósitos subterráneos más importantes de la historia de la explotación petrolera. Confiando en una producción creciente, Doheny llevó sus operaciones más allá del Atlántico organizando la British Mexican Petroleum Company para distribuir sus productos en el mercado británico.

Se dio una expansión de las operaciones petroleras británicas y estadounidenses en el Golfo de México durante la “época de oro” de la industria; en realidad había afectado poco la Revolución a las grandes compañías petroleras entre el Plan de San Luis y el Plan de Agua Prieta.

Cuando llegó el momento de las elecciones de 1917, todo el sistema económico anterior fue el apoyo para la ascendencia de la que ya gozaban los jefes militares, por lo que no hubo gran lugar para los adversarios políticos. Sin embargo, estos jefes no se incorporaron al desarrollo capitalista industrial avanzado, motivados por la ganancia rápida siendo comisionistas o intermediarios.

El censo de 1921 arrojo que murió un millón de personas, aunque sea una cifra dudosa, esta pérdida de mano de obra se suma a la destrucción económica donde se encuentran también la baja de la producción minera y manufacturera, así como también la producción agrícola. A pesar de esto, también se habla de un mantenimiento de la fuerza de trabajo del 27% entre 1910 y 1921 dando un crecimiento anual del PIB de 2.5%, sin ser el caso de la agricultura que creció un promedio de 0.1% anual.

Las operaciones militares deterioraron físicamente el sistema ferrocarrilero y a la agricultura, pero el daño principal a la economía mexicana se encuentra en las políticas monetarias y crediticias de los mandos revolucionarios durante la etapa constitucionalista. Esa etapa desarticuló el sistema bancario y financiero por los empréstitos y la emisión de monedas por parte de todos los mandos en la lucha afectando al comercio interno provocando una depresión económica lo cual se agravo en 1917 puesto que ya no había muchos inversionistas y ahorradores por la desconfianza del futuro reparto agrario y la fuerza obrera.[pic 3][pic 4]

 En 1918, Carranza impone nuevos impuestos a la industria petrolera: una cuota de renta anual y un 5% de regalías sobre todas las tierras petroleras desarrolladas por los propietarios de la superficie o sus arrendadores. Weetman D. Pearson traspasa el control de la Compañía Mexicana de Petróleo El Águila a la Royal Dutch/Shell.

En 1921, se da fin del primer auge petrolero. La producción total de este año alcanza la cifra record de 193.4 millones de barriles, cantidad que no volvería a alcanzarse sino hasta años después de la expropiación de la industria. México ocupa la segunda posición como productor mundial de petróleo. Para entonces operaban en el país más de 200 empresas privadas petroleras.

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