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REVOLUCION MEXICANA


Enviado por   •  10 de Julio de 2012  •  3.605 Palabras (15 Páginas)  •  590 Visitas

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¿ Quienes fueron los principales 12 Caudillos de la Revolución Mexicana ?

1. Francisco Madero

2. Pancho Villa

3. Emiliano Zapata

4. Pascual Orozco

5. Venustiano Carranza

6. Felipe Ángeles Ramírez

7. Roque y Pablo González Garza (hermanos, uno más político, el otro con mayores méritos militares)

8. Jacinto Treviño

9. Álvaro Obregón

10. Plutarco Elías Calles

11. Adolfo de la Huerta

12. ¿Vasconcelos? Un caudillo cultural.

Los mas importantes y principales fueron:

Francisco I Madero, Francisco Villa, Venustiano Carranza, Emiliano Zapata, Alvaro Obregon, son los mas importantes.

Ideas

Cada caudillo defendía una idea propia, en general son las siguientes:

Francisco I. Madero lo único que quería, era que Porfirio Diaz dejara de ser presidente y se anulara la reelección, su lema, "Sufragio Efectivo, No Reelección" lo dice todo, él lo que pretendía eran elecciones libres, sin Díaz.

Emiliano Zapata es quien, desde mi punto de vista, era mas acorde a la revolución que se necesitaba, "Tierra y Libertad", Zapata luchaba por erradicar los latifundios que había en ese entonces, además de la esclavitud escondida que se practicaba en las haciendas, con las tiendas de raya, el trabajo de los campesinos era semejante a la época esclavista.

Mención aparte, son los hermanos Flores Magón, ellos eran hombres estudiosos que conocian ya del Marxismo, y tenían en mente políticas semejantes a la entonces guerra de los Bolcheviques. Sin embargo la historia los toma como poca cosa, cuando en realidad ellos hubieran hecho de verdad un cambio en el país.

Y todos los demás, solo luchaban por el poder, claro, ofertando políticas benéficas para los campesinos y obreros, por ejemplo Venustiano Carranza, quien finalmente le dio vida y forma a las ideas Zapatistas con la creación de nuestra constitución, en especial los artículos 3o, 27 y 123.

Cierto momento de la historia de México pareció reconciliar pasado, presente y futuro: la Revolución mexicana (1910-1949); en realidad, expresaba la tensión de un país desgarrado entre su cultura tradicional (indígena, católica, española) y una apremiante vocación de modernidad.

A diferencia de otras revoluciones, la mexicana se organizó en torno a los carismáticos personajes que la guiaron: el espiritista Madero, prefiguración mexicana de Gandhi; el legendario Zapata, anarquista natural en busca de un paraíso mítico; el terrible Pancho Villa, sediento de sangre y justicia; el patriarca Carranza, que encauzó la lucha por vías constitucionales; el invicto general Obregón, enamorado de la muerte; el severo general Calles, reformista implacable, enemigo de la iglesia Católica, y el humanitario presidente Lázaro Cárdenas, militar con sayal de franciscano. A todos los impulsaba una similar vocación mesiánica, el deseo de liberar, educar, proteger, redimir al pueblo. Esta actitud, tan tentadora como peligrosa, no ha muerto. En México, la Revolución conserva todavía un prestigio mítico, un aura religiosa. El pasado no ha pasado; entenderlo es la única manera de superarlo.

Villa cabalga todavía en el norte, en canciones y corridos; Zapata muere en cada feria popular; Madero se asoma a los balcones agitando la bandera nacional; Carranza y Obregón viajan aún en aquellos trenes revolucionarios, en un ir y venir por todo el país, alborotando los gallineros femeninos y arrancando a los jóvenes de la casa paterna.

Todos los siguen: ¿adonde? Nadie lo sabe.

Es la Revolución, la palabra mágica, la palabra que va a cambiarlo todo y que nos va a dar una alegría inmensa y una muerte rápida. Por la Re

Cierto momento de la historia de México pareció reconciliar pasado, presente y futuro: la Revolución mexicana (1910-1949); en realidad, expresaba la tensión de un país desgarrado entre su cultura tradicional (indígena, católica, española) y una apremiante vocación de modernidad.

A diferencia de otras revoluciones, la mexicana se organizó en torno a los carismáticos personajes que la guiaron: el espiritista Madero, prefiguración mexicana de Gandhi; el legendario Zapata, anarquista natural en busca de un paraíso mítico; el terrible Pancho Villa, sediento de sangre y justicia; el patriarca Carranza, que encauzó la lucha por vías constitucionales; el invicto general Obregón, enamorado de la muerte; el severo general Calles, reformista implacable, enemigo de la iglesia Católica, y el humanitario presidente Lázaro Cárdenas, militar con sayal de franciscano. A todos los impulsaba una similar vocación mesiánica, el deseo de liberar, educar, proteger, redimir al pueblo. Esta actitud, tan tentadora como peligrosa, no ha muerto. En México, la Revolución conserva todavía un prestigio mítico, un aura religiosa. El pasado no ha pasado; entenderlo es la única manera de superarlo.

Villa cabalga todavía en el norte, en canciones y corridos; Zapata muere en cada feria popular; Madero se asoma a los balcones agitando la bandera nacional; Carranza y Obregón viajan aún en aquellos trenes revolucionarios, en un ir y venir por todo el país, alborotando los gallineros femeninos y arrancando a los jóvenes de la casa paterna.

Todos los siguen: ¿adonde? Nadie lo sabe.

Es la Revolución, la palabra mágica, la palabra que va a cambiarlo todo y que nos va a dar una alegría inmensa y una muerte rápida. Por la Revolución el pueblo mexicano se adentra en sí mismo, en su pasado y en su sustancia, para extraer de su intimidad, de su entraña, su filiación.

Octavio Paz, El laberinto de la soledad: El paisaje mexicano huele a sangre.

volución el pueblo mexicano se adentra en sí mismo, en su pasado y en su sustancia, para extraer de su intimidad, de su entraña, su filiación.

Octavio Paz, El laberinto de la soledad: El paisaje mexicano huele a sangre.

Dentro de la revolución hubo otros cientos de caudillos, pero no todos brillaron por que usaron métodos diferentes de lucha, solo hubo algo que hacia homogéneos, y fué la lucha contra una causa común.

La tiranía del gobierno, los tratos infrahumanos de que eran objeto, los campesinos, las inhumanas jornadas de trabajo, y las pésimas condiciones de trabajo de los obreros, de todos estos personajes que lucharon juntos para mejorar sus condiciones de existencia, y sus perspectivas de un futuro mejor, destacaron algunos por sus ideas progresistas, otros por su tenacidad para combatir en el campo de batalla, de los principales podemos citar algunos que también dieron a la revolución sus planes, como Venustiano Carranza

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