La Revolución Mexicana

LA REVOLUCIÓN MEXICANA

Tres décadas de “paz, orden y progreso” porfiriano había transformado al país.

Aparentemente México se encaminaba hacia la prosperidad, tenía un solio desarrollo económico y una industria en pleno crecimiento. A pesar de ello, la gran mayoría de la población se beneficio poco del bienestar material y, por el contrario, sufría las injusticias que provocaban la concentración del poder y la riqueza en unas cuantas manos.

En el campo, millones de campesinos vivían en condiciones deplorables, mientras cinco mil haciendas eran dueños de la mayor parte de las tierras cultivables del país. Políticos mexicanos y empresarios extranjeros llegaron a acaparar enormes extensiones en el norte del país a precios risibles y pasando por encima de los derechos de los pequeños propietarios. En Yucatán y Sonora, los grupos indígenas que se pusieron al despojo de sus tierras fueron reprimidos y trasladados a lugares inhóspitos. En las ciudades, los obreros tampoco gozaban de los beneficios del porfiriato: trabajaban largas horas de jornadas a cambio de salarios insuficientes. La clase media, compuesta por técnicos, maestros y abogados, gente con educación y aspiraciones políticas, se convirtió en la principal crítica del gobierno porfirista al ver que el poder y riquezas se mantenían en manos de cuantos.

En cambio, a las elites del país, grandes campesinos, comerciantes y latifundios, les preocupaba la transmisión del poder presidencial. Don Porfirio estaba a punto de cumplir 80 años y no parecía decidirse a escoger un sucesor. Por otra parte, los norteamericanos favorecidos por Díaz recelaban de su política cada vez más independientes y nacionalistas, a tal grado que el p0recidente de estados unidos decidió entrevistarse con él. La cacareada paz estaba a punto de derrumbarse. Las expresiones de inconformidad comenzaron a brotar en lagunas regiones del país; hubo huelgas en cananea y rio blanco, se crearon partidos políticos y periodísticos de oposición.

Yo soy PORFIRIO DÍAZ

Nací en 1830, fui presidente de México por 30 años. Foméun gobierno que alentó la administración y postergó la política. Consolidé la paz y di prestigio internacional al país, progreso nacional ycultural, aunque había grandes problemas de pobreza, desigualdad social y justicia. Mi reelección provocó el estallido revolucionario y en 1911 renuncié a la presidencia.

(1830-1915)

Una vez más en la silla presidencial, Díaz formo un gobierno que alentó la administración y postergo la política. Consolido la paz, dio prestigio internacional al país y le enfilo hacia el progreso material y cultural, aunque no pudo resolver los grandes problemas de pobreza, desigualdad social e injusticia. En 1908 declaro que México a estaba preparado para la democracia.

Sin embargo, dos años después volvió a reelegirse, lo que provoco el estallido revolucionario encabezado por francisco I. Madero. En 1911 renuncio a la presidencia después de treinta años en el poder.

LA REVOLUCION MADERISTA

La publicación de la sucesión presidencial en 1919 creó en el país un clima de expresión, mientras Porfirio Díaz, ya octogenario, preparaba su séptima reelección. Francisco I. Madero, hijo de un rico hacendado de Coahuila y de ideas democráticos, se manifestaba abiertamente en contra de la dictadura porfirista. Madero organizo el partido anti relacionista e inicio una campaña electoral por el país, hecho insólito en aquel entonces. Cuando la fuera política de madero creció, Díaz lo encarcelo en San Luis Potosí y se declaro ganador en las elecciones. En la cárcel madero redacto el plan de de San Luis Potosí, mediante el cual llamo a una rebelión armada para el 20 de noviembre de 1910. Ese día numerosos grupos se levantaron en contra de Díaz. Abraham Gonzales, Pascual Orozco y Francisco Villa se levantaron en el norte del país, y más tarde Emiliano Zapata se unió a una revuelta en el sur. Díaz renuncio a la presidencia y, a seis meses de iniciada la revolución, abandono el país. En 1911 Madero entro triunfalmente en la ciudad me México. Ese año fue nombrado presidente por abrumadora mayoría. Durante su breve gobierno, madero se convirtió en la victima de entrenamiento entre intereses politos opuestos. Sus enemigos lo atacaron ferozmente en la prensa, aprovechando la libertad de expresión garantizada por el propio presidente. Por otra parte, a los revolucionarios no les gusto que Madero dejara el ejército federal en manos de los antiguos generales porfiristas. Por ello se levantaron en armas contra el Pascual Orozco y Emiliano Zapata, quien exigía la restitución de tierras a los pueblos

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