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Rebelión De Los Polkos


Enviado por   •  2 de Junio de 2013  •  2.097 Palabras (9 Páginas)  •  1.327 Visitas

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Rebelión de los “Polkos”: les parece injusto que personas acomodadas sean expuestas a contratiempos en las campañas para defender el país.

Febrero 26 de 1847

Los “Polkos” se pronuncian en contra del gobierno de Valentín Gómez Farías, presidente sustituto de Antonio López de Santa Anna. El hecho ocurre mientras el país está siendo invadido por los Estados Unidos. Matías de la Peña Barragán, se subleva en protesta por el decreto de ocupación de los bienes de la iglesia para obtener recursos para sostener la guerra contra los invasores norteamericanos. La Iglesia había colaborado antes con el gobierno porque temía que los norteamericanos impusieran la libertad de cultos.

El “Plan para la Restauración de los Verdaderos Principios Federativos”, exige la derogación de dicha ley y el regreso de Santa Anna a la presidencia. Los batallones de “polkos” son comandados por oficiales surgidos de las clases acomodadas y se les llama así, porque sus jefes son aficionados a bailar polkas, baile de moda; pero también, por su actitud ante la invasión, ya que son partidarios del presidente Polk de los Estados Unidos, de quien se dice recibieron no menos de cincuenta mil dólares para estallar su movimiento. Tiene éxito la recomendación del presidente Polk a sus jefes militares en campaña contra México, de alentar sublevaciones militares e indígenas (como sucedió en Xichú y otros pueblos), de promover el alejamiento de la población de su gobierno y de incitar a la gente a adoptar una actitud neutral ante la invasión norteamericana.

El 18 de diciembre de 1821 la Junta Provisional Gubernativa había dispuesto que las temporalidades de las religiones de reciente supresión fueran entregadas al Ayuntamiento de México; el primer Congreso General Constituyente, en marzo de 1822, vendió bienes de temporalidades para cubrir urgencias del erario; el 5 de mayo de 1823, los bienes de la Inquisición y de otras comunidades sufrieron la misma suerte; Santa Anna, el 1º de julio de 1843, mandó que “capitales y bienes raíces de toda clase que se administran por la jurisdicción episcopal, no se puedan vender ni enajenar sin previa licencia del Supremo Gobierno, dejando para la pura administración de esos bienes expedita la autoridad diocesana, con arreglo á los cánones de la Iglesia y á las leyes nacionales.” El 16 de octubre de 1843 Manuel de la Peña y Peña demostró jurídicamente que el gobierno en uso de la soberanía temporal que corresponde a la nación sobre los bienes todos en su territorio, tenía autoridad competente para prohibir la venta de las alhajas de oro y plata de las iglesias nacionales.

Así, el gobierno de Valentín Gómez Farías, hacía uso de sus facultades cuando el 11 de enero de 1847 decreta la ocupación de los bienes de manos muertas, para destinarlas al auxilio de las tropas que defendían el territorio nacional. Las corporaciones eclesiásticas se resisten a entregar al gobierno los títulos de las fincas; el gobierno encarga al gobernador del Distrito que adquiera los títulos, Juan José Baz procedió incontinenti a ejecutar lo mandado; en respuesta, el clero se propuso quitar a Gómez Farias del poder.

A partir de entonces circulan rumores de la poca confiabilidad de los batallones de cívicos Independencia y Victoria -integrados por “médicos, abogados, comerciantes, almacenistas y personas de cierta posición social, considerados como aristócratas, combatidos desde su fundación por los cuerpos populares”. […] Los escapularios, las medallas, las cintas y las reliquias, en docenas pendían del cuello de los pronunciados, especialmente de los de la sibarita y muelle juventud que formaba la clase de nuestros elegantes, denominados polkos”.

Después de un incidente en que los miembros de los batallones se dan por ofendidos porque “se duda de su lealtad”, inician abiertamente la sedición.

A las once de la noche del 26 de febrero, los regimientos Independencia y el Hidalgo, el batallón Victoria y parte de los cuerpos de Mina, de Zapadores y de Chalchicomula, a las órdenes todos del general Matías de la Peña y Barragán, proclaman un plan redactado por unos individuos del Cabildo y por Anzorena que llamaron para la restauración de los verdaderos principios federativos. Esta proclama anuncia la rebelión de los Polkos que pretenden declarar cesantes en sus funciones los poderes generales Legislativo y Ejecutivo en ejercicio, por haber desmerecido la confianza nacional (Ver documento), y crea una administración provisional, encomendada al presidente de la Suprema Corte de Justicia.

Al día siguiente, 27 de febrero, Gómez Farias. Vicepresidente interino en ejercicio del Supremo Poder Ejecutivo, será informado por el Ministro de Guerra que las fuerzas americanas tienen la intención de apoderarse de Tuxpan y Veracruz, y que al disponer la marcha de la división de Oriente que debía salir a encontrar al enemigo, el batallón de guardia nacional Independencia, “que en unión de otros permanentes estaba prevenido que saliera á su destino, dicho cuerpo de la guardia nacional, faltando á sus deberes y haciendo causa común con otros cuerpos de la referida guardia, tomó una actitud hostil... que se han negado a marchar aduciendo que parecía injusto hacer salir á campaña á personas acomodadas que en la capital dejarían expuestas á contratiempos y escaseces á sus familias”.

El cónsul norteamericano Black John escribe acerca del suceso: “¿Qué pueden pensar las naciones extranjeras de esta gente, que bajo ninguna circunstancia deja de entregarse a luchas civiles para aniquilarse recíprocamente, no obstante que más de la mitad de su país se encuentra ocupado por fuerzas extranjeras, y la otra en peligro de correr la misma suerte? Su conducta los exhibe como incapaces, tanto para gobernarse por sí mismos, como para ser gobernados por los demás, aunque su proceder los arrastra a este último destino, hasta el grado de que, si persisten un poco más, no dejarán otra alternativa a nuestro país que someterlos a su protección paternal.”

El general Valentín Canalizo, quedará al mando de las tropas (dispone de 800 elementos en la Ciudadela al mando del general Rangel: el 6º de infantería permanente, el escuadrón de Oaxaca y los cuerpos fieles de la Guardia Nacional) y emitirá una proclama: “Compañeros de armas: Parte de la Guardia Nacional se ha alzado contra la República en los críticos momentos en que su suerte se decide en la frontera. Después que nuestro ejército afronta los

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