Reino Unido Siglo XVI-XVIII
Enviado por Joooocelyn • 9 de Septiembre de 2012 • 6.362 Palabras (26 Páginas) • 1.194 Visitas
SIGLO XVI –XVIII
En la etapa posterior a la Guerra de los Cien Años, la disputa dinástica entre los Lancaster y los York desencadenó la Guerra de las Dos Rosas, que culminó con el ascenso al poder de los Tudor en 1485. El período de los Tudor es considerado el comienzo del moderno Estado británico. Uno de los Tudor, Enrique VIII (1509-47) rompió con Roma y fundó la Iglesia Anglicana. El deseo de extender la autoridad inglesa y la reforma religiosa a Irlanda hicieron que la hija de Enrique, Isabel I, impusiera su dominio en el Ulster. La invasión de Irlanda por parte de los Tudor dio origen a siglos de conflicto político y religioso.
Bajo el reinado de Isabel I florecieron la poesía y el teatro. Fue el tiempo de Ben Jonson, Marlowe y William Shakespeare. Se desarrollaron la industria y el comercio, y dio inició la aventura colonial, embrión del futuro Imperio. Luego de vencer a la armada española –llamada Armada Invencible–, la marina británica se convirtió en la «dueña de los mares», sin que hubiese flota capaz de oponérsele.
Los barcos mercantes ingleses, los que se usaban para el tráfico de esclavos, los piratas y corsarios, o los buques con nuevos colonos, surcaron libremente los océanos. Los mercados se multiplicaron, la demanda creció rápidamente y los productores se vieron obligados a emplear nuevas técnicas para acelerar su producción. Fue el prólogo de la Revolución Industrial que se desarrolló en el país a partir del siglo XVIII.
En 1603, la corona de Jacobo I (Jacobo VI de Escocia) puso fin a la independencia de la monarquía escocesa. La intolerancia religiosa del hijo de Carlos I, hijo de Jacobo, causó una rebelión en Escocia y creciente descontento en Inglaterra. La situación llevó a los ingleses a la guerra civil, que estalló en 1642. El deterioro de la situación política llevó al partido puritano a armar su propio ejército apoyado por el Parlamento y dirigido por Oliver Cromwell, que venció a las fuerzas reales en 1646 y otra vez en 1648.
En 1649, el Parlamento ejecutó al rey y proclamó a Cromwell «Lord Protector», estableciendo la república del Commonwealth. Ideas radicales sobre la igualdad entraron en el movimiento parlamentario, notablemente entre los Levellers (niveladores), que abogaron por una democracia política y la abolición del sistema de clases inglés. Sus ideas fueron omitidas y los líderes cayeron en manos de Cromwell que los encerró en la Torre de Londres. Tras la muerte de Cromwell, en 1658, la monarquía fue restablecida con Carlos II.
Las prioridades del nuevo régimen eran impulsar la colonización de Norteamérica y el comercio con América, Extremo Oriente y el Mediterráneo. La trata de esclavos –secuestro, tráfico y venta de africanos a América y otros lugares– iniciada en el siglo XVI, se convirtió en una de las principales fuentes de ingreso del imperio.
La política absolutista de Jacobo II (sucesor de Carlos II) y su profesión de fe católica chocaron con el Parlamento protestante y provocaron la Revolución Gloriosa. El rey huyó a Francia y los protestantes invitaron al holandés Guillermo de Orange a asumir el trono. En 1689, Guillermo III juró sobre la Declaración de Derechos, que limitó los poderes reales y aseguró la supremacía del Parlamento.
John Locke sintetizó el ideal revolucionario sosteniendo que el ser humano tiene derechos naturales básicos: a la propiedad, a la vida, a la libertad y a la seguridad personal. El gobierno, creado por la sociedad para proteger esos derechos, debe cumplir con su misión; si no lo hace, el pueblo tiene derecho a resistir su autoridad.
En 1707 se unificaron los parlamentos de Escocia e Inglaterra y se creó el Reino Unido de Gran Bretaña. El país intervino en la guerra de sucesión de España y, por el Tratado de Utrecht (1713), obtuvo Menorca, Gibraltar y Nueva Escocia. El creciente peso de los impuestos, como se expresó por ejemplo en la Ley del Timbre (1765), provocó un levantamiento en las colonias americanas que culminó con la independencia de Estados Unidos en 1776.
En este período los terratenientes unieron sus intereses a las clases mercantiles y se consolidaron los dos grandes partidos: el conservador (Tory) y el liberal (Whig). Las bases del liberalismo económico fueron desarrolladas en esos años por Adam Smith. La política imperial se sirvió de esta doctrina para abrir, incluso por la fuerza, los puertos y mercados de África, América y Asia, como en la Guerra del Opio contra China a mediados del siglo XIX.
En 1801, después de sofocar la sublevación nacionalista irlandesa de 1798, se creó el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, con la disolución del Parlamento irlandés.
Esto es en Resumidas cuentas, pero que pasaba en cada uno de los países que integran el ahora Reino Unido.
INGLATERRA:
La Reforma (1509–1603)
El rey Enrique VIII, quien rompió con la Iglesia Católica Romana y se estableció como principal autoridad de la Iglesia de Inglaterra.
En este período Enrique VIII rompió los vínculos que le ataban al Vaticano. Con la ruptura, el monarca se instituyó como máxima autoridad de la Iglesia inglesa. Esta ruptura se consolidó con su hijo y heredero del trono, Eduardo VI bajo cuyo reinado, entre otras medidas, se dejó de exigir el celibato a los clérigos y se retiraron las imágenes de los templos religiosos. Algunas medidas de Eduardo VI provocaron multitud de conflictos entre el estado y muchas parroquias. Esa situación permitió a María I acceder al trono en 1554 restaurando de nuevo el catolicismo. No obstante, al morir sin descendencia en 1558, Isabel I convirtió Inglaterra definitivamente en un país de preponderancia protestante.
Las dos revoluciones del siglo XVII (1603–1707)
Los reyes de Inglaterra eran poderosos, pero no disponían de ejército regular y sus ingresos eran limitados. Trataron de encontrar fondos sin tener que depender del Parlamento. Inglaterra era un país claramente protestante y cualquier movimiento que pudiera interpretarse como un intento de restablecer el catolicismo era objeto de una violenta respuesta. La incapacidad de Carlos I de dar respuesta a estos problemas originó la guerra civil.
Jacobo I (1603–1625)
Cuando Jacobo I subió al trono inglés, ya había sido rey de Escocia durante 36 años, y había aprendido a sobrevivir. Por un lado, era flexible y voluntarioso para llegar a acuerdos y por otro era rudo e indecoroso.
Jacobo pretendió la coexistencia de todas las religiones, pero un grupo de católicos, en la Conspiración de la Pólvora, de 5 de noviembre de 1605, atentaron contra el gobierno. Fueron ejecutados. En lo sucesivo, los católicos fueron considerados posibles traidores. Jacobo heredó una deuda que incrementó gastando mucho dinero con
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