Relacion estado social
Enviado por andyj92 • 30 de Octubre de 2015 • Documentos de Investigación • 408 Palabras (2 Páginas) • 55 Visitas
El argumento central de este artículo es que el logro de la estabilidad económica es, por si sola, insuficiente para asegurar la gobernabilidad democrática y la equidad distributiva. Es decir, junto con los equilibros macroeconómicos se requiere conseguir equilibrios equivalentes en los planos político y social. No puede haber desarrollo sin orden, pero tampoco puede haber orden sin mínima equidad social. Es en estos tres planos -desarrollo, gobernabilidad y equidad- en los que se desenvuelven las vinculaciones entre estado y sociedad. Y en estos tres planos, el ciudadano en su triple condición de usuario, votante y contribuyente, ha visto modificada su relación con el estado. Alta concentración económica, democracia delegativa y creciente abismo social son las consecuencias de la aplicación de un programa aparentemente exitoso en lo económico, que descuidó los otros dos planos que también conforman la triple relación existente entre estado y sociedad. El estado sigue siendo la máxima instancia de articulación de una sociedad, pese a su creciente descrédito y al virtual desmantelamiento a que lo ha sometido la embestida neo-conservadora. Ni siquiera utopías extremas, como el comunismo o el ultraliberalismo, se han visto concretadas históricamente bajo la forma de sociedades plenamente desestatizadas. Los "roles del estado" no son sino las diversas formas de articulación que se crean y reproducen constantemente entre las esferas social y estatal. Este papel articulador, que justifica y legitima la existencia del estado, busca satisfacer diversas necesidades o solucionar determinados problemas que la sociedad no consigue resolver por sí sola, se trate de la producción de ciertos bienes, la promoción de actividades, la dilucidación de conflictos, la morigeración de inequidades, la defensa de derechos humanos, la provisión de servicios o la creación de símbolos que refuerzan sentimientos de pertenencia a una comunidad nacional. Sin embargo, la legitimidad de estos roles ha sido sometida a un profundo cuestionamiento. La frontera que separa los dominios funcionales del estado y la sociedad se ha corrido, achicando los ámbitos aceptados de intervención estatal. La división del trabajo entre una y otra esfera fija hoy límites mucho más estrechos a lo que el estado puede y debe hacer. Desde su particular concepción ideológica, el discurso conservador justifica este nuevo "tratado de límites" en términos puramente funcionales: se trata de que "la sociedad" recupere la iniciativa frente a un aparato estatal parasitario e ineficiente, asumiendo o reasumiendo tareas que en su momento le fueran expropiadas por el estado intervencionista.
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