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Relaciones Internacionales Argentinas y Realismo Periferico


Enviado por   •  31 de Julio de 2015  •  Tesis  •  2.654 Palabras (11 Páginas)  •  165 Visitas

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A la hora de cotejar el periodo comprendido entre 1989 y 1999, debe separarse entre el objeto de análisis, y la forma en que el gobierno se manifestó de acuerdo a los postulados teóricos en la arena internacional.

  • La Gestión del Dr. Carlos Saúl Menem

En primer lugar tenemos al gobierno del ex presidente Carlos Menem como manifestación de una política exterior llevada a cabo bajo los preceptos del Realismo periférico.

Dentro de esta vamos a encontrar un esquema de relacionamiento en el cual se privilegio explícitamente la relación bilateral con los Estados Unidos. Esta relación estuvo caracterizada por una "unilateralidad estratégica", que implicaba que países escasamente relevantes como el nuestro se vieran obligados a evitar conflictos políticos, reduciendo toda controversia al ámbito económica, acatando así los postulados no sólo del país del norte sino también del FMI.

A su vez, acompañó a la administración Menem la creencia de que se estaba fuera de los denominados países tercermundistas, y que se había iniciado -desde la óptica oficialista- el proceso de reinserción al Primer Mundo.

Este punto es uno de los que debe resaltarse de la gestión Menem. Al asumir, todo grupo gubernamental toma una serie de posiciones respecto a la forma en que se planteará el mandato. Así tenemos la idea de conceptualizar al interés nacional como bienestar económico, la necesidad de profundizar la relación bilateral con los Estados Unidos, y la convicción de que la Argentina ya había pertenecido al Primer Mundo y que ahora debía restituírsela a ese lugar.

Respecto a esta nueva conceptualización del "interés nacional" como bienestar económico, la misma suscita no pocas divergencias. En primer lugar en el ámbito político, sobre todo  dentro de la oposición, criticaba el hecho de que esta postura le daba un dejo extremadamente unidimensional a la política exterior argentina. Además, al igual que lo que sucede con la idea de bienestar en Escudé, este nunca es definido, y si lo fuera -aunque vagamente- tampoco se refiere a qué ciudadano se aplicará el dicho concepto.

La necesidad de profundizar la relación bilateral llevó casi inmediatamente a creer que se percibirían todos los beneficios que se desprenderían de esta. Pero como explicaría Mariano Grondona, "la decisión de enviar tropas al Golfo cambió cien años de política exterior: la nueva consigna era alinearse con los Estados Unidos. A este giro lo acompañaban medidas domesticas como, por ejemplo, el plan de ajuste económico, el proceso de privatizaciones de la compañía de teléfonos y  de la aerolínea, el plan de inversiones y desregulacion petrolera, y la gradual apertura comercial. En el plano externo, se puede mencionar el restablecimiento de relaciones con el Reino Unido. Si embargo, los premios no llegan. Al abandonar el ilusorio mundo de  la confrontación con las naciones lideres de Occidente hemos escapado al castigo de los poderosos. No por ello nos darán un premio. El dilema es que este giro haya sido dado por calculo o por convicción. Obviamente, en caso de que el giro haya sido alimentado por un calculo, la ausencia de recompensa es frustrante." [1]

De todas maneras los gestos gubernamentales siguieron dándose, y prueba de ello fueron el desmantelamiento del misil Cóndor II, el retiro del Movimiento de No Alineados, el envió de tropas al Golfo, el cambio del perfil del voto argentino en la Asamblea de las Naciones Unidas, etc.

Finalmente cabe destacar la creencia gubernamental que nuestro país se había "bajado" del Primer Mundo. El mismo se tomaba a la Argentina agroexportadora como modelo. Obviamente, este esquema ya no era repetible y  fue la "relación especial" con los Estados Unidos la que tomo su lugar, Y las consecuencias fueron similares: ausencia de autonomía a la hora de tomar decisiones, presiones externas por lobbys comerciales (caso de las patentes medicinales), imposibilidad de desarrollar una industria nacional, etc.

Para finalizar con esta parte del análisis cabe destacar los siguientes indicadores estadísticos para describir la evolución del gobierno del Dr. Menem:

Imagen positiva de la Política Exterior

  • Mayo 1991: 69 %
  • Mayo 1995: 48 %
  • Mayo 1998: 29 %

Imagen positiva del gobierno en general

  • Mayo 1991: 28 %
  • Mayo 1995: 30 %
  • Mayo 1998: 13 %[2]

Estos indicadores intentan demostrar como luego del shock que implicaron las decisiones en materia tanto de política exterior como de políticas en general -que llevaron a tener cuatro años de crecimiento económico- la imagen gubernamental en general subió de la mano de la mejoría de la situación general del país.

Posteriormente, en cuanto la temporalidad de las decisiones implementadas comenzó a mermar, también lo hizo la imagen gubernamental y aquí se denota el carácter temporal del Realismo Periférico como principio rector de una política exterior.

  • El Realismo Periférico como cuerpo teórico:

De acuerdo a lo visto en el transcurso del presente trabajo la critica sobre el Realismo periférico como Teoría de la política exterior de un estado débil se centra sobre los siguientes puntos:

1) El carácter cortoplacista de las decisiones a tomar

2) Su pobre definición del concepto de ciudadano

3) La utilización de retazos de otras teorías de las Relaciones Internacionales para armar el esquema teórico del Realismo Periférico

4) La imposibilidad de enfrentar otros esquemas teóricos

1) El carácter cortoplacista de las decisiones a tomar

Como ya fuera anteriormente explicado, el Realismo Periférico es un esquema teórico que se basa en decisiones tan shockeantes como cortoplacistas.

El mismo, al pretender siempre mantener el patrón de "relaciones especiales" con los Estados Unidos basado en la concepción de interés nacional como bienestar, y lleva a una inestabilidad constante en materia de política exterior gubernamental.

Para mantener dicho patrón, el gobierno se ve forzado a virar el timón constantemente, tomando decisiones a veces contrarias a las necesidades internas de su estado pero que son necesarias en el exterior para mantener ese perfil de alineamiento.

Esto dota a este tipo de decisiones de una temporalidad llamativa. Las mismas surgen como "parches" para una rueda que está indefectiblemente pinchada. Hay que salir del paso, y las medias tienen que ser más o menos coherentes entre sí, y seguramente después de esto tendremos más consenso en la arena internacional por nuestra convicción de ser del Primer Mundo. Y esto complica todo el esquema de la política exterior en general, porque reduce el margen de maniobra, porque juega en detrimento de la imagen internacional argentina, y porque si bien el efecto de estas decisiones en el corto plazo fue muy fuerte, en el largo plazo terminan generando condiciones negativas para nuestro país que redundan sobre el verdadero bienestar de la población.

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