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Reseña De La Abolición De La Esclavitud Por Hidalgo En 1810


Enviado por   •  17 de Septiembre de 2012  •  1.159 Palabras (5 Páginas)  •  857 Visitas

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Reseña de la abolición de la esclavitud por Hidalgo en 1810

Fue en Valladolid (hoy Morelia), donde algunos

criollos comenzaron a conspirar. Encabezados por

Mariano Michelena se preparaban para levantarse

en armas. Pero pronto fueron descubiertos. En

Querétaro también se conspiraba contra el gobierno

virreinal. Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano

Abasolo, Miguel Hidalgo y Costilla, el corregidor

Miguel Domínguez, su esposa doña María Josefa

Ortiz, además de otros personajes, preparaban su

levantamiento independentista que fue descubierto

por los españoles. Esto los obligó a anticipar el

inicio de la lucha armada.

El 13 de septiembre de 1810, el gobierno virreinal,

enterado de la actividad de los conspiradores,

ordenó arrestar a los principales conjurados. El

encargado de cumplir la orden fue el propio

corregidor don Miguel Domínguez, quien confinó a doña María Josefa Ortiz en su

casa, pero ésta logro enviar en secreto un mensajero a sus compañeros en San

Miguel el Grande (hoy san Miguel Allende). El emisario, Ignacio Ramírez, al no

encontrarlos en ese sitio, continuó su camino hasta la villa de Dolores en donde

entregó el mensaje a Juan Aldama, quien a su vez fue en busca de Hidalgo. Al

conocer la noticia, éste decidió iniciar la lucha armada.

En la madrugada del 16 de septiembre, Hidalgo liberó a

los presos y puso en la cárcel a las autoridades

españolas del lugar, llamó a misa y arengó a la

población exhortándola a derrocar al gobierno, hecho

conocido históricamente como el “Grito de Dolores”. Ese

mismo día se dirigieron a San Miguel de Allende, y en el

camino, el cura tomó de la iglesia de Atotonilco la

imagen de la virgen de Guadalupe como bandera de la

insurgencia.

Aunque al iniciarse la guerra sólo se contaba con

algunos cientos de hombres, en pocos días el ejército

insurrecto rebasaba los veinticinco mil elementos. La

revuelta se extendió por el Bajío donde, armado de

palos, hondas, machetes y lagunas armas de fuego, el

recién formado grupo tomó sin resistencia San Miguel,

Celaya y Salamanca.

Al aproximarse a la ciudad de Guanajuato, se le envió una comunicación a Juan

Antonio Riaño, Intendente local, exhortándolo a rendirse y a tomar la causa de la

independencia; pero él decidió permanecer fiel al gobierno español y resistir en la

Alhóndiga de Granaditas, sitio donde se refugiaron los españoles, con sus familias y

sus caudales. La localidad fue tomada a sangre y fuego. Al término del combate, las

indisciplinadas masas saquearon tanto las propiedades de los españoles

peninsulares como las de los criollos ricos.

A los pocos días, el obispo de Michoacán, Manuel de Abad y Queipo, excomulgó a

Hidalgo; pero ello no fue obstáculo para que éste continuara su campaña. Tomó la

ciudad de Valladolid, desde donde se encaminó hacia la ciudad de México. En el

trayecto, se entrevistó con José María Morelos y Pavón en la hacienda de Charo,

encomendándole extender la insurrección al sur del país.

En la batalla de Monte de las

Cruces, cerca de Toluca,

Hidalgo derrotó a los realistas

dirigidos por Torcuato Trujillo,

fuerzas en las que militaba

Agustín de Iturbide. Tras su

triunfo, el ejército insurgente

llegó hasta Cuajimalpa, en

las afueras de la ciudad de

México para entonces, ésta

se hallaba consternada ante

la derrota del ejército virreinal

y la confusión se había

apoderado de todos.

Después de permanecer

indeciso por varios días, y discrepando de la opinión de Allende, Hidalgo decidió no

atacar la ciudad.

Las explicaciones que algunos historiadores han dado a este respecto es que

Hidalgo se había enterado de que el gobierno virreinal había enviado refuerzos al

mando del general realista Félix María Calleja y se consideró en desventaja; además,

algunos estudiosos afirman que la gente de la capital no apoyaba las acciones de

Hidalgo porque temían ser saqueados por el ejército insurgente.

En su marcha hacia Querétaro, en lugar dominado San Jerónimo Aculco, el ejército

insurgente sorpresivamente se encontró

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