Reseña De: La Independencia De La América Española

Reseña de: La Independencia de la América Española.

Datos de Autor: Jaime E. Rodríguez O. es un profesor de Historia en la Facultad de Humanidades Ph.D., Universidad de Texas, también impartió clases en la Universidad de California, entre sus investigaciones destaca las revoluciones y procesos de Independencia de América Latina, de 1760 1850.

Introducción: El presente trabajo hace un breve recuento de las independencias de la América Española, visto desde la postura del autor Jaime E. Rodríguez O; el cual mediante su lectura nos va contando que entre finales del siglo XVIII y principios XIX, el mundo occidental en su conjunto vivió una era de cambios por efecto de la creciente internacionalización (Sistema Mundo Capitalista) en los ámbitos económicos, sociales y culturales, que lo que ocurrió dentro del mundo español fue una revolución, y que los dirigentes hispanoamericanos al principio favorecieron la creación de tener sus propias leyes constitucionales sin separarse de España, pero el fracaso de las cortes parlamentarias españolas (1810-1814) los obligó a buscar su independencia. Los cambios nacionales y mundiales condujeron a transformaciones significativas en la relación Estado-Nación. Jaime Rodríguez explica y hace comprender el proceso de formación del Estado, el proceso de construcción de las naciones, así como los actores sociales. Para este trabajo se partirá del siguiente panorama.

Interpretación de la Ilustración, La dialéctica de la Ilustración, Caminos hacia la libertad

Según Jaime Rodríguez en la lectura La Independencia de la América Española. La Independencia no constituyó un movimiento anticolonial, sino que estableció parte de una insurrección política en el mundo hispánico y de la ruptura de la monarquía española. Puesto que en la opinión de Jaime Rodríguez la América española no fue una colonia de España sino parte global de la monarquía española. Jaime Rodríguez dice que: “ofrezco explicaciones en diversas partes de la obra, entre ellas las razones que llevaron a las masas rurales a apoyar a la Corona y la cambiante naturaleza de la juntas autónomas en el Continente Americano” (Rodríguez Jaime, 2005:p. 15). En su lectura él pretende dar a entender el proceso mediante el cual los virreinatos americanos de la monarquía española se transformaron, cambiaron en naciones independientes. El autor llama a estos hechos “la era de las revoluciones democráticas” precisamente a que algunas sociedades monárquicas se transformaron en democráticas. Debemos comprender que cuando Napoleón B. tomó el control de Francia, la Independencia de la América española no pretendió un movimiento anticolonial sino que se dio de la disolución de la monarquía española en América. El autor menciona que “si bien los españoles americanos protestaron contra las reformas borbónicas con violencia, no buscaron separarse de la Corona español. Sólo cuando la monarquía se colapsó en 1808” (Rodríguez Jaime, 2005:p. 26). La desintegración de la monarquía española en 1808 desató una serie de acontecimientos, Jaime Rodríguez detalla las fases de un gobierno representativo en el mundo hispánico; el primer pasó fue la formación de juntas de gobierno locales que invocaron el principio legal “hispánico” de que en ausencia del rey la soberanía regresa al pueblo, esto desembocaría en la creación de un Parlamento imperial, y en la constitución de 1812, “en la que todos los hombres libres se convirtieron en españoles” (Rodríguez Jaime, 2005:p. 26). La lucha respecto quien debía gobernar, este conflicto enfrentó a los españoles europeos con los españoles americanos, “la lucha por el poder se dio en las clases alta y media y brindó oportunidades para que otros grupos descontentos de presentar sus demandas” (Rodríguez Jaime, 2005:p. 27). El autor analiza las disputas regionales, la pugna política, tensiones que precipitaron la violencia, la guerra civil y el terror, donde la lucha por la independencia americana fue principalmente un procesos político que resultó en el triunfo de los criollos y como las clases urbanas altas y medianas de España y América buscaron una forma moderna de gobierno, el desarrollo del pensamiento moderno político inspirado por las nuevas ideas de la Ilustración, que incluía los importantes conceptos de la soberanía popular y del gobierno representativo (aquel en el que pueblo elige justamente representantes). Si bien se estos movimientos de poder se centran en lo que se ha llamado “alta política”, no se supone que la “baja política” no existió y el autor lo menciona, “las clases bajas urbanas y rurales tenían sus propios intereses y sus propias preocupaciones” según otros estudiosos suponen que los campesinos no entendían o no se interesaban en la política de entonces. Esto resulta incorrecto para Jaime Rodríguez ya que él explica que los sectores populares no sólo conocían del tema, sino que también vieron cómo eran afectados por la “alta política” y además estaban conscientes de sus intereses políticos y emprendieron acciones para defenderlos; esto es participación en la política.

La América Española

El autor examina las relaciones que se dieron entre España y América, las transformaciones culturales, institucionales y política del siglo XVIII que fueron un inicio de los cambios revolucionaros de 1808. Jaime Rodríguez explica cómo estaban integrados los virreinatos por medio de audiencias (donde se tomaban decisiones administrativas o legislativas), también se menciona que La América española constituía de gran diversidad y el autor las divide en cuatro áreas generales. Las regiones principales la parte central de la Nueva España, Guatemala, Nueva Granada, Quito, Perú y el Alto Perú, que contaban con agricultura comercial (industria de textiles, zonas mineras). Después las regiones de agricultura que incluían Nueva Galicia, Chile y el Río de la Plata. En tercer lugar menciona las regiones tropicales Cuba, Puerto Rico, Venezuela la costa de Nueva Granada, Guayaquil y algunas partes del Perú. Por último estaban las regiones fronterizas como la Nueva España, el sur de Chile y Paraguay. Estas eran una gran diversidad económica que favorecía a el reinado y a los demás imperios europeos pero también da origen a diversos sectores sociales, Jaime Rodríguez menciona que: “las sociedades del Nuevo Mundo puede comprenderse mejor si analizamos su estructura desde una perspectiva socioeconómica más que desde el punto de vista de la diferenciación en castas” (Rodríguez Jaime, 2005:p. 38). De este modo, estaba apareciendo una estructura socioeconómica “moderna” y el autor las compara la Revolución francesa con la Independencia de México, el reino de Francia y el virreinato de la Nueva España tenían estructuras sociales similares,

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