Resumen Historia Argentina 1966-1989.
Enviado por Nacho Vazquez • 17 de Septiembre de 2016 • Resumen • 2.677 Palabras (11 Páginas) • 647 Visitas
1966-1976
La crisis mundial que estallo a mediados de los años setenta, entre 1966 y 1976 la Argentina transito un periodo de marcados contrastes. En 1966, se estableció una dictadura militar que, en respuesta a los ciclos de stop and go, aplico una política económica con rasgos heterodoxos, destinas a frenar la inflación, acelerar la integración vertical del sector manufacturero y dotarlo de mayor eficiencia económica. Tres años más tarde, el Cordobazo desato una crisis de legitimidad del onganiato e inauguro un periodo de movilización popular y radicalización política. Este proceso alcanzo su culminación durante el tercer gobierno peronista. Entre 1973 y 1974, Perón implemento un pacto social, un acuerdo entre capital y trabajo destinado a quebrar la dinámica inflacionaria, promover la redistribución progresiva del ingreso y alentar el crecimiento económico. El estallido de la hiperinflación en 1975 marco el fracaso de este nuevo programa. Entonces, el golpe militar de 1976 abrió el camino para un cambio radical del perfil económico del país.
El Onganiato y ‘el tiempo económico’
El 28 de junio de 1966, las fuerzas armadas derrocaron al presidente Arturo Illia. La junta militar dicto un ‘estatuto de la revolución argentina’, cuyas disposiciones primaban sobre la constitución, y designo al general Juan Carlos Ongania presidente de la nacio. Se instauraba asi una dictadura militar de nuevo tipo. La denominada ‘revolucion argentina’ se proponía objetivos mas ambiciosos que las intervenciones militares previas.
El onganiato era una reacción frente a los problemas del capitalismo periférico, la industrialización incompleta y los dessafios de la modernización social.
El intento oficial de medir entre las partes y forzar la conformación de una CGT proclive a sus propuestas fue percibido de manera critica por los empresarios.
Presionado por las entidades empresarias y en medio de una ola de rumores sobre la inquietud reinante en las Fuerzas Armadas, en diciembre de 1966, Ongania reorganizo su gabinete y designo ministro de economía y trabajo a Adalbert Krieger Vasena.
El plan de Krieger Vasena (1967-1969)
Se trataba de un programa económico original que combinaba instrumentos clásicos de estabilización con medidas destinadas a promover el desarrollo económico. El principal objetivo era detener la espiral de precios y salarios. Para el nuevo equipo económico, era imprescindible detener la espiral inflacionaria como un prerrequisito para el retorno a tasas de crecimiento adecuadas.
Esta acción seria compensada por medio de la ampliación de las retenciones a las exportaciones de los productos primarios y un programa de reducciones arancelarias destinado a corregir la protección excesiva sobre el sector industrial.
Al mismo tiempo, se estableció un impuesto excepcional a la tenencia de divisas, con el objetivo de que el estado se apropiase de las ganancias producto de la devaluación.
En segundo lugar, con el propósito de impedir la reanudación de las demandas sindicales a favor de aumentos de salarios.
La apertura económica y el atraso cambiario también afectaron a la industria que elaboraba productos para el mercado doméstico. Durante esos años, se fortaleció el ingreso de grandes firmas extranjeras que, a diferencia de lo ocurrido durante el gobierno desarrollista, adquirían empresas ya instaladas.
El Cordobazo
El 29 de mayo de 1969 estallo el Cordobazo, una verdadera rebelio popular de obreros y estudiantes, que inauguro un ciclo de movilizaciones sociales que prolongaría hasta 1975. El suceso desbordo a las organizaciones que lo habían convocado, la CGT local y otros sindicatos cordobeses, y derribo el mito del orden, principio fundador del Onganiato.
Estas condiciones permitieron el surgimiento de un nuevo sindicalismo, con practicas mas combativas y objetivos mas amplios.
El Cordobazo provoco una aguda crisis política y quebró la confianza en las políticas económicas. Las maniobras especulativas se concentraron sobre el mercado cambiario, la fuga de capitales y la caída de la inversión, y la presión contra el peso se acentuó. En este marco, Vasena se vio obligado a renunciar.
En mayo de 1970, el secuestro y asesinato del general Aramburu por montoneros (una organización guerrillera peronista que alcanzaría gran importancia en los años posteriores) convenció a los comandantes militares de la necesidad de derrocar al presidente.
El tercer gobierno peronista (1973-1976)
Las elecciones de marzo de 1973 dieron triunfo a la candidatura del frente justicialista de liberación, una alianza electoral entre el peronismo, el desarrollismo y otras fuerzas políticas menores. El 25 de mayo, Hector Campora asumió la presidencia, en medio de una algarabía general: el peronismo volvia al poder tras diecisiete años de proscripciones.
Luego del enfrentamiento armado entre facciones de la derecha y la izquierda peronistas en Ezeiza, Peron presiono hasta conseguir las renuncias de Campora y vicepresidente Solano Lima. EL gobierno quedo provisionalmente en manos de Raul Lastiri, cuñado del ministro de Bienestar Social y secretario de Peron, Jose Lopez Rega, quien encabezaba la reacción contra la izquierda peronista. Entonces, una nueva elección presidencial dio el triunfo a la formula Juan Domingo Peron-Isabel Peron. El general asumió a la presidencia el 12 de octubre de 1973, su tercer gobierno se prolongaría solo durante 8 meses.
El plan de estabilización tenía como piedra angular el Pacto social, un acuerdo tripartido entre el gobierno, la CGT y la CGE, mediante el cual estas corporaciones aceptaban una tregua en el conflicto por la distribución de ingresos. Luego de un aumento salarial cercano al 20%, se estableció el congelamiento de los precios y salarios por el término de dos años, es decir, hasta junio de 1975.
El pacto social tuvo mejor recepción que el plan Trienal, cuya puesta en marcha estuvo sometida a ásperas controversias. La implementación del pacto se vio beneficiada por un contexto internacional y local muy favorable.
El plan tuvo efectivo impacto durante la segunda mitad de 1973. Las expectativas inflacionarias se redujeron en forma sustancial.
En marzo de 1974, peron se vio obligado a conceder un aumento salarial y autorizar al traslado del aumento de los costos de los precios finales. La lucha por la distribución del ingreso de había reanudado.
El 1º de julio de 1974 falleció Peron. Sus funerales fueron acompañados de declaraciones de apoyo institucional a su sucesora, Isabel.
La muerte de perón ocurrió en medio de un notorio empeoramiento del contexto económico internacional y de la economía Argentina.
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