Resumen Maestria Del Amor
Enviado por Antabusa • 15 de Mayo de 2013 • 1.509 Palabras (7 Páginas) • 889 Visitas
RESUMEN DE LIBRO: LA MAESTRIA DEL AMOR.- DE MIGUEL RUIZ.
CUANDO LE DAS DE COMER AL HAMBRIENTO, DE BEBER AL SEDIENTO Y CUBRES AL QUE TIENES FRIO, OFRECES TU AMOR AL MAESTRO.
El rechazo a nosotros mismos por los miedos, por el veneno emocional que cargamos desde niños, por la imagen que creamos de lo que creemos las demás personas quieren ver, por las heridas que sufrimos a través de los años, todo eso nos enseña a actuar desde el miedo, escondiendo esa parte vulnerable, la que opera desde el amor y la que tememos lastimen más y sea rechazada. Porque vivimos en el sueño del infierno a causa del veneno emocional.
En el transcurso de nuestra vida nos convertimos en maestros, pero en maestros del enojo, el engaño, la tristeza, los celos pero sobre todo, maestros de la mentira. Practicamos tanto, que ya ni nos damos cuenta de que nos creemos nuestras propias mentiras, y que esto lo hacemos para evitar ser lastimados. Desde que somos niños empieza una domesticación en la cual nos dicen que hacer, como pensar, como reaccionar ante las situaciones que se nos presentan, por consiguiente aparecen heridas las cuales se llenan de veneno emocional y sin darnos cuenta transmitimos ese veneno a otras personas y lastimamos las heridas que ellos tienen.
Para convertirnos en maestros del amor tenemos que practicarlo, no es una tarea fácil, porque nos encontramos viviendo el sueño del planeta, ese sueño con el cual nos programaron nuestros padres, maestros, amigos, etc.
Tenemos que empezar a quitarnos las mascaras que ocultan nuestra verdadera personalidad, dejar de proyectar falsas imágenes hacia los demás y expresar nuestro sueño personal e imponerlo a las personas que nos rodean porque para nosotros, nuestro sueño es real.
En nuestras relaciones nosotros somos responsables de nuestra propia basura, de nuestra propia felicidad, de nuestro amor, no podemos hacer responsable de todo esto a otra persona, porque si lo hacemos nuestra relación fracasaría. En la relación perfecta amamos a la otra persona tal y como es, la aceptamos tal cual es, no hay expectativas. Cuando el amor que emana de cada uno de nosotros, experimentamos la maestría del amor. Pero para hacerlo hay que empezar por amarse a uno mismo.
El amor no es un concepto, el amor son las acciones y para ser maestro en el amor hay que practicarlo. El amor es incondicional, no pide nada a cambio.
Nuestra vida es la manifestación de nuestro sueño personal. Si somos capaces de transformar el sueño, nos convertimos en maestros del sueño, él cual es capaz de crear una obra maestra con su vida. Cuando somos conscientes de ello nos responsabilizamos de nuestra propia vida.
Somos una fuerza, una fuerza que le permite al cuerpo vivir y permite que nuestra mente sueñe.
Somos cazadores y también somos presas. Perseguimos el amor, porque creemos que no tenemos amor, y eso pasa porque no nos amamos a nosotros mismos. La presa mas difícil de cazar para el ser humano es el amor a uno mismo, el que se encuentra en nuestro interior. Tenemos que entregarnos como cazador y presa para capturar el amor que esta en nuestro interior. Nos convertimos en guerreros, un guerrero se acecha a si mismo, comienza una guerra contra el parasito, aquel que sabe todo de mi, come toda la basura que tengo en mi interior, el que adora el miedo y la desdicha, los celos, la envidia. La lucha contra el parasito no es fácil, tenemos que ser mejores que él.
Debemos comenzar por amar nuestro cuerpo, aceptarnos tal y como somos, podemos empezar haciendo una puja o ritual ofreciendo amor devoto a nuestro propio cuerpo. Tratarlo con amor, respeto, honor, disfrutar cada bocado que llevamos a la boca. Cuando nos aceptamos tal y como somos nuestro cuerpo seremos felices. Tendremos una relación perfecta con otra persona cuando la relación con nuestro cuerpo sea perfecta.
Para sanar el cuerpo emocional, procedemos a abrir las heridas y aplicarles medicamento para que empiecen a sanar, ese medicamento es la verdad, ser sinceros con nosotros mismos, empezaremos a ver las cosas como son y no como queremos que sean. Para conocer la verdad hay que seguir tres reglas:
La primera: No me creas
La segunda: No te creas a ti mismo
La tercera: No creas a nadie
La primera es: No me creas.
No tienes
...