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Revisión histórica de Tonalá


Enviado por   •  28 de Mayo de 2014  •  Tutorial  •  5.546 Palabras (23 Páginas)  •  288 Visitas

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TONALÁ

NOMENCLATURA

DENOMINACIÓN TOPONIMIA

Tonalá . Tonalá proviene del vocablo náhuatl Tonallan que significa: "€œlugar por donde el sol sale"€.

Algunos autores lo han interpretado de manera diferente, ya que para unos su significado es: lugar donde se lleva la cuenta de los días; y para otros es: lugar dedicado al culto del sol. Sin embargo, la acepción más aceptada por los tonaltecas es la mencionada al principio.

ESCUDO

En 1984, para conmemorar el 454 aniversario del mestizaje en esta población, el alcalde Marcos Arana Cervantes convocó al diseño del escudo de armas, tarea que estuvo a cargo del señor Rogelio Contreras Colina. El emblema simboliza el surgimiento del mestizaje que da origen al Tonalá de hoy, respetando las raíces indígenas; ya que desde antes de la conquista era conocida como cuna alfarera.

HISTORIA

RESEÑA HISTÓRICA Tonalá fue fundada por indígenas zapotecas, quienes con el tiempo se mezclaron con otras tribus, entre ellas los toltecas que lograron imponer sus costumbres, religión y técnicas militares, entre otras cosas. También llegaron a la región tribus nahualtecas.

Los habitantes de la zona hablaban el coca y el tecuexe, y se alimentaban de la caza y la pesca del río Chicnahua (o Santiago). Adoraban a Teopilzintli o Dios niño, a quien tenían como deidad de los buenos temporales; a Heri la divinidad de las ciencias; y a Nayarit el Dios de la guerra. Particularmente en el poblado eran muy reverenciados Tenaguachi y Tezcatlipoca.

Durante la guerra del Salitre, hacia 1510, los purépechas invadieron tierras del reino tonalteca. La monarca de Tonalá reunió un poderoso ejército que hizo frente y venció a los invasores. Se distinguieron por su valor: Coyotl, Pitláloc, Copaya y Pilili, estos tres últimos hijos de Oxatac. En agradecimiento se les entregaron las tierras de Tlajomulco.

A la llegada de los españoles en 1530, Tonallán estaba gobernada por una mujer llamada Cihualpilli Tzapotzinco y tenía como tributarios a los señoríos de Tlaquepaque, Tololotlán, Coyolán, Mexquitán, Tzalatitán, Atemajac, Tetlán, Tateposco, Tlaxomulco, Cuescomatitán, Coyutlán y Toluquilla.

Al saberse la aproximación de los extranjeros se dividieron en dos bandos, pues mientras Cihualpilli Tzapotzinco y algunos caciques opinaban por hacerles una recepción pacífica dado su invencible poderío, otros pretendían que se les resistiesen. Los valerosos caciques que se les opusieron fueron los de Coyolan, Ichcatán, Tzalatitán y Tetlán, el último de los cuales estaba casado con una hija de la reina y por su valor, ejercía gran influencia y fue reconocido como jefe: subieron a un cerro inmediato con el propósito de defender sus patrios lares.

Los partidarios de la paz, mandaron al encuentro de los españoles a una delegación formada por nobles y gente de los diversos cacicazgos, con obsequios como miel, aguacates, cebollas y algunas frutas, y para decirles que ya tenían noticias de su venida y que los esperaban amigablemente, aunque algunos de sus vecinos se oponían.

Agradeció Nuño de Guzmán los obsequios y los exhortó a que tuviesen el alimento suficiente para los recién llegados y sus caballos. Entre tanto, se habían reunido los disidentes en la plaza de Tetlán bajo el influjo de Tlacuiteuhtli, Cuauhtepizahuac, Cotán y Catipamatac.

Fue entonces Guzmán bien recibido por la reina, dándole provisiones y obsequios, más antes de entrar a la cuidad aquel capitán mandó al maestro de campo con otros tres, y al escribano Hernando Sarmiento para que fuesen a requerir a los rebeldes que en número de tres mil se hallaban posesionados de un cerro inmediato, para que prestasen obediencia al rey de España, requerimiento que obtuvo por respuesta una gran gritería y una lluvia de flechas. Debido a ello, Guzmán dispuso el asalto dividiendo sus tropas en tres secciones.

Así se inició un combate que duró varias horas, encontrando los conquistadores una obstinada y valerosa resistencia por parte de los naturales. Finalmente, los españoles impusieron su fuerza militar, no sin antes haber sufrido muchas pérdidas.

Después de este enfrentamiento, Nuño de Guzmán tomó posesión de la región de Tonallán el 25 de marzo de 1530; haciendo que la soberana Cihualpilli jurase obediencia al rey de España, mandando enseguida que en el Cerro donde acababan de defenderse los indios, se hiciese una enramada figurando un templo al que llamó "€œ Victoria de la Cruz "€œ poniendo la insignia del cristianismo por remate, de un tamaño como de veinte varas, de manera que fuese visible desde lejos.

Al ser bautizada Cihualpilli recibió el nombre de Juana Bautista; y su hijo que se llamaba Sangengui Xochitla recibió el nombre de Santiago Vázquez Palacio.

Cuando partió Nuño de Guzmán dejó al capitán Diego Vázquez Buendía con algunos soldados a fin de que cuidaran las tierras conquistadas.

Durante la dominación española Tonallán fue nombrada como corregimiento del reino de la Nueva Galicia con el nombre de Santiago de Tonalá.

Por aproximadamente 18 meses, Tonalá fue el segundo asentamiento de la trashumante Guadalajara, dicha villa se asentó en este lugar del 8 de agosto de 1533 hasta febrero de 1535.

De acuerdo a un censo realizado por la Real Audiencia en 1548, el pueblo de Tonalá contaba entonces con 185 casas y 1,791 personas en la cabecera; 147 en Cuyutlán ( hoy Coyula ), 79 en Juanacatlán y 70 en Tengo.

Los naturales de estas tierras eran descritos como "€œobedientes, nobles, dóciles"€, por los frailes franciscanos Juan Pastrano, Miguel Padilla e Ignacio de la Vega en un documento fechado el 6 de octubre de 1615, en donde solicitan al monarca español les sean otorgados terrenos por cédula real.

Hacia 1621, los pueblos de Tonalá, Tololotlán, San Martín, San Gaspar y San Andrés eran doctrinas de religiosos agustinos, quienes residían en Tonalá.

En esa misma época, eran muy conocidos unos baños de agua caliente que estaban en dicho pueblo; a ellos se refiere Domingo Lázaro de Arregui en los siguientes términos "€œ... se llaman Los Baños de Tonalá, donde algunos enfermos van a bañarse y se hallan bien, y se tienen por buenos baños para enfermedades de causas frías, apilaciones y bubas. Suele haber allí un xacal o casa de paja que mandó hacer el señor obispo D. Fr. Juan de Ovalle"€.

Por decreto del 27 de marzo de 1824, Tonalá se convierte en uno de los 26 departamentos en que se dividió la entidad; comprendiendo los pueblos de Zapotlanejo, Juanacatlán, Santa Fé y Tecualtitán con las haciendas de Zapotlanejo y Miraflores. En este mismo decreto se le concedió el título de villa al poblado de Tonalá.

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