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Revolucion Mexicana


Enviado por   •  8 de Abril de 2013  •  1.376 Palabras (6 Páginas)  •  292 Visitas

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El fracaso del Gobierno Maderista

Desde antes de que Madero asumiera la presidencia de la República, en noviembre de 1911, las huelgas obreras comenzaron a producirse en cascada. Considerando el exhorto de Madero a los trabajadores, en el sentido de posponer sus luchas, esta cadena de conflictos podría verse como una rebelión obrera contra el nuevo gobierno. Sin negar la existencia de un creciente desencanto popular respecto al régimen maderista, se puede pensar sin embargo que esos conflictos más bien expresaron la íntima confianza de los obreros en que la coyuntura política les favorecía; en que había posibilidades reales de que sus demandas fueran satisfechas porque bajo el gobierno demócrata de Madero al menos tenían la libertad –según creían— de luchar por ellas. Si la rebelión laboral hubiese sido además una rebelión política, los obreros hubieran tomado las armas en contra del gobierno maderista; pero lo cierto es que, con la excepción de unos cuantos, nunca lo hicieron.

Para el 12 de enero de 1912 Madero pidió a los dirigentes volver al trabajo y los convocó a una junta con los industriales. Finalmente, con la intervención del jefe del Departamento del Trabajo (DT), Antonio Ramos Pedrueza, se acordó establecer un Comité Central de Obreros (CCO) con delegados de todo el país. Al principio Madero quería que el Comité funcionara como “observador” en la proyectada junta; después se erigió en un organismo informalmente adjunto al DT y en un instrumento de control sobre los obreros.

Los huelguistas no volvieron al trabajo; esperaron a realización de la junta con los patrones, fijada para el 20 de enero. Cuando acudieron sus representantes supieron que se trataba de una reunión entre el gobierno y los industriales para decidir la cuestión obrera sin su presencia, ni siquiera como observadores. Se adujo “falta de espacio” en el local de la reunión, pero era obvio que el frente patronal se resistía a negociar con los obreros. Al término de la junta se comunicó a los representantes los acuerdos: 1) disminución de la jornada a 10 horas de trabajo efectivo al día; 2) aumento provisional de 10% a los salarios de los destajistas y de los jornaleros que desde antes trabajaban 10 horas o menos al día; 3) mantener inalterado el salario de los jornaleros que antes trabajaban más de 10 de horas y que ahora trabajarían por día; 4) integración de una comisión para determinar las tarifas definitivas y el nuevo reglamento de trabajo. Ninguno de los representantes mostró entusiasmo ante esos acuerdos; el desaguisado sufrido previamente los hizo dudar de su cumplimiento. Los obreros del estado de Puebla regresaron al trabajo hasta fines de enero. Ya que en el fondo los patrones tampoco estaban conformes con los acuerdos comenzaron a violarlos, aplicándolos a su conveniencia o ignorándolos. De ahí que a inicios de febrero en muchas fábricas hubiera nuevas huelgas.

Y aunque es cierto que en la etapa maderista las huelgas no fueron ahogadas en sangre, la organización obrera independiente sí fue continuamente descabezada y por tanto duramente golpeada. En 1913, a menos de un año de del arribo de Madero a la presidencia, el movimiento obrero en todo el país vivía una fuerte dispersión que se prolongaría por varios años. Al crear el DT y convocar a los empresarios a las reuniones de 1912, Madero puso en práctica el intervencionismo del Estado en las relaciones laborales, pero esto “no significó un cambio radical en la política tradicional de dar preferencia a los patrones sobre los trabajadores”.

Nuestra idea se refuerza, si recordamos el triunfo democrático de la campaña política de Francisco I. Madero, durante el gobierno interino de Francisco León de la Barra, pues es famoso que lo condujo limpiamente y en medio de la popularidad a la primera magistratura del país. Sin embargo, también es cierto que desde aquel éxito democrático se vislumbró la escisión de la "familia revolucionaria" como consecuencia del triunfo del licenciado José María Pino Suárez, en su campaña para la vicepresidencia, sobre el activo y decidido doctor Francisco Vázquez Gómez, quien desde entonces se sustrajo de aquellas filas. Más tarde su hermano, el licenciado Emilio Vázquez Gómez, se rebeló contra el gobierno; como

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