Revolución Francesa
Enviado por Glendaa24 • 13 de Noviembre de 2014 • 1.694 Palabras (7 Páginas) • 161 Visitas
EUROPA DESPUES DE LA REVOLUCION FRANCESA
Francia fue a mediados del siglo XVIII un claro ejemplo de la
sociedad europea de esa época. Tras una máscara que
ostentaba riqueza y poder, Francia ocultaba una gran cantidad de
pequeños conflictos sociales y políticos próximos a estallar. Uno
de esos problemas era el absolutismo ejercido por Luis XVI y por
sus antecesores, otros motivos fueron la desigualdad social, los
obstáculos económicos, las malas cosechas que provocaron el
hambre y las rebeliones populares.
El significado de la palabra revolución es inquietud, alboroto,
sedición, grave alteración en un Estado; cambio violento en las
instituciones políticas de una nación. Estas dos definiciones
pueden aplicarse a la revolución francesa, en la que reinaron la
violencia, la ansiedad y en algunos momentos la paz y la
reflexión. Los diez años durante los que se extendió la revolución
fueron muy importantes para Francia, ya que en su transcurso
todas las asambleas y convenciones con sus respectivas
consecuencias, buenas o malas, cambiaron la historia política y
social de Francia y del resto de Europa y América.
La influencia de la Revolución Francesa fue enorme. El gobierno,
la economía y las relaciones sociales fueron modificadas por ella,
no sólo en Francia sino en gran parte de Europa. Sus ideas y sus
hechos repercutieron en el resto del mundo.
2. Transformaciones de la revolución
Caída del absolutismo
Una de las reformas producidas por la revolución, fue el paso del
absolutismo monárquico a la monarquía parlamentaria y la
república. El absolutismo es el sistema político en el que se
confiere todo el poder a un solo individuo o a un grupo. En el caso
del absolutismo monárquico ese único individuo es el rey. En
Francia, el absolutismo lucía claramente sus excesos. El poder se
hallaba en manos de Luis XVI: joven bien intencionado, pero de
modestas condiciones intelectuales, irresoluto y excesivamente
influido por María Antonieta, su esposa y por el círculo de amigos
y cortesanos que le rodeaban.
En 1778, Luis XVI se vio obligado a convocar a la cámara de
representantes de la nación, conocida como los Estados
Generales. Este órgano se convirtió en Asamblea Constituyente.
El 14 de julio de 1789 el pueblo parisino asaltó La Bastilla y
retuvo a la familia real en el palacio de las Tullerías. Luis juró
obediencia a la nueva Constitución francesa en julio de 1790,
pero siguió conspirando en contra del gobierno revolucionario.
El 3 de septiembre la Asamblea Constituyente aprobó la
Constitución. Por primera vez en la historia de la humanidad se
definían por escrito los derechos y obligaciones de gobernantes y
gobernados, y se organizaba el poder del Estado. En Francia se
conservó la monarquía que pasó de absolutista a parlamentaria.
El rey obtuvo el derecho del veto, o sea, la posibilidad de
oponerse a las leyes adoptadas por la Asamblea. El cuerpo
legislativo era unicameral. Aparece una división de poderes
(ejecutivo, legislativo y judicial).
El 21 de septiembre de 1792, al iniciar sus sesiones, la
Convención Nacional declaró la abolición de la monarquía y la
proclamación de la República. Así Francia se convirtió en el
primer Estado Nacional republicano de las potencias europeas.
Aunque esta primera República francesa no duró mucho, su
repercusión en la sociedad francesa y en general en la europea
fue continua.
Aunque estos nuevos sistemas se basaban en la soberanía
popular, es decir, en el poder del pueblo; en realidad estuvieron
controladas por la burguesía rica, que excluyó de la participación
política al resto de la población.
La monarquía parlamentaria, tal fue la que se implementó en
Francia, fue más beneficiosa que la anterior. Esta nueva
monarquía produjo que trocaran los nobles por la burguesía rica,
siendo esta la clase social más influyente en el gobierno. Pero
dejando de lado que las clases más bajas no tuvieran demasiada
participación, el Estado ya no podía cometer los excesos de
antaño y se puso fin a los privilegios de la aristocracia y el clero.
La república, forma de Estado basada en el concepto de que la
soberanía reside en el pueblo, quien delega el poder de gobernar
en su nombre a un grupo de representantes y elegidos, fue
implantada en Francia por la Convención que designó al
jacobino* Maximilaiano Robespierre como gobernador. Al ejercer
este una férrea dictadura a causa de la guerra contra Austria y
otros países, los franceses comenzaron a temer a esta mal
ejercida forma de gobierno, por eso fue que durante esa época no
pudieron apreciarse las ventajas de vivir en una República.
3. Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano
Si bien no fue una consecuencia de la Revolución ya que sucedió
en el transcurso de ésta, la Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano, fue uno de los primeros hechos
desencadenados por ella.
El 26 de agosto de 1789, la Asamblea Constituyente aprobó un
documento que contenía las ideas políticas de la burguesía: la
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Éste
fue redactado a fin de proporcionar un marco previo a la
redacción de una constitución en los primeros momentos de la
Revolución Francesa.
Este documento revistió una doble importancia: no sólo se
convirtió en la base de la futura Constitución sino que también
expresó la tendencia universal de la Revolución Francesa.
Un elemento fundamental en este documento es que afirma que
la fuente del poder es la Nación, no Dios; con ello eliminó el
fundamento del absolutismo real e inauguró un tipo de gobierno
en el que el poder reside en el pueblo. Antes de esta Declaración,
los reyes asumían el mando por Derecho Divino, es decir que
eran reyes porque eran representantes de Dios y de Él recibían
su derecho a reinar y gobernar. La Declaración planteó que los
reyes deberían ser elegidos por el pueblo y no por Dios como
supuestamente se hacía.
La Declaración definía los derechos naturales del hombre entre
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