Rituales mayas.
Enviado por CarLuz_85 • 9 de Marzo de 2017 • Ensayo • 2.755 Palabras (12 Páginas) • 265 Visitas
Luz del Carmen Ramírez Ramírez
25 de octubre de 2016
Fundamento teórico
Taller de investigación I
Grupo: 1 V
LOS RITUALES MAYAS
FUNDAMENTO TEÓRICO
Marco teórico
Uno de los aspectos que adquirió mayor relevancia en la religión de los mayas prehispánicos lo constituyo sin duda el ritual. Uno de los medios por el cual la cultura maya expresaba de manera tangible su riqueza espiritual y entraba en contacto con el mundo sagrado, con sus dioses y con todo aquello sobrenatural. La mayoría de los rituales se realizaban en los templos sagrados, pirámides, patios, plazas o los juegos de pelotas.
La mayoría de los sacrificios humanos eran ofrendas para sus dioses, en especial al dios de la lluvia (Chaac). Los mayas era más valioso sacrificar niños, jóvenes con cosas valiosas o sacerdotes. Un estudio del arqueólogo Guillermo De Anda, estudios huesos encontrados en algunos de los cenotes donde eran arrojados y los resultados salieron que el ochenta por ciento de los huesos estudiados fueron de niños entre tres y once años de edad, la mayoría eran arrojados vivos, y el resto eran despellejados antes de ser ofrecidos.
Otra investigación realizada por la arqueóloga SONIA RIVERO TORRES se encontraron restos tanto de humanos como de animales, estos restos humanos que se encontraron fueron del periodo clásico. El estudio específicamente se realizó en un depósito de restos óseos de carácter no funerario, asociado a un altar del juego de pelota en la zona arqueológica de Lagartero, Chiapas. Los cráneos encontrados eran de personas de aproximadamente 25 años. Los resultados arrojaron que los restos fueron para el fin de sacrificio, sino también para el aprovechamiento funcional de algunos segmentos anatómicos, dado que desde épocas muy remotas el hueso humano ha sido un elemento útil y significativo para la elaboración de instrumentos.
Según antropóloga Vera Tiesler y Andrea Clicina, para el aprovechamiento funcional de algunos segmentos anatómicos, dado que desde épocas muy remotas el hueso humano ha sido un elemento útil y significativo para la elaboración de instrumentos. Para los mayas recibían recompensas y la comunicación ultima con sus dioses.
Existía la creencia que el contacto con el mundo sagrado implicaba peligro, ante esto tenían la necesidad de tener medidas protectoras, que se centraban en la purificación de todo aquello que fuera a estar en contacto con el ritual. Algunas de esas medidas era poner en centro un brasero ardiendo al que cada participante arrojaba incienso y el alimento sagrado, maíz molido.
En la revista digital de investigaciones Filológicas, UNAM, la Dra. Martha Ilia Nájera Coronado, menciona que los dioses mesoamericanos, como se añade no eran omnipotentes, necesitaban de la ofrenda de los humanos para subsistir, y ésa fue la razón primordial de la creación. Como ya algunos investigadores mencionados dice que extraían la sangre de diferentes partes del cuerpo, como lo son, la lengua, los molledos de los brazos, o bien del miembro viril, que era lo que contenía mayor energía fertilizante, luego se ungía a la imagen del dios o bien se derramaba en papeles que se quemaban, para que el humo pudiera llegar a los seres incorpóreos.
La imagen de los dioses se representaba en obras plásticas como seres fantásticos. Eran representados composición de varios animales o como figuras humanas, pero casi siempre con rasgos de animal o vegetal. Para ellos se significaba que los dioses mayas fueron concebidos como poderes o energías, pero tan sutiles, que son invisibles e intangibles, se pueden revelar a través de una ráfaga de viento, es por ello que se representaban con animales, uno de los más usados era la cabeza de serpiente.
Dentro del artículo publicado de la Dra. Martha Ilia Nájera Coronado, en la revista ya mencionada, menciona que los dioses exigían aún mas de la sangre que era recolectada algunas de las partes del cuerpo, pero cabía la posibilidad de que se agotara, de ahí la constante ansiedad del hombre para lograr dicha regeneración. Así es que se empezaron a realizar los sacrificios humanos, provocando la muerte de diversos medios. Podía ser por decapitación, en los que la cabeza simbolizaba la mazorca de maíz, transformándose en un fruto simbólico del sustento del hombre.
A su vez era la forma en que la sangre escaparía con gran profusión, símbolo de la energía divina que escapa del cuerpo. Es muy difícil que la muerte se hubiera podido causar cercenando la cabeza, dados los instrumentos con los que contaban; primero debió recurrirse a degollar a la víctima, para con posterioridad separar la cabeza del cuerpo. De diversos testimonios se infiere que la forma simbólica de la decapitación, previo el degollamiento, parece haber sido la forma más común de sacrificio en el periodo Clásico del área maya. La cabeza también constituyó un signo de triunfo, el captor se colgaba la cabeza de su prisionero para ostentar su victoria.
Ya en el periodo posclásico la forma en que eran sacrificados, extraían el corazón de forma salvaje de sus víctimas, pues la creencia de los mayas el corazón era un centro donde residían las funciones cognoscitivas, racionales, espirituales y emotivas, el centro anímico vital y el centro primario del yo. A la hora de empezar los rituales del sacrificio humano eran acompañados de danzas y cantos con enormes procesiones para adorar a sus dioses.
Por lo general las victimas sacrificadas eran cautivos de guerra, y mientras mayor fuera el rango del prisionero, su muerte alcanzaba mayor valor.
Había otras víctimas, aun infractores de la ley, que estaban destinadas a alimentar a las divinidades, finalidad para la que fueron creados los hombres y retribuir a los dioses hambrientos los favores recibidos y calmar su enojo. Y por último estaban los sacrificados que servían como compañeros de muerte, servidores de los grandes señores a los que continuarían sirviendo en el tránsito hacia su destino final, localizado en la tumba del Templo de las Inscripciones de Palenque.
Cada uno de los rituales de sacrificios era con el propósito de obtener algo de sus dioses. La muerte por flechas o saetas tenía como finalidad primordial la búsqueda de la fertilidad. De acuerdo a la investigación de la Dra. Martha Ilia Nájera Coronado, este ritual se realizaba amarrando la victima a una columna de piedra en medio de la plaza y alrededor de él bailaban guerreros, la víctima se pintaba de azul, el color sagrado, y se adornaba con flores del árbol balché, asociadas con la sexualidad. El sacerdote lanzaba una primera flecha y luego los guerreros lo asaeteaban. El sacrificio se hacía en honor del dios solar, quien enviaba sus rayos materializados en flechas para terminar con la vida de la víctima.
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