Rosa Crowder su participacion en Mexico

Rosa Crowder

El doctor Liceaga con diversos personajes de la diplomacia y de la medicina, en el exterior, le dieron la oportunidad de localizar a través de ellos a una enfermera americana titulada, la señorita Rosa Crowder, para tomar a su cargo el inicio de las “lecciones para las enfermeras”. En sus primeras informaciones dio a conocer que “imprimiría en el ánimo de las enfermeras la necesidad de una pulcritud minuciosa en todas las cosas que pertenezcan a la profesión, combinada con el orden, el método y la limpieza”. Hizo saber también la conveniencia de que las enfermeras usaran un uniforme especial; y que cuando ellas hubieran comprendido bien los principios que trataban de inculcarse, iniciarían el trabajo a la cabecera del paciente.

Los primeros procedimientos que propuso para adiestrar a tal grupo fueron. “hacer las camas convenientemente” para apreciar las ventajas que se obtienen con técnicas espaciales para los diferentes casos y enfermedades, después se observarían los síntomas que presentaran los pacientes,  la forma de hacerlo y enfatizaría la manera de tomar el pulso, la temperatura, y la respiración, así como su registro correspondiente. Posteriormente, abordaría la manera de vestir a los  enfermos para permanecer en la cama, el cambio de su ropa para darles comodidad; bañarlos según los casos de enfermedad y los efectos de las diferentes temperaturas del agua.

Algunos otros aspectos de estudio se enfocarían a la dietética, la manera de hacer y dar los alimentos, especialmente los licuados. La forma en que se prepararían y aplicarían las lavativas, desde las de agua simple hasta las alimentarias, comenzando con los purgantes; como administrar diferentes duchas y diferentes formas de aplicar la asepsia. Posteriormente se abordaría lo relativo a la administración de medicinas, por la boca, por vía hipodérmica, y la vigilancia de sus efectos.

Una  enseñanza más seria la preparación de soluciones antisépticas y su empleo; la esterilización, su valor y la forma de obtenerla por medio del calor y los antisépticos; el manejo de aparatos quirúrgicos; la conservación de la asepsia quirúrgica; la cirugía menor, las curaciones, la limpieza de las heridas, y la conducta de las enfermeras en las salas de operaciones;  enfatizando los cuidados especiales con las cirugías de abdomen y de cráneo. El curso daría fin con la enseñanza de la obstetricia.

La señorita Crowder hizo especial mención de que “inculcaría desde el primer día de la enseñanza, la asepsia, la bondad, la cortesía, el buen humor y la buena voluntad”; y acentuar tanto en el aprendizaje como en la práctica, la importancia de seguir cuidadosamente las prescripciones del médico y sus órdenes, recordando siempre que “la enfermera no es ni puede ser médico”.

Estas lecciones eran una novedad en la época, puesto que se establecía un ordenamiento técnico-médico para que las enfermeras se adiestraran en diversos aspectos hospitalarios y para que se iniciaran la conformación de una nueva figura en la enfermería, que bajo ciertas características personales combinadas con la enseñanza formal dieran nacimiento a la imagen de la enfermera de principios del siglo XX.

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