Ruinas del teatro de Esparta
Enviado por aletato • 5 de Agosto de 2013 • Ensayo • 2.477 Palabras (10 Páginas) • 521 Visitas
Historia
Origen
Ruinas del teatro de Esparta.
La ciudad estado fue fundada tras la conquista de Laconia por los
dorios. Al principio estuvo minada por disensiones internas. Las
reformas en el siglo VII a. C. fueron un verdadero punto de inflexión
en la historia de la ciudad: a partir de entonces todo se encaminaría a
reforzar su poderío militar y Esparta se convertiría en la ciudad hoplita
por excelencia.
Esparta sometió a la totalidad de Laconia: comenzó por conquistar toda
la vega del Eurotas para rechazar a los de Argos y asegurarse la
hegemonía de toda la región. La segunda etapa consistió en la anexión
de Mesenia. Esparta era ya la ciudad más poderosa del área, con
Arcadia y Argos como únicos rivales. A mediados del siglo VI a. C. Esparta sometió también las ciudades de
Arcadia y derrotó a Argos dejándola totalmente debilitada. Todas ellas se verían forzadas a firmar pactos por los que
reconocían la hegemonía de Esparta. Fue en el marco de estas luchas con los argivos que Esparta adoptó el estilo
hoplita de combate, aproximadamente entre los años 680 y 660 a. C.[2]
Durante el Siglo VI a. C. los espartanos mantuvieron una activa política exterior que incluía la alianza con Creso de
Lidia frente a la amenaza persa. También combatieron los tiranos de Grecia y depusieron a muchos de ellos
fracasando frente a otros (Polícrates de Samos resistió a la invasión espartana). Sin embargo también apoyaron a
tiranos que les pudieran ser favorables y en Atenas intentaron restaurar a los pisistrátidas pero la oposición de la
influyente Corinto lo impidió.
Guerras Médicas
En el siglo VI a. C., Esparta se había interesado por el Asia Menor, entre otras cosas suscribiendo una alianza con
Creso, rey de Lidia. Al comienzo del reinado de Cleómenes I, sin embargo, se mostraría más aislacionista,
rechazando apoyar, en el 499 a. C., la revuelta de las ciudades de Jonia contra los medos (persas), para centrarse en
consolidar su propio imperio del Peloponeso. En 491 a. C., cuando Cleómenes logró desembarazarse de Demarato,
las cosas cambiarían. Los espartanos arrojaron a un pozo a los emisarios de Darío I, llegados para reclamar la tierra y
el agua, acto simbólico de aceptación de la hegemonía universal de los aqueménidas, y despacharon refuerzos a los
atenienses (refuerzos que llegaron a Maratón demasiado tarde para participar en la gran victoria griega).
Leónidas en las Termópilas, de Jacques-Louis
David, 1814, Museo del Louvre.
En el año 481 a. C., cuando Jerjes reclamó de nuevo la tierra y el agua
a todas las ciudades griegas, exceptuando a Atenas y Esparta, fue
naturalmente a ésta última a la que se le confió encabezar la Liga
Panhelénica, incluyendo la flota, pese a la superioridad marítima de
Atenas. Tras haber renunciado a defender Tesalia, los espartanos,
mandados por su rey Leónidas, defendieron valerosamente el
desfiladero de las Termópilas, retrasando en forma notable el avance
de los persas, y permitiendo a la flota replegarse hacia Salamina. En
contrapartida, la total victoria de Salamina fue obra de los atenienses,
quienes tuvieron que recurrir al chantaje para forzar la batalla en el
estrecho, siendo así que el navarca –almirante- espartano de la flota,
Kriatos, deseaba replegarse al istmo de Corinto.
En el 479 a. C., la victoria de Platea se logró bajo el mando del general Pausanias, regente debido a la minoría de
edad de su primo el rey Plistarco hijo de Leónidas I. En el 479 a. C., la victoria de Mícala se logró bajo el mando delEsparta 3
rey Leotíquidas II. El general Pausanias recibió la misión de destruir el puente de barcas construido por los persas
sobre el Bósforo, con el fin de dificultar su retirada, pero una tempestad se encargó por él del trabajo. Con el
restablecimiento de la paz, Esparta propuso abandonar a su suerte las ciudades jonias, demasiado lejanas, pero
tropezó con la oposición de Atenas, lo mismo que en su sugerencia de expulsar de la anfictionía de Delfos a las
ciudades culpables de medismo o alianza con los persas: es decir, las de Tesalia.
Guerra del Peloponeso
Apenas terminadas las guerras médicas, Esparta se inquietó por el creciente poderío de Atenas, enardecida ésta por
sus victorias contra los persas. Presionada por Egina y Corinto, Esparta prohibió a Atenas reconstruir sus murallas,
destruidas por los persas. Esto no impidió que Atenas abandonara la Liga Panhelénica para fundar la Liga de Delos.
Esparta no llegó a desencadenar una guerra y las relaciones se mantuvieron estables hasta el 462 a. C., año en el que
desdeñó y envió de vuelta un contingente ateniense dirigido por Cimón, que había acudido a socorrerla en plena
revuelta de los ilotas. Esto supuso la ruptura, sellada con la condena al ostracismo del espartófilo Cimón por sus
compatriotas de Atenas.
Las hostilidades propiamente dichas comenzaron en el 457 a. C., a requerimientos de Corinto. Tras una serie de
victorias y derrotas para ambos bandos, se alcanzó una paz inestable que duraría cinco años. En el 446 a. C., las
revueltas de Megara y Eubea reavivaron el conflicto. Esparta, a la cabeza de las ciudades coaligadas, arrasó el Ática.
El propio rey espartano Plistoanacte fue acusado de corrupción, por no haber proseguido la ofensiva, y condenado al
exilio. En el 433 a. C., por último, el asunto de Córcira dio lugar al inicio de la Guerra del Peloponeso.
Hoplita.
La guerra se prolongaba demasiado. Pericles decidió abandonar el
Ática al pillaje sistemático de los espartanos, acogiendo a la población
dentro de los Muros Largos, que unían Atenas con su puerto, El Pireo.
En el 425 a. C. se produjo la humillante derrota de Esfacteria, donde
120 Iguales (ver más abajo), pertenecientes en su mayor parte a las
grandes familias de Esparta, fueron capturados en un islote. La ciudad
tendría que rendir la flota para recuperar a sus hoplitas. El golpe fue
traumático: era la primera vez que se veía a los Iguales rendirse en vez
de combatir hasta la muerte. En el 421 se firmó con el estratego
ateniense Nicias una paz largo tiempo anhelada.
Pese a todo, las tensiones permanecieron. Esparta y Atenas chocaron
nuevamente en el 418 a. C. por una disputa territorial en Mantinea.
Atenas
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