SEGREGACIÓN ANA FRANK

En esta sección se resume las segregaciones sufridas por Anna Frank por parte de su familia y de la Alemania nazi:

La familia de Anna Frank tuvo que emigrar de Alemania hasta Holanda en el año 1933, los que no lograron huir fueron exterminados en los campos de concentración alemán, y otros familiares se vieron obligados a ser dispersos en demás países.

Las legislaciones del tercer Reich afectaron fuertemente a los judíos: tuvieron que llevar una estrella amarilla que los identificaba, y mostrarse públicamente como tal. Los obligaban a entregar sus medios de transporte personales, y se les excluyó del transporte público. Se les prohibían los medios de comunicación y los electrodomésticos. Tenían restricciones en los horarios de mercado, y sólo se les permitía comprar en tiendas judías. Había toque de queda a las 8:00 p. m., sin que nadie pudiera asomar la cabeza a la ventana, estar en el balcón o en sus jardines. Eran segregados de ir a lugares públicos, practicar cualquier tipo de deporte al aire libre ni en lugares dedicados a esas disciplinas. No se les permitía visitar a sus amigos cristianos, y eran obligados a estar concentrados en zonas judías. Los niños judíos debían asistir a escuelas netamente judías y con limitaciones, excluyendo a muchos de la educación. Cada vez más eran las nuevas restricciones para los judíos. Los empresarios se vieron obligados a arianizar sus negocios, es decir, poner a nombre de alemanes las empresas judías para ser liquidadas o generar más riqueza para el imperio. Las familias eran citadas para los campos de concentración por las SS y la Gestapo, la mayoría de veces con violencia y autoritariamente. Y no menos importante, el holocausto judío, que fue la parte más devastadora de todo el régimen nazi, casi más de 6 millones de judíos era asesinados en cámaras de gas, usados como ratas de laboratorio, con sus restos hacían jabones, especias, herramientas, y productos para uso de los arios y la guerra. En resumen, una total y completa violación a los derechos humanos.

Por otro lado, la misma Anna Frank se sentía segregada de su propia familia, convivía en una constante violencia familiar, reproches de sus padres, comentarios de los Van Pels, críticas a sus opiniones, menosprecio por su edad (era excluida de algunas actividades), falta de compresión e indiferencia de su madurez y los cambios de su adolescencia (la seguían considerando una niña, y algunas muestras de violencia física. Y cabe mencionar que todos en el anexo carecían de alimento, puesto que debían comprarlo en el mercado negro a precios muy elevados. Les faltaba la ropa, seguridad, recreación, salir al aire libre, poder expresarse abiertamente, la salud, higiene, servicios públicos. Además de que nadie podía hacer ruido, debían hacer sus actividades con discreción para no generar dudas ni verse expuestos ante los trabajadores de pisos inferiores. La educación académica de

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