SIMÓN BOLÍVAR (1783-1830)
Enviado por GabrielDelgado83 • 15 de Julio de 2014 • Biografía • 3.322 Palabras (14 Páginas) • 194 Visitas
SIMÓN BOLÍVAR (1783-1830)
“América no es un problema, ni un hecho siquiera: es un decreto soberano, irrevocable, del Destino. Este mundo no se puede ligar (esclavizar) a nada. Los dos grandes océanos del mundo lo rodean y el corazón de los americanos es absolutamente independiente.”1
Simón Bolívar
Si Francisco de Miranda fue el creador de la idea de una América independiente2, Simón Bolívar concibió una Nación de repúblicas que “equilibrara el universo”. Para el Libertador, la independencia era inseparable de la unidad.
Su nacionalismo latinoamericano se explica porque sólo un poder político y militar continental era capaz de ligar a una Nación nacida de la insuficiencia industrial española, y que encerraba en su seno tendencias separatistas en cada puerto, donde comerciantes, terratenientes y mineros aborrecían la unidad y clamaban por establecer vínculos directos con Gran Bretaña, una vez libres de monopolio español.
Diversas razones explican el hundimiento del poder bolivariano y subsiguiente postración de un gallardo conjunto nacional trágicamente escindido en veinte provincias impotentes ante la dominación extranjera. 3
Pero ahora veamos cómo en el Nuevo Mundo, por su pensamiento político, brillante carrera y las poderosas fuerzas sociales que movilizó, fue Simón Bolívar la figura fundamental de la lucha por la incorporación de la América criolla a la Historia Universal como Nación independiente.
Vida privada de un joven mantuano4
Bolívar vino al mundo en Caracas, capital de Venezuela, que era Capitanía dependiente del Virreinato de Nueva Granada. Sus padres pertenecían a la alta clase criolla, llamada “mantuana” por la fineza de los mantos de sus mujeres. Pero pronto murieron y el niño quedó huérfano. Entonces su abuelo, alférez real de Caracas, y poderoso hacendado, lo llevó consigo a su casa. Allí el niño recibió educación.
Su maestro y amigo por el resto de su vida fue Simón Rodríguez. Cultísimo, de ideas avanzadas y devoto de Rousseau, el maestro transmitió al discípulo el sistema de ideas de la Revolución Francesa5 y el pensamiento político liberal independentista.
Rodríguez también custodió su fortuna. Pasados varios años, el joven Bolívar, que había pasado en Europa años entre placeres refinados y una vida galante6, se rencontró con su maestro, quien lo salvó de la ruina e infundió en su debilitado ánimo el anhelo de dedicar sus días a la libertad del Nuevo Mundo.
El joven criollo se conmovió viendo la coronación de Bonaparte como Emperador, donde el corso no dejó que el Papa lo ungiese, sino que lo hizo él mismo. Bolívar guardó siempre la admiración por aquél Jefe a quien también vio coronar en Milán, rodeado de un ejército magnífico y multitudes jubilosas que vivaban su gloria.7
Junto a Simón Rodríguez y un amigo, iniciaron un viaje a pie de Francia a Italia. Al llegar a Roma, subieron al Monte Sacro y extasiados juraron no descansar hasta lograr la emancipación americana.
También conoció al Pontífice romano, pero no se arrodilló ante él, como era costumbre, con gran escándalo.
En otra ocasión, escaló el Vesubio con el famoso sabio Humboldt, quien realizó el inventario físico de América Latina.
Luego de una larga temporada en Europa, Bolívar había alternado con grandes celebridades del viejo continente y adquirido una vinculación profunda con el espíritu del siglo: la Nación en armas contra el Antiguo Régimen.
Al dejar París, era un acaudalado patricio suramericano, imbuido de ideas revolucionarias, pero que aún no descubría su vocación política.
Llegado a Venezuela se ocupó de sus haciendas, casas, ganados y esclavos. Pronto se destacó en los elevados círculos caraqueños. Era un hombre que, antes de cumplir treinta años, había enviudado, viajado por Europa y Estados Unidos y que pertenecía a lo más granado de la vida social de la Venezuela colonial.
Conmoción en el Viejo Mundo
Cuando Napoleón ocupó España, la nobleza borbónica se arrodilló ante el invasor, pero el pueblo y sectores del ejército resistieron al monarca impuesto por el ejército extranjero. Se formaron Juntas en toda la península para conservar los derechos de Fernando VII.
En América se replicó el movimiento juntista. Por ello, en 1810, al cruzar el océano la noticia de la caída de la Junta Central de Sevilla, que era reconocida como gobierno legítimo por peninsulares y americanos, la revolución estalló en todos los virreinatos y capitanías.8
Méjico, Chile, Buenos Aires, Nueva Granada y Caracas crean sus Juntas. La revolución naciente movilizará miles de hombres y mujeres. El cautivante patricio caraqueño será arrastrado por ella.
La revolución aristocrática
Caracas forma la suya el 19 de abril de 1810 y Bolívar –nombrado coronel- aporta íntegramente los fondos necesarios para la misión diplomática que viaja a Londres a entrevistarse con las autoridades inglesas en busca de apoyo político para el gobierno revolucionario.9 Allí el joven se encuentra con su admirado Francisco de Miranda10 y gestiona su retorno a Venezuela para ponerse al frente de la lucha contra España.
En 1811, Caracas declara la Independencia. Pero la “Primera República” sólo dura 15 meses. Miranda se da por vencido y tomado preso por los españoles. Bolívar y otros jefes logran huir. Éste, tras obtener su salvoconducto, se refugia en Curazao.11
¿Qué ha pasado? Las tropas del rey se ha visto fortalecidas por las masas populares de Venezuela que hacen su propia guerra contra el gobierno independentista de los “hacendados del cacao y el tabaco” (entre quienes se contaba Bolívar), en quienes veían a sus explotadores y dueños de esclavos, ganados y tierras. La lucha de clases, en esta primera etapa fue signada por lo que Bolívar con su desprecio mantuano llamaba “guerra de colores”. Los zambos, llaneros, indios, negros esclavos, integrarán los ejércitos del asturiano Boves, que infligen derrota tras derrota a Bolívar y a los jefes mantuanos.
Así se explica el paso de las victorias iniciales bolivarianas de la “Campaña Admirable” de 1813, con su nombramiento como Capitán General de los Ejércitos de Venezuela y su título de Libertador, a las terribles derrotas de la Barquisimeto y La Puerta al año siguiente.
Ese año 1814 fue conocido como el “año terrible” de Venezuela. Pese a las causadas por las fuerzas republicanas, Boves se rehacía constantemente: “Cuando Boves ordenó el ataque a La Victoria, en el mes de febrero, disponía de 7.000 hombres; cuando huyó hacia los Llanos la noche del 1º de abril le quedaban sólo 400. Y sin embargo al comenzar el mes de junio reapareció en los Llanos a la cabeza de miles
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