SITUACION DE LOS DERECHOS HUMANOS EN MEXICO
Enviado por Mddl • 5 de Noviembre de 2017 • Reseña • 2.022 Palabras (9 Páginas) • 314 Visitas
RESEÑA 6. SITUACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS EN MÉXICO
En este capítulo II nos va hablar acerca de los diversos factores que dan lugar a la violencia por lo que La Comisión considera pertinente realizar un breve análisis de los factores, con el fin de entender mejor cómo ésta incide en la situación general de derechos humanos en el país.
La violencia en nuestro país es una gran problemática. Los estados fronterizos con Estados Unidos de América; Baja California Norte, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas—sienten de manera particular la violencia relacionada al narcotráfico y al crimen organizado mientras que en el istmo de Tehuantepec en el suroeste y el corredor Chiapas, Tabasco, Veracruz, Tamaulipas—también resienten la violencia relacionada al tráfico de drogas y armas y a la trata de personas. El estado de Michoacán ha visto el surgimiento de las “autodefensas” y policías comunitarias, así como enfrentamientos o la matanza ocurridos este año en Ecuandureo y Apatzingán. Por lo que por esta ola de violencia existe una situación extrema de inseguridad; niveles críticos de impunidad y una atención inadecuada e insuficiente a las víctimas y familiares.
La violencia contra defensores y defensoras de derechos humanos, operadores de justicia y contra periodistas es ejercida con el objetivo de silenciar las denuncias y el reclamo de verdad y justicia, y perpetuar la impunidad para las graves violaciones a los derechos humanos. La falta de acceso a la justicia ha creado una situación de impunidad de carácter estructural que tiene el efecto de perpetuar y en ciertos casos impulsar la repetición de las graves violaciones a los derechos humanos, el cual la CIDH constató en reiterados testimonios de personas que no denuncian estas violaciones por temor a represalias, generando un problema grave de sub-registro en las cifras oficiales.
El Estado al verse en esta violencia fortaleció en el marco jurídico para la prevención y protección de los derechos humanos, por ejemplo la reforma al sistema de justicia penal en 2008 y la reforma constitucional de 2011 y, a partir de ésta última, otros desarrollos normativos y de políticas públicas importantes, como iniciativas de leyes generales en materia de personas desaparecidas y erradicación de la tortura; el papel y prestigio de las fuerzas armadas en labores de protección de la población, y su función para ayudar en labores de las policías.
Al norte de nuestro país se encuentra nuestra frontera que compartimos con Estados Unidos que da una enorme capacidad de violencia a los grupos criminales. Es por ello que México impulsó la Convención Interamericana Contra el Tráfico de Armas (CIFTA), el Protocolo contra el Tráfico Ilícito de Armas de la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional y la Convención sobre el Comercio de Armas de la ONU. El Estado indicó que no es posible separar lo que sucede en México de lo que sucede en los Estados Unidos de América en materia de narcotráfico. Son las dos caras de la misma moneda. Por lo que el Estado mexicano informó que tiene su base en el cumplimiento con los compromisos internacionales que se desprenden de las tres Convenciones de las Naciones Unidas de fiscalización de drogas, así como de documentos políticos de la propia ONU, como de la OEA, en especial la Estrategia Hemisférica sobre Drogas y su Plan de Acción 2010-2015.
Existen principales fuentes de violencia en la que encontramos a policías en sus distintos niveles, miembros de las fuerzas militares e inclusos ministerios públicos que han sido vinculados con presuntas graves violaciones a los derechos humanos que permanecerían en la impunidad.
A lo largo del tiempo se han tenido incidentes emblemáticos con participación del Estado en actos violentos; el asesinato de 22 personas en Tlatlaya, desaparición de estudiantes normalistas en Iguala, Guerrero, los presuntos ataques a civiles por parte de militares en Ostula, Michoacán en mayo de 2015 como por mencionar algunos. México es considerado, además, uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo, exceptuando aquéllos que están en guerra. La respuesta del Estado ante actos de violencia en ocasiones parte de un aumento en el número de efectivos policiales (o incluso militares) que operan en las zonas del país con los índices más altos de violencia. Las actividades de seguridad ciudadana interna realizadas por parte de elementos de las fuerzas armadas han traído consigo un número considerable de quejas por violaciones a los derechos humanos. Lo que el Estado asimismo indicó que según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), frente a situaciones de violencia existente derivada del crimen organizado, la sociedad mexicana reconoce en las fuerzas armadas a una institución que ha proporcionado protección y en la cual han depositado la mayor confianza, por encima de otras instituciones.
Otra fuente de violencia es el crimen organizado que al igual que en partes de América Latina “la corrupción y la impunidad han permitido a organizaciones criminales desarrollar y establecer verdaderas estructuras de poder paralelas”. En muchos casos los grupos delincuenciales actúan en aparente colusión directa con autoridades estatales, o por lo menos con la aquiescencia de éstas.
El poder fáctico que ejercen los carteles de la droga en el país, aunado a los niveles de corrupción de muchos agentes estatales que les permiten actuar con impunidad en muchos casos, inciden en los altos niveles de violencia que azotan al país. La fragmentación de los carteles del narcotráfico como consecuencia de la detención de líderes y desarticulación de algunos grupos, las disputas por el control territorial y las nuevas alianzas entre los mismos grupos criminales, así como el surgimiento de nuevos grupos delincuenciales, han exacerbado el fenómeno. Esta diversificación de sus actividades delictivas, aunada al poder fáctico que ejercen en gran parte del territorio, convierten al fenómeno del crimen organizado en la principal fuente de violencia por parte de actores privados en México que a su vez trae aparejada la responsabilidad del Estado mexicano por la falta de una respuesta eficaz frente a este problema.
Algunas otras fuentes de violencia es el fenómeno conocido como “policías comunitarias” o “autodefensas”. De acuerdo a información de conocimiento de la Comisión, las autodefensas son grupos de civiles que han tomado las armas para presuntamente defender y proteger a sus comunidades de los delincuentes y sobre todo de los grupos del crimen organizado ante la ausencia de una presencia estatal efectiva conforme a un Estado de Derecho.
Las autodefensas surgieron a principios de 2013 principalmente en zonas rurales del país con altos índices delictivos y de impunidad. La Policía Federal desarrolló diversas acciones para generar vínculos de cooperación con la ciudadanía, fomentar la denuncia y fortalecer la confianza en las instituciones de seguridad. Asimismo, señaló que ante el avance en el fortalecimiento de las instituciones de seguridad pública y procuración de justicia, los grupos de civiles armados han visto atendidas sus demandas. Según el Estado, sólo aquellas personas que acreditaron los requisitos necesarios, fueron incorporadas de manera institucional a las labores policiales en su comunidad.
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