Sala Mexica, Museo De Antropología

En ella podemos ver el poderío y la importancia que alcanzó ésta cultura, durante el periodo que va desde 1300-1521 d.C. (los arqueólogos han definido esta época como Posclásico Tardío.

Los mexicas fueron un pueblo conquistador que llegó a la Cuenca de México a finales del siglo XIII, venía de la ciudad de Aztlan. Tras un largo recorrido lleno de penurias, lograron establecerse en un pequeño islote dentro del lago de Texcoco en el año 1325, el cual pertenecía al señorío de Azcapotzalco, el más poderoso hasta ese momento en todo el centro de Mesoamérica. Por varios años, los mexicas estuvieron sometidos al control político y militar de los tepanecas de Azcapotzalco, hasta que tras una guerra lograron liberarse de su dominio y convertirse, paulatinamente, en el reino más influyente de la Cuenca. Junto con sus aliados, Texcoco y Tlacopan, formaron la Triple Alianza, sistema político que les permitió controlar gran parte de Mesoamérica a través de la guerra de conquista. Su dominio les permitió obtener productos de tierras lejanas como plumas de aves procedentes de las selvas del sureste, piedras verdes, metales, pieles de animales, productos agrícolas como el cacao y el algodón, materiales de construcción, conchas y animales marinos de las costas.

Los objetos de la sala son muestra de lo inteligentes y sabios que eran los mexicas.

Me llamaron la atención muchos objetos como la Coatlicue, la Piedra del Sol y la Piedra de Tizoc, descubiertas a finales del siglo XVIII; así como el recipiente para ofrendas, llamado en náhuatl cuauhxicalli en forma de felino; esculturas de menor tamaño, pero también de excepcional trabajo como varias piedras de divinidades. También pude ver piezas de lapidaria, entre las que destaca la vasija de obsidiana en forma de mono. Me gustó mucho la maqueta del mercado de Tlatelolco, la se menciona que era una ciudad ubicada al norte del islote, que albergó el mercado más grande y que permitía practicar el comercio.

No pude dejar de admirar las ofrendas encontradas durante las excavaciones realizadas en el Templo Mayor

Los objetos que más me interesaron fueron:

La Piedra del Sol.

Sin lugar a dudas, la Piedra del Sol, es una de las piezas más representativas del museo o por lo menos una que a mí me llamo mucho la atención por su tallado, su tamaño y sus significados.

Fue descubierta en diciembre de 1790 durante los trabajos de nivelación de la Plaza Mayor de la ciudad. Simboliza las concepciones del tiempo de los mexicas.

Al centro aparece la imagen del Quinto Sol, Nahui Olin o Cuatro Movimiento y el rostro de Tonatiuh, dios del Sol, con la particularidad de que se le representó con la mitad inferior del rostro descarnada y la superior encarnada, lo que simboliza la vida y la muerte.

A su vez, en cada una de las esquinas del signo Olin aparece el nombre de los otros cuatro soles: Nahui Océlotl (Cuatro

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