Segunda Guerra Mundial
Enviado por iacr03 • 25 de Mayo de 2015 • 675 Palabras (3 Páginas) • 165 Visitas
Para Kidd, el combativo hombre europeo es un pagano que rinde homenaje pero no entiende ni acepta en su corazón la validez de «una religión que es la total negación de la fuerza». Ese hombre europeo ha introducido el «espíritu de la guerra» en «todas las instituciones que ha creado» y «la creencia que la fuerza es el principio último del mundo». Ese «hombre de la civilización occidental ha llegado a ser por la fuerza de las circunstancias el supremo animal de combate de la creación. La Historia y la Selección Natural lo han hecho lo que es»,[14] «por la fuerza ha conquistado el mundo y por la fuerza lo controla».[14] Otras visiones de influencia en esa percepción son las de Oswald Spengler, para quien Mussolini era el parangón del nuevo César, que se levantará del Occidente en ruinas para reinar en la «era de la civilización avanzada», por analogía a los césares de la Antigüedad.
En Alemania, específicamente esa rebelión contra el racionalismo dio origen, entre otras cosas, a una variedad de asociaciones que promovían un retorno a visiones romantizadas del pasado alemán (véase Völkisch), en lo cual Richard Wagner tuvo alguna influencia[nota 5] y una sociedad ocultista y semisecreta, la Sociedad Thule —basada en la ariosofía y primeros en usar la esvástica en el contexto de la época— que patrocinó el Partido Obrero Alemán (DAP), más tarde transformado por Hitler en el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán.[15]
A lo anterior se ha sugerido que hay que agregar factores específicamente alemanes. A pesar que Maurice Duverger considera tales consideraciones pocos convincentes a fin de explicar el desarrollo del nazismo,[16] se ha afirmado que no se puede explicar el nazismo sin considerar su origen[17] y que entre los factores que explican ese origen se debe mencionar una tradición cultural (volkgeist)[18] —que se remonta a personajes tales Lorenz von Stein y Bismarck (véase Estado social)— en la cual el Estado adquiría poderes dictatoriales, demandando orden, disciplina y control social estricto a fin de de garantizar crecimiento y el bienestar económico de la población.[19]
Esa tradición se transforma, bajo la influencia de personajes tales como Ernst Forsthoff, jurista conservador de gran influencia, quien, a partir del periodo de la República de Weimar, postula que los individuos están subordinados ya sea al «Estado absoluto» o al «Volk», bajo la dirección de un líder o Führer.[20]
El nazismo transforma, sin mucha dificultad, ese culto a la fuerza del más fuerte que es el ario en un antisemitismo puro y simple, utilizando la preexistente leyenda de una conspiración judía para hacerse con el control mundial (véase Nuevo Orden Mundial (conspiración) y Los protocolos de los sabios de Sion) para explicar la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial: el ejército de ese país fue traicionado y «apuñalado
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