Serigrafia
Enviado por krisstofer • 14 de Noviembre de 2014 • 17.161 Palabras (69 Páginas) • 303 Visitas
Historia de la Serigrafía
El conocimiento de la historia y desarrollo de un procedimiento como la serigrafía no tiene un valor meramente académico. Sólo si sabemos cómo se ha desarrollado un proceso hasta la fecha podremos innovarlo.
Dentro de la historia de la imprenta, el proceso serigráfico es relativamente nuevo. Sólo en los últimos 30 años ha evolucionado, y ha pasado de ser un trabajo puramente manual, a convertirse en un proceso industrial completamente desarrollado con ramificaciones que abarcan campos tan dispares como de impresión de circuitos eléctricos y la transferencia de dibujos a botellas de cristal.
La serigrafía es un procedimiento de estarcido cuya historia tiene dos fases. Algunas culturas han dejado restos arqueológicos que evidencian la aplicación de plantillas desde hace más de mil años; los antiguos egipcios, romanos, chinos y japoneses las usaban para decorar paredes, suelos, techos, cerámicas y tejidos, pero su combinación con tejidos tensados para imprimir, en la forma en que se usan hoy, data de principios de siglo.
El mayor inconveniente que han presentado siempre las plantillas es el de encontrar la forma de vincular las áreas aisladas, dentro del dibujo principal, con él. Este problema se resuelve tradicionalmente practicando puentes que unen ambas partes de la plantilla, procedimiento muy poco dedicado y nada idóneo, y en consecuencia sólo apto para diseños de cierta calidad.
Se necesitaba un método que permitiera transferir diseños con zonas asiladas sin que los puentes quedaran reflejados en el producto final. Se atribuye a los japoneses el descubrimiento de la mejor solución para el problema. Cortaban dos papeles exactamente iguales para cada diseño que deseaban copiar, encolaban una trama de cabello humano sobre uno de ellos, de forma que mantuviese todas sus partes en la posición correcta, y el segundo papel recortado se encolaba sobre el primero por el lado contrario al del cabello. De esta forma transferían complejos diseños a telas y vestidos, haciendo pasar el colorante a través de las zonas abiertas de la plantilla sobre cualquier superficie.
Hasta mediados del siglo XIX no se aplicaron las plantillas a una malla de seda, y el primer equipo de serigrafía, parecido a lo que ahora entendemos por tal, nos llegó a finales del siglo que fue testigo del despertar de un gran interés en Europa por la cultura japonesa. Pero hasta 1907 no se registró la primera patente basada en este procedimiento de impresión, como ahora lo concebimos, es decir, con un marco tensado y una rasqueta.
Durante la primera guerra mundial la serigrafía se utilizó para imprimir a mano banderas y estandartes. La serigrafía floreció rápidamente en Norteamérica gracias a su aceptación entre los inmigrantes, que no podían comprar maquinaria, pero que estaban decididos a usar y desarrollar cualquier procedimiento en el que encontrasen utilidad. El primer reporte fotográfico se realizó en U.S.A. en 1915.
Desde aquel momento la serigrafía entró en una nueva etapa. La industria textil, en particular, adoptó el nuevo invento, y en los decenios de l920 y 1930 los diseñadores empezaron a utilizar películas para reporte fotográfico, creando una nueva gama de tejido que se ajustaba a los gustos de la época.
Se veía entonces la serigrafía como una etapa de transición entre el marcado y los procedimientos textiles industriales. Se le encargó a diseñadores y artistas la realización de diseños para tejidos de alta calidad, que no se producían en masa pero sí en cantidades comerciales. Estos artistas supieron aprovechar la capacidad de las películas de trazado, para reproducir perfectamente sus diseños, y de esta forma se produjeron de una calidad única en su tiempo.
La adaptabilidad de la serigrafía a las innovaciones y a la experimentación aseguró su supervivencia en la industria textil, pues hoy es un procedimiento industrial muy específico, que utiliza prensas rotativas especialmente creadas para este campo. Mientras la industrial textil aprovechaba, por su parte, las ventajas de la serigrafía en los años treinta, ésta veía aparecer en su campo específico más máquinas automáticas de impresión que permitían imprimir el papel por millares.
Desde esta década, la serigrafía se ha desarrollado rápidamente en todas las direcciones hasta convertirse en un procedimiento tan útil para el taller familiar como para el impresor que desee competir con la producción litográfica. Los primeros impresores usaban pinturas para realizar sus trabajos, pero pronto los fabricantes de tintas se interesaron en el proceso y empezaron a fabricar las cantidades adecuadas. Así mismo, a principio los impresores se dirigían a los fabricantes de tela en rollos para proveerse de tejidos. Estos fabricantes producían tejidos de seda de diversa finura para cerner la harina y, al descubrir la nueva demanda, fomentaron la investigación y desarrollo de tejidos, lo que ha tenido gran importancia para que la serigrafía alcanzase el nivel que ahora cumple.
La investigación realizada por estos fabricantes condujo al desarrollo de los tejidos de nylon y poliéster, lo cual permitió a la serigrafía introducirse en campos donde la exigencia de la calidad era elevada. Por lo que se refiere a los artistas, hay que decir que muchos usaron este procedimiento desde el principio de su introducción, en los decenios de 1930 y 1940. Los primeros impresos serigráficos evidencian una acusada dependencia de las técnicas de dibujo y pintura, pues apenas aportan innovaciones específicas. Este tipo de trabajo adoptó el nombre de serigrafía (dibujo sobre seda) para distinguirlo del proceso del estarcido industrial, si bien en castellano el término serigrafía ha llegado a designar todo tipo de impresión a través de pantalla, con independencia del material de ésta y de la técnica utilizada.
La serigrafía está presente en muchos campos; plantada en escuelas y universidades, forma parte de muchos procesos de diseño y creación, y los artistas siguen impulsándola en todas las direcciones, realizando imágenes que varían desde las nuevas pinceladas a las selecciones de color.
Antecedentes históricos.
Los antecedentes más antiguos de este sistema se han encontrado en China, Japón y en las islas Fidji, donde los habitantes estampaban sus tejidos usando hojas de plátano, previamente recortadas con dibujos y que, puestas sobre los tejidos, empleaban unas pinturas vegetales que coloreaban aquellas zonas que habían sido recortadas. Posiblemente la idea surge al ver las hojas de los árboles y de los arbustos horadadas por los insectos.
En Egipto también se usaron antiguamente los estarcidos para la decoración de las Pirámides y los Templos, para la elaboración de murales y en la decoración
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