Sexualidad y matrimonio en la América hispánica.
Enviado por Good_luck • 16 de Noviembre de 2016 • Resumen • 2.210 Palabras (9 Páginas) • 412 Visitas
Sexualidad y Matrimonio en la América hispánica. Siglos XVI-XVIII
El texto es un compilado de varios artículos realizados por expertos en Historia Latino-americana sobre la temática de la sexualidad y el matrimonio. Siendo la coordinadora del libro Asunción Lavrin.
Asunción Lavrin, nació en 1935 en cuba, es Profesora emérita del departamento de Historia de la universidad de Arizona, realizo sus estudios de posgrado en Estados unidos, en la universidad de Harvard. En el año 1963 concluyo su doctorado y ha investigado la historia de la mujer mexicana y latinoamericana en el periodo virreinal y del siglo XX, siendo así defensora del género literario testimonial femenino.
En 1997 en Quito, fue la primera mujer en dar una conferencia magistral en un congreso internacional americanista, mientras que en noviembre del año 2011 es electa miembro corresponsal de la academia mexicana de la historia. Entre los años 2001 y 2002 ocupo el cargo de presidente de la conferencia sobre historia latinoamericana (CLAH) y entre el 2002 y 2003 recibe la beca John Simon Guggenheim.
Lavrin, es autora, coordinadora y coeditora de varias obras como sexualidad y matrimonio en la América hispánica, siglos XVI – XVIII, La sexualidad y el matrimonio en América Latina colonial, La educación de una novicia capuchina, entre otros, y ha escrito numerosos artículos y capítulos de libros en inglés y en español.
Fuentes del libro: Registros eclesiásticos y los registros judiciales del periodo colonial. Estos incluyen también a los de la iglesia brasileña.
Capítulo I
La iglesia católica intento introducir el concepto europeo de pecado y a su vez controlar a la nueva sociedad que se estaba formando en Hispano- América a través de diversas formas entre ellas el control de la sexualidad y del matrimonio. El matrimonio daba legitimidad a los hijos nacidos y establecía parámetros legales para disponer y repartir las herencias.
La contrarreforma de la Iglesia estableció cánones de comportamiento difíciles de cumplir en la vida real. Los teólogos católicos escribieron normas para establecer los pecados en libros llamados confesionarios, en estos libros se analizaban las debilidades humanas. Se consideraba que la carne llevaba al pecado y a la condenación del alma. La sexualidad humana fue muy analizada y reprimida. La Iglesia estableció normas sobre el comportamiento moral y sexual de la gente, pero existía una gran distancia entre lo establecido en las normas y la realidad de la vida común de la gente. Siendo más estrictas sobre las mujeres que sobre los hombres, sobre todo hacia las mujeres de raza blanca, que eran muy apreciadas por las elites locales, ya que importaba demostrar una pureza étnica racial y religiosa, esto último es no ser descendiente de judíos o árabes conversos.
La confesión y la penitencia podían llevar a la salvación del alma; la iglesia podía otorgar el perdón a través del sincero arrepentimiento. Ya que el hombre tiene libre albedrio y al tenerlo elige cometer o no pecados. Los pecados son cometidos o no por los hombres por libre y espontánea voluntad.
Capítulo III
El matrimonio y el honor. La legitimidad era muy importante para las elites, ya que demostrarla era una forma de mantener el honor familiar.
Varias categorías de hijos.
- Hijos Legítimos
- Hijos Naturales: nacidos de padres solteros. Que podían solicitar su posterior legitimación a través de una petición al Consejo de Indias. Para esto era importante demostrar que ambos padres no estaban casados con otros al momento de concebir a este hijo o hija que pedía su legitimación. Aunque legalmente si estos posteriormente se casaban estos eran legitimados inmediatamente por el matrimonio de sus padres.
- Hijos Espurios: cuando el padre era un sacerdote.
- Hijos Adulterinos: cuando uno o ambos padres estaban casados con otros, por tanto nacían de una relación adultera.
- Otros: como los hijos incestuosos, aquellos que siendo hijos de parientes cercanos ya sea por sangre o por afinidad. Aunque posteriormente los padres se casaran mediante una dispensa de la iglesia, estos no se legitimaban inmediatamente por el matrimonio de sus padres y debía hacerse por petición al consejo de Indias.
- Hijos Ilegítimos: no reconocidos por nadie.
En lugares como Sao Pablo y Buenos Aires hubo una época en que la mayoría de los niños abandonados eran blancos, de madres que no podían reconocerlos. Aunque se daban casos en que los niños nacidos fuera del matrimonio, sobre todo los naturales eran aceptados dentro de la familia de la madre o padre. Dándose en estos casos dos tipos de embarazos:
- Embarazo privado o secreto, en que la madre mantenía oculto su embarazo y el niño era confiado a un conocido o mantenido dentro de la familia como un huérfano adoptado.
- Embarazos públicos, en este caso eran de un largo concubinato o de parejas comprometidas en matrimonio. En este último caso, muchas de estas mujeres esperaban casarse con el padre de su hijo algún día, y probando esto, eran los que más probabilidades tenían de que se aceptase su petición de legitimación a través del Consejo de Indias.
La iglesia católica al principio veía como que la única forma de obtener placer sexual en forma lícita era a través del matrimonio, pero 20 años después del Concilio de Trento se empezó a ver también mal este tipo de placer. Dándole mayor importancia a la procreación de hijos legítimos. Además de procurar controlar también todos los aspectos de la sexualidad dentro del matrimonio, estableciendo incluso posiciones licitas y no licitas para realizar el acto. Las mujeres eran subordinadas a los deseos de los hombres.
Capitulo V
El poder femenino. En la colonia no existía el poder femenino y se consideraba que las mujeres en algunos casos podían conseguirlo a través de brujería. Pero a diferencia de lo que pasaba en Europa del Norte, en España las elites locales pensaban que la brujería eran supersticiones y que no existían, esto se debía a que en España se perseguía a herejes y falsos conversos. Por lo que esta idea de que la brujería era más superstición de gente ignorante que un verdadero peligro para Dios, La Patria y la Iglesia fue trasladada a América y por lo que el Santo Oficio no persiguió mayormente la brujería. Aunque en la Colonia hubo casos de brujería amorosa o sexual, de mujeres que habrían hechizado a sus maridos dándoles de comer hiervas o pociones mágicas para calmarlos o cambiarlos. Sin embargo, era tal el sometimiento de la mujer al hombre que en muchos casos las mismas mujeres preferían seguir con una vida de tormentos, es decir, siendo maltratadas por el marido que usar en este hierbas o conjuros mágicos y ellas mismas iban con los sacerdotes a confesar sus pecados, o mejor dicho los embrujos que no se atrevían a realizar. En otros casos existía un intercambio de remedios y embrujos entre mujeres de distintas etnias y clases sociales y se conocen casos de mujeres que habían confesado pactos con el diablo. Sin embargo, el Santo Oficio no consideraba estos casos reales, aunque el pueblo en general, si los considerara reales. Casos de mujeres que trataban de cambiar el orden de su mundo.
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