Simon Bolivar

Los venezolanos tenemos el privilegio de vivir en un país donde reina la Democracia, la Justicia y la Igualdad como principios fundamentales, pero para gozar de ellos sucedieron acontecimientos y hazañas de personas que nos dejaron un gran legado y que dedicaron su vida para lograr un país como el que hoy disfrutamos. Tal es el caso de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios hombre sabio, culto, justo, estratega, humilde, y socialista pues dedico gran parte de su vida a lograr una meta que el mismo se propuso la cual era la libertad de américa, fue ejemplo de perseverancia y además demostró con hechos que todo lo que nos proponemos en la vida lo podemos lograr siempre y cuando se luche por ello y que ningún obstáculo es barrera suficiente para desistir de ello, inculco que lo más importante es tener confianza en sí mismo y en quien nos rodea reconocer los méritos ajenos y los propios estas y otras grandes enseñanzas nos dejó ese gran hombre que marco una huella imborrable en la historia de nuestro país y continente americano. de allí deriva la gran importancia de indagar y conocer su visa y atraves de este escrito relatar de una manera crítica lo que fue la vida en todos sus ámbito de Simón Bolívar mejor conocido como es gran Libertador.

El 24 de julio de 1783 nacía en caracas Simón José Antonio de la Santísima Trinidad de Bolívar y Palacios, en una casa solariega que se encontraba ubicada en la plaza San Jacinto de Caracas, sus padres fueron Juan Vicente Bolívar y Pontes y María de la Concepción Palacios y Blanco es curioso pero la casa donde nació se conserva todavía pero sus alrededores no se parecen en nada a lo que era para aquellos días.

Para entonces, caracas era una pequeña ciudad de calles estrechas y empedradas, por lo que al anochecer no se veía personas en sus calles. Aun en horas del sol, las mujeres no salían sino para ir a misa o para visitar enfermos y familiares, además nunca iban solas, se oía a menudo las campanas que llamaban a los rezos y ya los caraqueños habían aprendido a diferenciar el sonido de cada iglesia, a menudo pasaban por las calles una pareja de amigos que caminaban con el paso ceremonioso de la época o pequeños grupos de estudiantes que discutían sus lecciones también se podían observar esclavos que iban de compras o llevar recados de sus amos.

Para esta época las familias ricas tenían sus propios esclavos el padre de bolívar tenia aproximadamente mil esclavos su gran mayoría estaban en las haciendas de caña de azúcar que se encontraban en los valles de Aragua y el Tuy, habían varios esclavos donde nació el pequeño Simón José Antonio de la Santísima Trinidad, esos esclavos laboraban sin recibir salario algunos y se encargaban de la siguiente manera los hombres más fuertes descargaban los mulos que llegaban con frutas y carnes del consumo semanal, otros desyerbaban los patios, cuidaban los árboles, atendían a los caballos finos que tenían en los corrales y los más ancianos y jóvenes su tarea era llevar recados, cortar leña para la cocina, y acarrear basura hasta lugares apartados. Las esclavas cocinaban, lavaban y planchaban la ropa, limpiaban las casas y atendían a los niños. Simón tenía tres hermanos todos mayores que el: un varón llamado juan Vicente, y dos niñas llamadas María Antonia y Juana y como la madre de Bolívar se la pasaba enferma Simón fue alimentado desde muy pequeño por una esclava llamada Hipólita, a cual cuarentados años desde su nacimiento la recordaría con cariño de hijo.

Las casas de la gente rica de entonces eran grandes. La de familia de Bolívar tenía cuatro patios, uno sembrado de granados, otro más atrás uno para los esclavos y otro para las esclavas y entre ellos había una puerta que se cerraba de noche, al fondo se encontraba el corral con el establo de los caballos y en ese corral había árboles que daban sombras. Las habitaciones estaban situada alrededor de los patios y entre ellas y estos habían aleros sostenidos por grandes columnas, lo cual daba fresco a cada habitación y a su vez la reguardaba del aire fuerte y permitía el paso de la luz en tal forma que toda la casa se mantenía iluminada

En los patios y en los corredores, los hijos de los amos y los esclavos jugaban juntos bajo la vigilancia de una esclava , de hecho en ciertas ocasiones, toda la familia se iba a pasar semanas a las haciendas del interior como la de San Mateo, que era una de las propiedades de don Juan Vicente y entonces los niños viajaban en el lomo de los mulos sentados en las piernas de los esclavos , que iban enseñándoles los nombres de los árboles y ríos que podían apreciar en los largos caminos de las montañas que visitaban.

Era tradición de ellos en la casa de caracas o en la hacienda, al atardecer cuando el sol se ponía, el amo, la señora, los niños y los esclavos se reunían para rezar “el bendito” se oía entonces el rumor de los rezos como se oye el paso del aire entre los árboles.

Por aquella época, solo habían barcos de vela, que tardaban meses en hacer el viaje de España a la guaira, las noticias del mundo llegaban en esos barcos y como no se conocía el periódico las personas importantes se reunían en una casa para discutir sobre ellas. Las personas importantes eran llamadas “mantuanas”, porque sus mujeres usaban mantos lujosos.

De la guaira a caracas se viajaba solo a caballo o en mulo y se tardaba casi un día el recorrido. Todos los niños que nacen hoy día en caracas son venezolanos pero bolívar y su familia no lo eran, porque Venezuela no existía como país independiente y gobernaba el rey de España por lo cual ellos eran súbditos de su majestad el rey de España.

Hoy día vivimos en una época de numerosos y grandes avances tecnológicos que se an dado en nuestro país Venezuela y América pero la vida para la época del niño Simón, era muy diferente pues no se conocía lo que son las carreteras, ferrocarriles, autos, luz eléctrica, aviones, teléfonos, radio ni televisión. Las personas ricas no tenían fábricas, ni bancos, ni oficinas, sino tierras sembradas de caña café o cacao. El trabajo que hoy día realiza los obreros en fábricas lo realizaban los esclavos en las fincas. Ellos araban las tierras, sembraban los frutos, cortaban caña, hacían el azúcar y embalsaban el café y el cacao, cuidaban las reses en las llanuras y manejaban los caballos que cargaban los productos de los campos en viajes hasta los puertos.

Como no había cines, ni clubes con piscina, ni estadios para jugar pelotas, los jóvenes se reunían

algunas veces en una casa de familia y allí tocaban piano, violín, flautas entre otros instrumentos. En esas reuniones, los padres, tíos, abuelos tomaban asiento en fila para disfrutar las demostraciones de talentos que realizaban

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