Sindicalismo
Enviado por MikeZ • 3 de Noviembre de 2012 • 2.785 Palabras (12 Páginas) • 429 Visitas
INTRODUCCION
Diversos grupos de personas o empresas que tienen algo que vender se unen para imponer el precio de sus mercancías. Pero hay un caso muy especial en que la unión también permite imponer el precio: el de los obreros.
En cierto sentido, el obrero es un vendedor: vende su trabajo y le pagan por el un precio que es su salario. Cuando está aislado, se encuentra en desventaja si trata de conseguir trabajo o mejor precio por el que está ejecutando. El hombre a quien intenta vendérselo puede aprovechar la circunstancia de que hay habitualmente muchos obreros y todos necesitan vender sus servicios. Puede rechazar al que pide mas y contratar al que se conforma con menos. Mientras este hombre, el patrono, pueda contratar a otro, logrará hacer bajar el precio de la mano de obra.
Al tratar con los patronos, el obrero que está solo se ve reducido a la impotencia, pero si todos los obreros de un mismo oficio se unen, logran discutir el asunto con los patronos en un pie de igualdad. Esa organización, llamada sindicato, puede regular el precio del trabajo y exigir una retribución justa. Un sindicato se parece mucho, a una asociación de carácter privado. Elige a sus directivos y percibe cuotas de sus socios. Cuando declara una huelga, paga a sus miembros mientras no perciben salario, con el dinero recaudado en concepto de cuotas.
Ahora bien si los obreros piensan en unirse, los patronos pueden tener la misma idea. Y si se unen y son los únicos productores y vendedores de un articulo en la ciudad, constituirían una especie de monopolio y estarían en condiciones de fijar un precio más alto a sus productos.
Desde hace algunos años venimos observando la actividad sindical con crecientes dudas sobre su funcionamiento llegando, en casos extremos al estupor e incluso la sorpresa. Los medios de comunicación se refieren continuamente a esta supuesta actividad en favor de los trabajadores y de las clases obreras, por más que en las declaraciones de los líderes sindicales y en las manifestaciones públicas de su actividad sea difícil identificar una sola acción o toma de posiciones en favor de este colectivo.
A lo largo de la historia de la actividad sindical, se ha defendido los derechos de los trabajadores y la adecuación de las condiciones de trabajo. Pero la sociedad ha ido evolucionando e incorporando cambios (no sólo ha habido avances) a una velocidad vertiginosa.
Lamentablemente, los sindicatos no se han hecho eco de esta veloz carrera y sus reivindicaciones no son las más adecuadas al momento histórico que vivimos.
Poco tiene que ver con nuestra realidad la imágenes de los primeros núcleos industriales en Europa; trabajo repetitivo y monótono, tareas muy especializadas, incapacidad para el reciclaje o la formación… Aún así, en muchas ocasiones, los sindicatos continúan reivindicando medidas que se muestran más cercanas del surgimiento del industrialismo que a la incorporación de los avances científicos a las tareas productivas; la revolución de la nuevas tecnologías o la flexibilidad que se impone como nuevo marco para el desarrollo de las relaciones laborales.
En este nuevo orden mundial los sindicatos están llamados a jugar un papel clave, que no puede pasar por las reivindicaciones de igualdad por medio de la indiferencia o de la supresión de características particulares.
HISTORIA DEL SINDICALISMO Y SUS CORRIENTES FILOSOFICAS
I.- HISTORIA DE LOS GREMIOS.
Existe muy arraigado el mito de que los sindicatos obreros constituyeron el mejor producto del socialismo frente a las injusticias sociales y tropelías cometidas por el capitalismo contra la masa obrera. Pues bien, hemos dicho, que se trata de un mito. Todas las mejoras en el nivel de vida de las masas fueron debidas al capitalismo y su mecánica y en nada a los sindicatos.
Históricamente la raíz y origen de los sindicatos se encuentra en los llamados gremios. No puede comprenderse la historia de los sindicatos y su papel si no nos remontamos a sus antecedentes, vale decir los gremios.
1.1.- Gremio, asociación de personas con intereses comunes por pertenecer a un mismo oficio, negocio o profesión; el objetivo de la asociación consiste en obtener protección y ayuda mutuas.
1.2.- ¿Qué era un gremio? Era simplemente una asociación de todas las personas que se dedicaban a determinado comercio o industria. Generalmente estaban establecidos en una misma calle, que recibía el nombre de la especialidad respectiva: calle de los talabarteros, de los curtidores, de los orfebres, de los plateros... su objeto era defender los intereses del oficio correspondiente, limitar el número de los que podían dedicarse a la actividad respectiva, fijar los salarios de los obreros y establecer las condiciones generales que asegurasen la prosperidad de la profesión.
El término se aplica con carácter específico a dos tipos de asociaciones que se extendieron por toda Europa durante la edad media: los gremios de comerciantes y los gremios de artesanos, a veces llamados gremios de comercio o corporaciones comerciales.
1.3.- Los gremios de comerciantes
Aparecieron en Europa durante el siglo XI como consecuencia del crecimiento del comercio y de los centros urbanos durante el siglo XI. Los comerciantes tenían que viajar por diversos países, de feria en feria, por lo que, para protegerse, los miembros de un mismo centro urbano se asociaban, creando una caravana. Los miembros de esta caravana elegían a un jefe que dictaba normas de obligado cumplimiento. Además de establecer la obligación de defenderse en bloque ante un ataque, las normas obligaban al apoyo mutuo en caso de disputas legales. Estas caravanas recibían el nombre de gilda o hansa en los países de habla germana y se denominaban caritas o fraternitas en los países latinos. Lo corriente era que los miembros de una hansa o fraternitas mantuvieran el trato cuando regresaban a su ciudad de origen. El gremio empezó a ejercer ciertos derechos y poderes sobre el comercio en sus propias ciudades que les eran conferidos por el señor feudal y más tarde, en las ciudades libres, preservaron y ampliaron su poder.
Con el tiempo, los gremios de comerciantes monopolizaron el comercio de la ciudad y controlaban los oficios, la venta, la distribución y la producción de todos los bienes de la ciudad. A veces permitían comerciar a mercaderes no integrados en el gremio, pero sólo a gran escala, no permitiéndoseles realizar transacciones concretas que eran exclusivas de los miembros del gremio. Así, los comerciantes que no pertenecían al gremio tenían que pagar tasas especiales al señor feudal, a la ciudad, o al propio
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