Sistema Economico
Enviado por luziz • 14 de Diciembre de 2012 • 2.054 Palabras (9 Páginas) • 370 Visitas
Porfiriato: estructura social y económica retomar el período, aunque de manera sucinta, 1821-1876, es importante pues es en este período en el que se dan las grandes transformaciones en la sociedad y economía mexicana que se consolidarán durante el largo período de gobierno de Porfirio Díaz. La llegada al poder de Díaz, mediante una asonada militar, fue posible por la proclama de “no reelección”, lo que logró el apoyo de varios grupos al constituir un compromiso para otorgar a todas las fracciones acceso al poder, que eventualmente garantizaría un período de paz y negociación política para acceder al aparato del Estado, con la consecuente recuperación económica tanto de las finanzas del Estado mexicano como de su maltrecha economía. Es en este momento en que se distingue claramente, en la conducción del Estado mexicano, entre un bloque que detenta el poder político (políticos que manejan los asuntos públicos) y las diversas fracciones de propietarios-empresarios que son parte de la clase dominante (de viejo y nuevo cuño, conservadores o liberales), y que juntos constituyen el bloque dominante. Precisamente, el régimen de Díaz se encargaría de hacer una alianza duradera entre estos dos bloques, de la cual una fracción de tal alianza impondría su proyecto y sus intereses, constituyéndose en la fracción hegemónica. Durante el gobierno de Porfirio Díaz se distingue claramente entre un bloque que detenta el poder político y las diversas fracciones de propietarios-empresarios que son parte de la clase dominante, que juntos constituyen el bloque dominante. Tal alianza fue concretada por Díaz mediante dos estrategias; la primera, una política de inclusión, que superó el conflicto que impedía la total cohesión el bloque dominante: la exclusión de los conservadores, tal impedimento era fuente constante de desequilibrios e inestabilidad. Esa política se vislumbraba desde la coalición de intereses locales y nacionales que apoyaron el Plan de Tuxtepec. Con la llegada de Díaz al poder también llegaron destacados políticos conservadores e incluso antiguos personeros del fallido imperio. Al finalizar el proceso de inclusión el Estado se había logrado legitimar ante todos los grupos propietarios, el bloque de fracciones dominantes se había cohesionado no sólo económicamente sino también políticamente. La segunda, una política de equilibrios entre la coalición de intereses locales y regionales, evitando enfrentar abiertamente los intereses de estos grupos y manteniendo durante sus dos primeras gestiones el principio de no reelección. Esta segunda táctica explica el proceso de concentración política sin graves enfrentamientos entre los intereses regionales oligárquicos y el poder central. Tal alianza fue concretada por Díaz mediante dos estrategias; la primera, una política de inclusión del sector conservador en su gobierno, y la segunda, una política de equilibrios entre la coalición de intereses locales y regionales. El régimen de Díaz más que un parte aguas en la vida nacional en relación al período liberal, como usualmente se cree (y en general se habla de cierto retroceso del desarrollo ‘democrático’), tiene algunas líneas de continuidad. Muchos de los cambios de la Reforma liberal constituyeron condiciones institucionales importantes para afianzar el crecimiento económico y la estructura social del régimen de Díaz. Tanto para liberales como para el régimen de Díaz el capital extranjero era absolutamente indispensable (esta penetración económica debería respetar y aceptar la soberanía de un gobierno nacional), y los dos los promovieron, aunque más intensamente el segundo (cabe aclarar que bajo condiciones nacionales e internacionales, en cuanto a desarrollo del capitalismo diferentes); la política agraria liberal iniciada por la Ley Lerdo tuvo su continuación en el régimen de Díaz con las leyes de colonización y compañías deslindadoras, que si bien crearon algunos pequeños y medianos propietarios, generalmente favorecieron a los latifundistas; la tendencia a la concentración del poder en el ejecutivo por sobre el legislativo y los gobiernos estatales, no fue exclusivo de Díaz, tanto Juárez como Lerdo favorecieron tal proceso. Muchos de los cambios de la Reforma liberal constituyeron condiciones institucionales importantes para afianzar el crecimiento económico y la estructura social del régimen de Díaz. Por otro lado, hay diferencias con los liberales, como el vínculo de Díaz, que se fue haciendo cada vez más sólido, con sectores conservadores, simbolizado con el matrimonio de éste con la hija de Manuel Romero Rubio, se conectaba a través de su esposa con la clase dominante tradicional y con la alta jerarquía eclesiástica. Ello se reflejó en la inclusión política mencionada líneas arriba y la condescendencia que tuvo para el clero. Las diversas fracciones de propietarios favorecidas fueron aquellas que se conectaron con intereses extranjeros. En primer lugar estaban aquellas que hicieron alianza, o se beneficiaban indirectamente, con las inversiones estadounidenses e inglesas que vincularon al país al mercado mundial mediante la inversión en minería, agricultura de exportación y ferrocarriles, prioritariamente; y en segundo, aquellos que se aliaron con la inversión francesa directamente asociada al crecimiento del mercado interno (derivado de la inversión extranjera) y que a la postre se constituiría en la fracción hegemónica a través de la aplicación de capitales en bancos (gracias a la monetización de la economía), el comercio interno y la industria de bienes de consumo popular, todo ello contaba con el beneficio de la política económica estatal, pues eran las actividades más rentables y el Estado necesitaba garantizar la reproducción ampliada del capital. Las diversas fracciones de propietarios favorecidas fueron aquellas que se conectaron con intereses extranjeros. En primer lugar, aquellas que hicieron alianza con las inversiones estadounidenses e inglesas que vincularon al país al mercado mundial y en segundo, aquellos que se aliaron con la inversión francesa directamente ligada al crecimiento del mercado interno. Económicamente, las actividades más rentables se volvieron a conectar con las ciudades: comercio banca e industria, por lo que le eje del poder se trasladó hacia una moderna oligarquía compuesta por magnates que controlaban las actividades urbanas, tomando como referencia la vida francesa, inglesa o estadounidense. De tal suerte que la política agraria pasó a ocupar una posición secundaria, concentrándose en garantizar la propiedad privada y su expansión pero sin recibir otros apoyos. Las actividades más rentables se volvieron a conectar con las ciudades: comercio banca e industria, por lo que el eje del poder se trasladó hacia una moderna oligarquía que controlaban las actividades urbanas. Esta fracción hegemónica
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