Sun Tsu El Arte De La Guerra
Enviado por diegolas26 • 18 de Marzo de 2014 • 3.182 Palabras (13 Páginas) • 267 Visitas
Introducción
Sun Tzu fue un general chino que vivió alrededor del siglo V antes de Cristo. Este libro maneja estrategias de cómo enfrentar una guerra en su comienzo, proceso y final de ella, todo esto con el objetivo de ser el vencedor, este libro presenta dichas estrategias que pueden ser aplicadas no solo a la guerra, sino también a la vida cotidiana, pero sobre todo dentro de la materia del mercadeo. En este ensayo observaremos capitulo por capitulo estrategias para aprovechar oportunidades, debilidades, fortalezas y amenazas para ser el vencedor. En el mercadeo lo primero que se tiene que realizar es una evaluación, elaborar y llevar a cabo un buen plan de markerting, se debe observar, estudiar y evaluar el entorno donde se va a llevar a cabo la acción, buscar la forma de tomar la venta del producto o servicio, que se requiere introducir al mercado.
Para lograr este objetivo tenemos muchas guerras que enfrentar y a su vez, saber manejar a la perfección para poder obtener éxito en el mercado, este libro nos enseña a manejar los comportamientos del competidor como debemos actuar y la manera correcta de competir y vencer.
EL ARTE DE LA GUERRA
SUN TZU
CAPITULO 1: Sobre la evaluación
Es muy importante la guerra para el dominio de la vida o de la muerte, el camino hacia la supervivencia o la pérdida de un Imperio: es difícil manejarla bien. No reflexionar seriamente sobre todo lo que le pasa, es dar prueba de una indiferencia en lo que respecta a la conservación o pérdida de lo que más queremos; y esto no debe pasar entre nosotros.
La guerra se basa en el engaño. Por lo cual, cuando atacan, aparentan incapacidad; cuando las tropas se mueven, aparentar estar quietas. Si está cerca del enemigo, hacen creer que están lejos; si está lejos, aparentan estar cerca.
Algunas formas de atacar y en el tiempo adecuado, golpear al enemigo cuando está desordenado. Prepararse contra él cuando está seguro en todas partes. Evitarle durante un tiempo cuando es más fuerte. Hay que jugar con el temperamento del oponente si su oponente tiene un temperamento colérico, hay que intentar irritarle. Si es arrogante, tratar de fomentar su egoísmo.
Estas son algunas claves para conseguir la victoria para el estratega si las tropas enemigas se hallan bien preparadas tras una reorganización, intenta desordenarlas. Si están unidas, siembra la disensión entre sus filas. Ataca al enemigo cuando no está preparado, y aparece cuando no te espera.
CAPITULO 2: Sobre la iniciación de las acciones
Hay operaciones militares que han sido torpes y repentinas, pero nunca he visto a ningún experto en el arte de la guerra mantener una campaña por mucho tiempo.
Siempre hay que ser rápido al momento de comandar un ejército mas que el trueno que retumba antes de que hayas podido taparte los oídos.
Un general inteligente lucha por desproveer al enemigo de sus alimentos. Cada porción de alimentos tomados al enemigo equivale a veinte que te suministras a ti mismo.
Si utilizamos al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar a donde vayas.
Lo más importante en una operación militar es la victoria y no la persistencia. Esta última no es beneficiosa. Un ejército es como el fuego: si no lo apagas, se consumirá por sí mismo.
CAPITULO 3: Sobre las proposiciones de la victoria y la derrota
Los que consiguen que los ejércitos enemigos se rindan sin luchar son los mejores maestros del Arte de la Guerra porque es mejor conservar a un enemigo intacto que destruirlo
No debemos atacar nunca con afanes. Es aconsejable tomarse tiempo en la planificación y coordinación del plan de ataque.
La perfecta victoria se da cuando el ejército no lucha, la ciudad no es asediada, la destrucción no se prolonga durante mucho tiempo, y en cada caso el enemigo es vencido por el empleo de la estrategia.
Si conocemos a los demás y nos conocemos a nosotros mmismos, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla.
CAPITULO 4: Sobre la medida en la disposición de los medios
Antiguamente, los guerreros expertos se hacían a sí mismos invencibles en primer lugar, y después aguardaban para descubrir la vulnerabilidad de sus adversarios.
La invencibilidad está en uno mismo, la vulnerabilidad en el adversario.
Mientras no hayas observado debilidades en el orden de batalla de los enemigos, tenemos que ocultar nuestra propia formación de ataque, y prepararnos para ser invencibles, con la finalidad de preservarnos. Cuando los enemigos tienen órdenes de batalla vulnerables, es el momento de salir a atacarlos. La invencibilidad es una cuestión de defensa, la vulnerabilidad, una cuestión de ataque.
La defensa es para tiempos de escasez, el ataque para tiempos de abundancia.
En ocasiones de defensa, callamos las voces y borramos las huellas, escondidos como fantasmas, invisibles para todo el mundo. En ocasiones de ataque, nuestro movimiento es rápido y nuestro grito muy fuerte, veloz como el trueno y el relámpago.
Todo el mundo elogia la victoria en la batalla, pero lo verdaderamente deseable es poder ver el mundo de lo sutil y darte cuenta del mundo de lo oculto, hasta el punto de ser capaz de alcanzar la victoria donde no existe forma.
Si somos capaces de ver lo sutil y de darnos cuenta de lo oculto, irrumpiendo antes del orden de batalla, la victoria así obtenida es una victoria fácil.
Cuando eres capaz de ver lo sutil, es fácil ganar.
Un ejército victorioso gana primero y entabla la batalla después; un ejército derrotado lucha primero e intenta obtener la victoria después.
CAPITULO 5: Sobre la firmeza
La fuerza es la energía acumulada o la que se percibe. Esto es muy cambiante. Los expertos son capaces de vencer al enemigo creando una percepción favorable en ellos, así obtener la victoria sin necesidad de ejercer su fuerza
Los expertos son capaces de vencer al enemigo creando una percepción favorable en ellos, así obtener la victoria sin necesidad de ejercer su fuerza.
El desorden llega del orden, la cobardía surge del valor, la debilidad brota de la fuerza.
Si queremos
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