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Tema La Primera Guerra Mundial, entre los siglos XIX y el XX. Rupturas y continuidades desde una perspectiva longitudinal


Enviado por   •  16 de Enero de 2016  •  Monografía  •  5.026 Palabras (21 Páginas)  •  420 Visitas

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UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

Monografía

La Primera Guerra Mundial, entre los siglos XIX y el XX. Rupturas y continuidades

Historia Contemporánea (Cátedra Pipkin)

12/12/2014

Apellido y Nombre: Florencia Mariel Ruiz                                           DNI: 38.469.743                               Días y Horarios de Comisión: Lunes 17-19hs                                       Segundo Cuatrimestre del 2014


La Primera Guerra Mundial, entre los siglos XIX y el XX. Rupturas y continuidades desde una perspectiva longitudinal

INDICE

INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………. .3

Cambios en la guerra, distorsiones en la muerte. ………………………………………4

Transformación tecnológica de la guerra………………………………………..4

La transformación de la muerte………………………………………………….6

Crisis de las élites………………………………………………………………………..8

Problemas con la democracia,

formación del Fascismo, y sus diferencias con el comunismo………………………….10

Bibliografía……………………………………………………………………………...14

La Primera Guerra Mundial, entre los siglos XIX y el XX. Rupturas y continuidades desde una perspectiva longitudinal

Introducción

La Gran Guerra ha marcado un antes y un después en el panorama político, social, y mental de toda una sociedad, generando consecuencias importantes, que servirán también para poder explicar hechos que se sucedieron con el tiempo. Uno podría marcar muchos quiebres y continuidades entre un siglo y otro teniendo en cuenta el conflicto bélico, sin embargo he encontrado profundamente interesante un hilo conductor entre algunos hechos que sucedieron durante la guerra y que tuvieron consecuencias graves tras su finalización. Tras analizar el material que se nos propuso, hubo algo que me llamó poderosamente la atención y es la combinación del MIEDO y el TERROR que surge con los CAMBIOS TECNOLÓGICOS que se dieron en la guerra producto del famoso PROGRESO que tanto se ovacionaba previo al conflicto, y la profundización y conversión de ese MIEDO en ODIO. Lo que envuelve a éste aspecto más que nada psicológico es todo un armazón político y económico que juega con ellos, que los manipula, y que hasta incluso se les va de la mano. El poder político LIBERAL, que había tenido que dar lugar a la DEMOCRACIA, ve una forma de apropiarse del concepto de NACIÓN, del ideal de la PATRIA, y lleva basándose en su egoísmo y afán de PODER tanto POLÍTICO y sobre todo ECONÓMICO, la vida de millones de personas, la conciencia más o menos estable de toda una sociedad que se derrumba, que se desestabiliza, que deja de creer en esa fachada burguesa que le habían metido por los ojos. Ahora esa sociedad tiene MIEDO, algunos olvidan por qué vivir, y por qué morir. Otros intenta aprovechar la oportunidad de la desestabilización de las elites para lograr lo que siempre habían querido: una Revolución. Y otros también buscan la revolución pero aprovechándose del MIEDO, para transformarlo en algo mucho peor, en VIOLENCIA, en RACISMO, en LOCURA. Éstos últimos dan el último golpe a la DEMOCRACIA que se había estado intentado forjar desde 1870.

El MIEDO como si fuera un sonido ensordecedor en el oído es la constante de éste período de posguerra. A partir de allí se da lugar al juego político, económico, y social que tocaría aun más fondo con el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Un mundo de enemigos que se odian, y una paz ficticia, es lo que dejó la Primera Guerra Mundial entre tantas cosas.

Cambios en la guerra, distorsiones en la muerte.

Transformación tecnológica de la guerra

La primera Guerra Mundial es un momento clave en la incorporación de nuevas formas de ataque frente al ejército enemigo. Estos cambios deben rastrearse en el  desarrollo tecnológico que se estaba dando en aquel momento de la historia. Todos los cambios que se produjeron en cuanto a la manera de cómo se fue dando la guerra, y los elementos que se utilizaron para la destrucción del enemigo  provocó un cambio angustiante y terrible sobre la concepción de la guerra misma, de la muerte y de la violencia en general, dejando secuelas al finalizar la misma, tanto en la experiencia y en la conciencia de los soldados así como en la sociedad toda.

Ésta guerra será una guerra diferente a todas las que la precedieron. Los soldados que participaron en ella se encontraron con dos golpes duros: el primero es que la guerra se había convertido en una “masacre industrializada”, y en segundo lugar, que la guerra al convertirse en eso, no sólo la despojaba del aura de lucha heroica y del entusiasmo con la que había sido recibida en un comienzo, sino que además no sería tan fácil ponerle fin, ya que llevaría unos cuatro desgarradores, y sangrientos años. A continuación pasaré a explicar éstos dos golpes.

En primer lugar, entonces, queda planteado que la guerra se transformó en una lucha automatizada, se abrió paso a una guerra moderna, con nuevos elementos destructivos. Es sabido que aquellos años, o más específicamente, los primeros años del siglo XX, fue una época que recibió la modernidad con buen ánimo, se había instalado una idea de “progreso” que invadía todos los ámbitos, pero que estaba inevitablemente unida, y también podemos decir, que aquella idea era consecuencia del gran desarrollo industrial que se había dado en muchos países de Europa. Así, a sociedad industrial era considerada, como un vector de paz y progreso. Jamás se pensó en las técnicas destructivas que se incorporarían en la guerra. El progreso tecnológico mostró su rostro más cruel, se dice en el documental de Christian Frey y Annette Von Der Heyde, “El infierno de la Primera Guerra Mundial”[1]. Y es así, tal como lo describen aquellas palabras. Los cambios tecnológicos que se vieron fueron claves, en primer lugar las armas ya no eran una novedad, pero sí fue notable como la industria se abocó masivamente a su producción. Armas y más armas eran producidas como alimentos, las economías de los países se vieron obligadas a centrarse en la producción de armamentos. En segundo lugar, la guerra ya no era de igual forma, una lucha cuerpo a cuerpo, sino que llegaba también la destrucción desde el cielo con la incorporación de “aviones de combate”, donde en primer lugar los ataques fueron aislados, pero después los ataques fueron direccionados hacia las ciudades, hacia la sociedad civil. En tercer lugar una de las innovaciones más graves, fue la introducción de armas químicas, primero se utilizaba gases mortales, y luego sustancias letales, incorporadas en las granadas. La muerte que se causaba con éste tipo de elementos era aun más horrible que todas las otras formas. El cuerpo sufría paralizaciones, la piel se desgarraba de las quemaduras, los ojos ardían sin parar, hasta que los pulmones pulverizados colapsaban y con ello la vida de los soldados, y no sólo de éstos sino también de algunas poblaciones civiles.  En cuarto lugar, con la entrada de Estados Unidos, se vitalizó la lucha, y se introdujo una nueva generación de armas: los tanques, dando inicio al comienzo de la guerra acorazada moderna, a la guerra de las máquinas, por lo tanto es claro, que ésta misma confrontó a las tecnologías del siglo XX, con las tácticas del siglo XIX. Nuevas tecnologías, más masacre, mas muerte ocurrida en grandes cantidades como si sólo fueran meros objetos inanimados y no vidas humanas, y no hombres, y no humanidad. Se abrió paso una guerra inhumana, no sólo porque era más importante la lucha armamentística sino porque los hombres despojados de toda humanidad, reducidos a simples instrumentos, se enfrentaban a máquinas. Así el progreso había traído la producción masiva de todo lo que la vida requería, ese mismo progreso, había traído muertes de manera masiva, a escala industrial. Algo que siglos antes no había sucedido con tal brutalidad, pero que sí seguiría sucediendo en el mundo, y de forma aún más terrible, como en la Segunda Guerra Mundial.

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