Tito Livio Libro 1 Numa Tulio
Enviado por wachapiola • 3 de Junio de 2014 • 2.271 Palabras (10 Páginas) • 329 Visitas
Numa Pompilio (18-21)
18) Vivía en aquel tiempo Numa Pompilio, varón célebre por su justicia y piedad. Habitaba en Cerea, con los sabinos y era muy instruido para su época. Dícese que fue alumno de Pitágoras de Samos; pero a su vez se sabe que este nació bajo el reinado de Servio Tulio, casi cien años después, y que vivía en Italia. Por lo tanto, si Numa hubiera sido discípulo de éste, ¿Cómo es que era conocido por los sabinos? ¿En qué lengua se comunicaban? ¿Cómo es que un solo hombre había cruzado tantas naciones y culturas? Más creíble es que Numa se instruyó en la rígida y severa disciplina de los sabinos, que fueron el pueblo más ajustado a las normas de la moral de la antigüedad.
Aunque la elección de un rey sabino debió parecer la preferencia de este pueblo, ningún senador ni ciudadano se atrevió a preferir otro rey. Llevado Numa a Roma, imitando a Rómulo, quiso interrogar a los dioses acerca de su correspondencia del trono romano. Así fue como un adivino llevó a Numa al monte Capitolino, lo ubicó frente al mediodía y se ubicó él, con un báculo* sin nudos (lituus) en la mano, a su izquierda. Trazó el hombre con su pensamiento líneas imaginarias entre el Oriente y el Occidente, colocando a la derecha el mediodía y a la izquierda el norte. Con el báculo en la mano izquierda y la derecha sobre Numa dijo:” ¡Oh Júpiter, si tu voluntad es que Numa, cuya cabeza toco, sea el rey de Roma, muéstralo en señales evidentes en el espacio que acabo de señalar” en seguida la naturaleza manifestó los agüeros* que pedía y quedó declarado Numa rey de Roma.
Agüero: Procedimiento o práctica de adivinación utilizado en la Antigüedad y en diversas épocas por pueblos supersticiosos, y basado principalmente en la interpretación de señales como el canto o el vuelo de las aves, fenómenos meteorológicos, etc. Báculo: Palo o cayado que llevan en la mano para sostenerse quienes están débiles o viejos.
19) Dueño ya del poder, quiso que aquella ciudad siempre tan acostumbrada a los conflictos y las guerras se distinguiera por la justicia, las leyes y la pureza de sus costumbres. Como lo veía imposible en medio de continuos conflictos decidió comenzar a quitarle gradualmente el alimento a aquel pueblo tan hambriento de guerra. Para ello dedicó un templo a Jano, construyéndolo al pie del Argileto, el cual fue símbolo de la paz y de la guerra: abierto, llamaba a los ciudadanos a las armas, mientras que cerrado, anunciaba la paz con todos los pueblos vecinos. Cuando lo cerró, Numa estableció la paz con los pueblos vecinos, con el objetivo de cambiar las costumbres guerreras del pueblo. Además, éste pensó que sería más fácil infundir la paz mediante el sentimiento de temor a los dioses. Por lo tanto, fingió tener nocturnas entrevistas con la diosa Egeria, donde esta le ordenaba realizar ceremonias religiosas más agradables a los dioses y un sacerdocio especial para cada uno de ellos. Ante todo, dividió el año en 12 meses según el curso de la luna, pero como cada revolución lunar no es regular cada treinta días, cada 24 años se interpondrían meses intercalares, quedando así concordes los días. Además, estableció los días fastos y nefastos.
20) Pensó Numa en crear sacerdotes, aunque en esos momentos él mismo desempeñaba las funciones de rey y de sacerdote. Pero predecía éste que luego de él, habría reyes semejantes a Rómulo, belicosos, y temiendo que las funciones reales perjudicasen a las del sacerdote, creó un flamín* con la misión de no separarse jamás del altar de Júpiter. Le dio a este la silla curul, parecida a la de los reyes y añadió otros dos flamines, consagrados a Marte y a Quirino. Además, fundó el colegio de las Vestales y les asignó rentas sobre el estado para las necesidades de su ministerio y el voto de virginidad, entre otros privilegios. Creó otros doce sacerdotes llamados salios en honor a Marte Grandivo, dándoles por insignias togas bordadas en bronce. Su misión era de llevar los escudos sagrados (ancilia) y recorrer la ciudad cantando y bailando. Nombró pontífice máximo* a Numa Marcio, hijo del senador Marco, encargándole a este la responsabilidad de dirigir las ceremonias y entregándole la jurisdicción de todos los sacrificios en general. De esta manera sabía el pueblo a quién consultar y la religión no se vería afectada por olvido de ritos o introducción de nuevos. Además, para conocer la voluntad de los dioses dedicó en la cumbre del monte Aventino un templo a Júpiter Elicio.
Flamín Dial: era el Alto Sacerdote de Júpiter y, por lo tanto, un cargo importante en la religión del Imperio romano. Tenían carácter venerado y sagrado. Pontífice: Superior máximo religioso u obispo a cuyo cargo está el cuidado espiritual y la dirección y el gobierno de la iglesia.
21) Las medidas de Numa hicieron perder a la multitud sus violentas y guerreras costumbres, y el cuidado de los dioses se intensificó e infundió piedad en aquellos corazones romanos. Siendo Roma el pueblo con menos conflictos y más alianzas, los pueblos vecinos, considerándola como un campamento establecido para perpetuar su tranquilidad general, adquirieron cada vez más veneración hacia ella.
Muchas veces se retiraba Numa a un bosque cruzado por un arroyo, con el objetivo de hablar con una diosa. Él mismo dedicó ese bosque a las musas, porque allí se reunían estas con su esposa Egeria. Por otro lado, La Buena Fe tuvo un templo especial, en el cual sus sacerdotes debían cumplir ciertos ritos: llegarían al recinto en un carro cubierto, tirado por dos caballos y durante las ceremonias llevarían las manos envueltas hasta los dedos. Otros muchos sacrificios estableció Numa y los sacerdotes llamaron Argios a los parajes destinados a su celebración. Entre las obras del rey, la más hermosa e importante fue la del mantenimiento de la paz y la solidez. Engrandecieron dos reyes la ciudad Romana, uno por la guerra (Rómulo) y otro por la paz (Numa). El primero reinó 37 años y el segundo 43.
Tulo Hostilio (22-31)
22) Muerto Numa se volvió al interregno*; mas el pueblo eligió por rey a Tulo Hostilio, nieto del Hostilio el cual en su tiempo peleó contra los sabinos al pie de la fortaleza. El senado aprobó la elección del pueblo, pero este príncipe era todavía más belicoso que Rómulo. Por todas partes buscaba este pretextos para la guerra.
Por casualidad, los campesinos romanos y albanos se robaron unos a los otros, dejando al pueblo opuesto totalmente devastado. Gobernaba entonces Albano C. Cluilio, cuando los pueblos se mandaron legados pidiendo reparación. Esperaba Tulo que al pedir
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