Tonanzintla Y La Capilla Del Rosario En Puebla
Enviado por kronautica • 12 de Julio de 2013 • 2.598 Palabras (11 Páginas) • 611 Visitas
TONANTZINTLA. ¡ bello desorden florido!
Iglesia dedicada a la virgen María bajo la advocación de la Purísima Concepción de María. Tonatzintla es uno de los mejores ejemplos de arte popular.
La importancia del lugar radica en que es posible observar la forma como adora el grupo indígena tradicional a los númenes a la manera tradicional. Tonatzintla se conserva indígena, el contacto y mestizaje con los españoles fue mínimo. Todo aquello que es lujo y belleza monumental, lo renuncia el pueblo para que lo goce el númen; la única ostentación de la comunidad es el templo. La fiesta a la virgen es el 6 y 7 de abril. En esta celebración sacan la imagen de Cristo bajo la advocación del Sagrado Corazón de Jesús.
En el templo aún se reúne la gente del para hacer la fiesta del pueblo en que todos participan. Aquí se reúnen para realizar los actos esenciales de la vida desde el bautismo hasta la muerte. El atrio hace las veces de plaza y los anexos del templo hospedan oficinas civiles.
Pueblo y templo se llaman Tonantzintla “lugar de nuestra madrecita”. Existen cuatro capillas en los alrededores que son: San José, San Miguel, San Pedro y San Diego. En el atrio actual se encuentran tumbas y árboles de naranjo.
A juzgarse por la construcción, el santuario debió construirse en el siglo XVII. Más tarde se agregaron los brazos de crucero y por último se destruyó la primitiva fachada para prolongar la nave con una sección más y su correspondiente portada nueva. (1897) Esta iglesia carece de unidad arquitectónica, pero contiene una unidad del alma de sus creadores. Fue construida por artesanos a su modo y a su manera.
Sólo la gente de la región tuvo noticia de la existencia de esta iglesia. Su importancia fue a partir de las fotografías que saca el alemán Wilhem Kalho a principios del siglo pasado.
En 1925 el Dr. Atl con las fotografías tomadas por Kahlo publica su libro “Iglesias de México”. Toussaint la califica de barroco exuberante. La fecha de la construcción está señalada en 1607, aún cuando los críticos determinan que es demasiado temprana.
Ante el dominio español, la Metrópoli permitió que los pueblos conservaran la forma de gobierno indígena. La conquista significó la perdida de la libertad, la concepción grandiosa del cosmos y las costumbres religiosas.
La evangelización consistió en cambiar las ideas indígenas como se cambia la sangre de un organismo. En lugar de cegar los ojos se le dieron nuevas luces.
En este lugar se veneró desde tiempos lejanos a Tonatzin, aún quedan adoratorios en los cerros cercanos. Los nahuas adoraban infinidad de deidades femeninas y determinaban sus atributos mediante razones complicadas. Las diosas se desplegaron en diferentes advocaciones: Tonatzin, Coatlicue y Cihuacoátl. Dentro de estas la Coatlicue fue una diosa con capacidad de síntesis y elementos afines de otras deidades logrando una ambigüedad de significados. El indígena dada su experiencia histórica tuvo facilidad para asociar su existencia a los poderes de diferentes númenes y ampararse bajo su protección. Por esta razón no será difícil asociar su existencia a María. Lo único que no aceptaron era racionalizar la falsedad e inexistencia de sus dioses. Se dieron las condiciones para una transmutación: María por Tonatzin..
EL TEMPLO.
En el monumento y la decoración de la iglesia se pueden seguir diferentes momentos. El retablo principal y los dos colaterales son de la misma época. En las zonas de los retablos colaterales las aplicaciones de estuco son de diferentes momentos. La más antigua y la mejor realizada es la que ocupa la bóveda del ábside. El sotocoro que tiene un estucado de características diferentes, debió ser lo último en decorarse. De lo más reciente es el ciborio de la Virgen. Se trata de una construcción coronada por un chapitel que remata con la figurita espada en mano de San Miguel. Tonatzin esta rodeada de angelitos y amorcitos que retozan entre follajes y guirnaldas por todas direcciones.
El templo actual tiene planta de cruz latina y testero hexagonal. Los nichos se excavan en el muro de la fachada y dan abrigo a las estatuas guardianas de San Pedro y San Pablo y en un nivel superior la imagen de la Virgen María. Son figura absolutamente populares, hechas de ladrillo y argamasa, pintadas sobre la cal con vivos colores que hacen juego con la policromía que se despliega en el paramento. Pedro y Pablo son idénticos. Ambos son ancianos barbiblancos, vestidos con túnicas y estolas, llevan bajo el brazo izquierdo grueso libro y en la mano derecha debieron estar las llaves y la espada. La virgen es una Purísima portando una flor a la diestra y con la izquierda al niño Dios. La criatura viste pañalito azul, bendice con una mano y con la otra, lleva como si nada, el mundo, figurado con su crucecita arriba.
El interior del templo es el mundo de la felicidad de María, totalmente abigarrado de ornamentos, de rostros, de flores, de cochas y santos.
En la parte baja del coro se encuentra una ornamentación que se hizo hacia 1900 y representa una orquesta infantil, ocupando los ocho segmentos de la bóveda del sotocoro. Al centro esta un medallón donde asoma la figura de la Inmaculada Concepción, y a partir de este motivo central se extiende la decoración formando una especie de resplandor que se va a perder en las fajas de follajes que la dividen en ocho segmentos. Otra faja virtual cuyo aspecto visible es la corona de dieciséis cabecitas infantiles de los músicos.
Trasponiendo la sección del sotocoro, se entra a la nave del templo y se distinguen dos planos en la ornamentación: uno que se despliega en las alturas y es un mundo de fantasía y el otro es del mundo común y corriente.
En la nave del templo se tienen tres secciones situadas entre el imafronte y el crucero. En el lado norte esta San Sebastián en el opuesto la Sagrada Familia. En la tercera sección están colocados retablos dorados, de excelente factura criolla y en ellos las conchas se suman a la hojarasca.
Uno de los colaterales esta dedicado a San Juan Nepomuceno que aparece dentro del guardapolvo, como imagen casi real, que viste sotana y roquete, y las figuras que lo acompañan corresponden a los santos jesuitas Estanislao de Kotska, Luis Gonzaga realizadas en excelentes estofados. En la parte superior hay dos medallones sobre los que resaltan los bustos de Estanislao de Thiene y San Francisco Xavier.
El otro colateral dorado exalta la devoción a San Antonio de Padúa con el niño y el ramillete. A los lados de esta imagen están colocados la imagen de San Francisco de Asís, de noble semblante barbado y la de San Diego Alcalá. Al centro del retablo, sobre la imagen del Santo de Padúa esta la de San Antonio Abad, y la del otro lado es la de San Bernadino.
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