Totalitarismo Japones

‘TOTALITARISMO JAPONÉS’

Para hablar del tema propuesto en este ensayo primero se debe saber que es un gobierno totalitario; los gobiernos totalitarios son la base o el nombre que se le otorga a todo aquel régimen nacional, en el cual, el gobierno tiene el poder de suprimir, usar y mandar a su antojo al pueblo correspondiente, basándose principalmente en el poder militar. No podemos dejar de notar que esto fue mundial, y que el totalitarismo abarco diversas naciones en diversos sitios del mundo.

En el caso especial del llamado ‘totalitarismo japonés’ o mejor conocido como ‘militarismo japonés’, sus posturas no solo eran extremamente contrarias, sino que en algún momento, o en ciertas cosas, tenían partes en común a tal grado que eso creaba un conflicto ligeramente bélico entre ambos. El militarismo en Japón fue una época difícil para la ciudadanía, se encontraban temiendo de sus propias familias y no se podían centrar en alguna postura, solo temían perder sus pocos bienes.

En este periodo, llevado a cabo durante la era meiji, gozaba de dos poderosos bandos: los de ultraderecha, que eran aquellos conservadores ricos, los patriotas y los pocos y muy respetados internacionalmente, samuráis que formaron pequeñas asociaciones donde se dedicaban a planificar en contra de la otra postura; el militarismo, era el contrincante principal de los conservadores, ya que al estar basado en la apertura al exterior de Japón, pero sin perder el control total del país, creaba problemas para aquellos que pensaban que la nación debía conservarse cerrada sin permitir el paso a ningún tipo de influencia extranjera. Poco a poco los bandos fueron incrementando sus problemas, los conflictos se hacían más peligrosos y más gente se inmiscuía a la lucha.

Japón firmo tres pactos durante este periodo totalitario, ‘el del desarme’ (llevado a cabo en Washington) donde planeaba calmar ansias en ambos lados, el ‘Pacto Briand-Kellogg’, donde renunciaba a su actual situación bélica y establecía un orden para evitar más matanzas y ‘el tratado naval de Londres’ donde, al ver su casi victoria el totalitarismo, acordó dejar pasar los navíos ingleses sin ninguna repercusión y juraron que los nacionalistas no atacarían ninguna de sus naves. Al crear el ultimo pacto, la postura nacionalista comenzó ataques cada vez más especializados y a la vez más escandalosos, donde las fricciones les llevaron a incendiar un buque de víveres ingles, y el inicio de un conflicto secretamente bélico de ambas partes que con el pasar de un año, se convertiría en batallas sangrientas por todo el territorio nipón.

La sociedad del dragón negro( Kokuryukai) era una de las más importantes dentro del ámbito oscuro de los profesionales samuráis, que en todos los rincones escondidos del país, tenían planes pro-guerra para acabar con el enemigo invasor. El pensar de los samuráis era serio, muy inteligente y estructurado, pero su nacionalismo extremo era a tal grado, que los llevaba a realizar acciones de forma drástica que llegaron a dañar a la población japonesa inocente.

El gobierno, al no quedarse con las manos cruzadas, empezó a enviar infiltrados en las fuerzas nacionalistas, los cuales, si eran descubiertos, tendrían un deshonroso destino y una muerte cruel. Este periodo fue de las peores épocas de la era meiji y de la nación, puesto que no solo cobro muchas vidas, sino que demostró que el pueblo japonés puede tener momentos disfuncionales y de desunión, lo que en tiempos futuros, no sería útil ante el caso de alguna posible guerra.

Al paso de los años, al ganar la batalla los militares e incluirse de forma total el ‘militarismo’ a Japón, el país que estuvo excluido comenzó su ascenso internacional en solo 60 años, sobrepasando el nivel intelectual, científico, electrónico, bélico, económico y político de muchas naciones ‘abiertas’ desde mucho más tiempo. El gobierno japonés actualmente, honra con monumentos y recuerda en templos a aquellas personas que dieron su vida por esta batalla, ya que varias personas eran civiles y algunas otras no tenían dobles intenciones con sus acciones. El gobierno totalitario fue cruelmente rechazado por la sociedad, que se rebeló de nueva cuenta obteniendo la victoria y derrocamiento de las familias reales y estableciendo el primer gobierno ‘republicano’ a elección popular.

Analizando un poco los hechos, las relaciones que Japón adquirió después de su apertura mundial, fueron entera y fielmente a Inglaterra, nación que se encontraba muy interesada en los bienes japoneses en esos momentos y lo veía como una posible colonia. Los miembros militares, de una forma muy ambiciosa, quisieron crear una nación que pudiese alimentarlos por generaciones sin tener la necesidad de crear un esfuerzo más grande, mientras que los antiguos samuráis luchaban por obtener de regreso su respeto.

Según mi investigación, aquellos hombres llamados por el ‘sama’ después de su nombre o apellido, eran seres que demandaban alto respeto y en su mayoría, eran samuráis. Con el comienzo del conflicto, el gobierno desarmo a todos los samuráis, dejándoles casi inválidos para defenderse y con un sentimiento de venganza. Podría creerse que todo este alboroto fue causado por el orgullo de la alta elite samurái, aunque las pruebas demuestran que estos realmente querían apoyar al país y evitar una esclavitud del pueblo por parte de los foráneos, se ha escuchado por las palabras del gran samurái jefe de los dragones negros “cuando el gobierno abra las puertas, el shinigami mayor entrara y devorara los poros de toda la nación” haciendo connotación en demostrar que, al permitir el paso de los extranjeros, solo traerían muerte (shinigami es un dios de la muerte en Japón) y acabarían con los recursos agrícolas y los convertirían en industriales para consumir la naturaleza japonesa.

Las creencias de esa época tenían inquieta a la ciudadanía, muchas mujeres fueron usadas como espías dentro de las casas de los grandes señores militares y algunas llegaban a quedarse en puestos traicionando a los nacionalistas. La confianza en esos días estaba perdida, el grupo que decaía, los nacionalista, se encontraban arrinconados a causa de la cruel realidad que Vivian: poco a poco, el pueblo japonés fue deseando que su país se abrieran al mundo, y comenzaban a tener gestos amables con aquellos pocos extranjeros que podían pasar al país. Era un poco gracioso ver los esfuerzos inconmensurables que hacían los nacionalistas, ya que llegaron a cortar lenguas a las personas que permitiesen el mapa completo de la nación a un extranjero y aun peor si se lo otorgaban, porque el ‘soplón’ perdería la vida.

Viéndolo desde un lado más personal, si alguien en estos tiempos se encontrase en una situación similar no sería

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