Trabajo sobre el voleibol playa.

Después del fin de la Primera Guerra Mundial, hubo una etapa que se denominó “Los felices años veinte”, un tiempo de optimismo y alegría. Con la derrota de Alemania y la creación de la Sociedad de Naciones se pensó que nunca más volvería a repetirse una confrontación mundial a gran escala como la que acababa de suceder, lo que no imaginaban era que el Tratado de paz de Versalles en lugar de crear un clima de reconciliación entre las naciones, fomentaría la humillación y el resentimiento de Alemania. Durante este período, Los felices años veinte, se inició la reconstrucción de Europa gracias a los préstamos concedidos desde los Estados Unidos, el trabajo no faltaba y  se empezaron a aplicar avances tecnológicos a la vida cotidiana que hicieron que hubiera esperanzas de progreso. Los años que siguieron a la Primera Guerra Mundial fueron un momento de euforia y alegría en Europa, y por eso se conocen como los felices años veinte. Sin embargo, esta felicidad no era compartida por todos. Alemania, que era una gran potencia mundial, estaba pasando por una enorme crisis económica y vivía humillada tras su derrota en la Primera Guerra Mundial por un tratado de paz muy duro. Para Alemania los años que siguieron a la Primera Guerra Mundial fueron años tormentosos y llenos de dificultades para toda la población. Aunque se había constituido un gobierno republicano democrático,  el paro, y la inflación* tenían a la población muy descontenta, y aún más desde 1929, en que el caos económico se agudizó. Fue en esta situación cuando apareció un líder carismático que prometió devolver la grandeza perdida a Alemania: Adolf Hitler. Hitler había fundado en 1921 el Partido Nazi. Su ideología era ultranacionalista, y decía defender a las clases trabajadoras y clases medias alemanas frente al comunismo y al capitalismo. Gracias a una hábil propaganda fue ganando apoyo entre las clases medias alemanas, desesperadas por sus malas condiciones de vida; entre los grandes empresarios, que empezaron a financiar al Partido Nazi para evitar el comunismo; e, incluso también de la clase obrera, muy castigada por el paro. En las elecciones de 1932 Hitler consiguió obtener la mayoría parlamentaria, después de tener 6 millones de votos a favor y fue nombrado presidente de gobierno de Alemania en 1933. Nada más coger las riendas del poder, Hitler procedió inmediatamente a prohibir y disolver todos los partidos políticos, excepto el Nazi, y asumió poderes de dictador supremo, adoptando el título de führer (líder o guía) y proclamó que Alemania era de nuevo un Imperio, “el Tercer Reich”. Hitler hizo de Alemania una Alemania nazi, con la cual ordenó la superioridad de la raza aria y comenzó una política de persecución contra todos los alemanes que no consideraba puros: judíos, gitanos, homosexuales y deficientes mentales. Algunos de los que más sufrieron fueron los judíos, se vieron privados de sus derechos como ciudadanos alemanes, luego perdieron sus bienes y propiedades, incluso  fueron apartados de la población y confinados en campos de concentración*. Todo esto lo he podido ver en el libro, se refleja muy bien el odio, repugnancia y temor que sentían hacia las personas judías, simplemente porque no tenían sus mismos rasgos o porque tenían diferentes pensamientos. Además de asesinar a todas aquellas personas que no consideraba alemanes puros simplemente por tener otro origen, también mataban a personas de su misma raza, a todas aquellas que tenían ideas o pensamientos contrarios a la ideología nazi. Rompió con todos los tratados de Paz firmados por Alemania tras la Primera Guerra Mundial e inició el rearme de Alemania (ya que con el Tratado de Versalles se había prohibido tener más de cierto número de armas) y el incremento de su ejército. Los nazis, también, fomentaron una potente industria de armamento  y un amplio programa de obras públicas (construcción de autopistas con fines militares) que a la vez creaba puestos de trabajo, consiguiendo eliminar por completo el paro de Alemania. Con todos estos cambios que supuso la subida al poder de Hitler la economía alemana mejoró. Finalmente, Hitler proclamó el derecho de Alemania a recuperar cualquier territorio cedido tras la Primera Guerra Mundial en el que habitaran personas de lengua alemana y el derecho del pueblo alemán a conquistar territorios para satisfacer sus necesidades de materias primas. Para ello Hitler firmó con Mussolini un pacto militar aprovechando la Guerra Civil española, que acababa de comenzar en 1936, como campo de entrenamiento para sus tropas que se preparaban ya para una nueva guerra mundial. Este fue el principio de la peor pesadilla de la historia: La Segunda Guerra Mundial.

La novela refleja muy bien ese sentimiento de odio y rechazo que sienten los alemanes hacia los judíos. Por ejemplo cuando Konradin le explica a Hans que nunca le ha presentado a sus padres porque su madre les teme y les tiene mucho miedo. Al principio de la historia no podemos ver ningún rasgo del pensamiento nazista pero poco a poco ese pensamiento se va metiendo como un pequeño rumor en la cabeza de todas las personas, ya sean grandes o pequeñas, y acaba haciendo de ellos otras personas totalmente diferentes, personas que prefieren ver a las personas sufrir o morir antes de seguir estand con él.

EL MITO DE CASTOR Y POLUX

En la novela, Bollacher, un compañero de clase de Hans y Konradin, les empezó a llamar Castor y Pólux. He buscado información para así poder entender el porqué de ese apodo y he encontrado que se refería a una leyenda mitológica.  

Cástor y Pólux fueron hermanos gemelos nacidos de la misma madre, Leda, pero de distinto padre. Cuenta la leyenda que Leda era una mujer muy bella, tanto que el propio Zeus la deseaba. Un día, mientras caminaba junto al río Eurotas, se encontró con un hermoso cisne que escapaba del ataque de un águila. Leda lo protegió y se dejó seducir por éste, que resultó ser el propio Zeus transformado. Esa misma noche Leda también se unió a su esposo y como consecuencia, puso dos huevos: de uno nació Pólux, hijo de Zeus inmortal; del otro, Cástor, hijo mortal de Tindáreo. Los hijos de Leda fueron protagonistas de grandes mitos y leyendas y han sido honrados tanto en la mitología griega como en la romana. En uno de sus muchas batallas, el héroe Cástor cayó mortalmente herido. Roto de dolor Pólux, pidió a su padre Zeus la venia de que Cástor pasara un día en el Olimpo, para luego él visitarlo en el Hades. Y así se hizo. Esta fuerte unión fraternal, y su disparidad de caracteres hicieron que se identificaran con la Constelación de Géminis, constituida alrededor de dos estrellas que brillan sobre todas las demás. He podido deducir que los llamaba así por su gran y fuerte amistad.

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