Tradicionews
Enviado por oneydi • 11 de Junio de 2015 • 747 Palabras (3 Páginas) • 126 Visitas
EL PASTOR MENTIROSO
Estaba un pastor de ovejas junto con su rebaño, el cual comenzó a gritar con todas sus fuerzas: "¡Auxilio! ¡Auxilio! El lobo viene por mis ovejas". El pueblo, dejando a un lado todos sus quehaceres, acuden al llamado del joven, para darse cuenta que no es mas que una chanza pesada.
El joven vuelve a hacerlo una segunda vez, y temiendo el pueblo, volvió. Sin embargo, nuevamente no era mas que una burla. Luego gritó de nuevo, siendo esta vez verdad que el lobo estaba atacando, sin embargo el pueblo no creyó en sus gritos, por lo que la fiera terminó devorándose el rebaño.
Moraleja: Mentimos y mentimos, y perdemos la confianza que los demás tienen en nosotros. Cuando digamos la verdad, no nos creerán.
Fabula el Jilguero Tímido
Había una vez un Jilguero que no quería cantar. Todas las demás aves se preguntaban por qué no quería cantar, y el siempre les respondía: "Jamás cantaré para ser objeto de burla."
Un día, un Perico se le acercó al Jilguero para decirle: "¿Por qué tienes miedo? Canta, que nadie se reirá de ti." Sin embargo, el Jilguero no quiso cantar, ni tampoco le respondió nada al perico. Luego llego una Cotorra y también se le acercó al Jilguero y le dijo: "Te escuché una vez mientras cantabas en el bosque. ¡Tus cantos son hermosos! ¿Por qué no quieres cantar ahora?."
Aún así el Jilguero siguió sin decir nada. Hasta que finalmente se le acercó un Ruiseñor y comenzó a cantar de una forma muy hermosa. Sin embargo, el Jilguero siguió con apatía, así que le preguntó: "Jilguero, ¿por qué no te unes a mi en canto? Haríamos un gran dúo." Y el Jilguero le confesó sus miedos al Ruiseñor. Y este le dijo: "No importa si cantas bien o mal, eso es asunto tuyo. Pero si no cantas, ni si quiera para ti mismo, entonces no eres un Jilguero, ni eres nada."
Fabula la familia Topo y el Lirón
Cuenta la historia, que una pequeña familia de Topos era vecina a un Lirón. El señor Lirón era un poco amargado, y un día un Topito fue a la casa del Lirón y le preguntó:
- Buenas, señor, mi mamá se preguntaba si podría usted prestarnos un kilo de harina para preparar un pudin.
El señor Lirón, muy amargado y casi sin querer hacerlo, le dio el kilo de harina y le enfatizó mucho en que le debían un favor. Mas tarde, ese mismo día, regresó el topito a la casa se su vecino, pero está vez pidiendo medio kilo de azúcar. El Lirón, bastante indignado, con rabia y a propósito le entregó al topito medio kilo de sal sin decírselo.
Unas horas mas tarde, llegó toda la familia Topo a la casa del vecino. Cuando el señor Lirón abrió, vio a toda la familia con un enorme pudin diciendo:
- ¡¡FELIZ
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