Tratado De Westfalia
Enviado por julioceorm • 7 de Noviembre de 2012 • 1.223 Palabras (5 Páginas) • 645 Visitas
a. el sistema westfaliano
Tratar el discurso sobre lo internacional desde su historicidad implica afirmar que lo
internacional no ha existido desde siempre y que tampoco existirá para siempre. Pese a los
debates que se plantean en algunos de los manuales de la disciplina sobre si se puede hablar
de relaciones internacionales en la sociedades antiguas, lo cierto es que el surgimiento del
discurso sobre lo internacional está estrechamente ligado a la conformación del Estadonación
moderno y al establecimiento de un sistema de estados nacionales en Europa durante
los siglos XVI y XVII. El sistema westfaliano surge, en efecto, del derrumbe del proyecto
medieval europeo de un imperio universal, el cual era una fusión de las tradiciones del
imperio romano y de la iglesia católica. En lugar de un imperio aparece un grupo de estados
equiparables en poderío. “Cuando diversos estados así constituidos tienen que enfrentarse
entre sí, sólo hay dos resultados posibles: o bien un Estado se vuelve tan poderoso que
domina a todos los demás y crea un imperio, o ningún Estado es lo bastante para alcanzar esa
meta”3. Ello planteó el problema acerca de cómo lograr la convivencia entre iguales en
ausencia de una autoridad suprema. De allí surge el sistema de equilibrio de poder, el cual
buscaba limitar la capacidad de unos estados para dominar a otros y, con ello, el alcance de
los conflictos. No se trataba entonces de eliminar las guerras y alcanzar una paz permanente,
sino, más bien, de lograr un cierto grado de estabilidad en un mecanismo de pesos y
contrapesos.
3 KISSINGER, Henry, La Diplomacia, México, FCE, 2000 (5ª edición), p. 15. 155
La paz de Westfalia fue el resultado de la Guerra de los Treinta Años causada por el proceso
de Contrarreforma a principios del s. XVII; la guerra se produjo a raíz del intento de
emperador Fernando II de revivir la universalidad católica, suprimir el protestantismo y
establecer un dominio imperial sobre los príncipes de Europa central. Los Habsburgo
intentaban consolidar el Sacro Imperio romano germánico como la potencia dominante en el
continente bajo la égida de la religión católica; en contraste, la política de raison d’état
seguida por Richelieu anteponía el interés nacional de Francia a las filiaciones religiosas.
Mientras para el emperador Fernando II el Estado estaba al servicio de la religión, para
Richelieu, en cambio, la religión debía subordinarse al interés del Estado.
El Tratado de Westfalia que puso fin a la confrontación religiosa le otorgó la soberanía a los
pequeños estados de Europa central y, con ello, volvió inviable el Sacro Imperio Romano
Germánico. De acuerdo con el Tratado, el Emperador no podía reclutar soldados, recaudar
impuestos, hacer leyes, declarar la guerra o ratificar los términos de la paz sin el
consentimiento de los representantes de todos los estados que conformaban el Imperio. De la
Guerra de los Treinta Años los gobernantes europeos sacaron dos lecciones: la primera
consistió en que se respetaría la elección religiosa que hiciera cada país; se admitió que el rey
(y no la Iglesia) sería la suprema autoridad religiosa en su propia nación. Este acuerdo
confirmó que el territorio era el requisito clave para tomar parte en la política internacional
moderna, conformando el concepto de Estado territorial. La segunda lección provino de la
peligrosidad de apoyarse en ejércitos mercenarios, lo cual dio lugar a la conformación de
ejércitos nacionales, comandados y financiados por los monarcas. Ello suscitó a su vez la
necesidad de organizar las finanzas públicas y crear una burocracia civil para administrar las
nuevas fuerzas y los recursos necesarios para sostenerlas4.
Los estados modernos se construyen entonces en ruptura con el principio universal religioso
de la Edad Media. El concepto medieval de moral universal fue reemplazado por el de interés
nacional sustentado la raison d’état, y la nostalgia de una monarquía universal fue desplazada
por la doctrina del equilibrio de poder. Esta doctrina se contrapuso a la tradición universalista
apoyada en la supremacía de la ley moral. El problema que heredan las relaciones
internacionales a partir del modelo
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