Tributos Universales
Enviado por jmorron • 22 de Abril de 2013 • 1.896 Palabras (8 Páginas) • 1.155 Visitas
TRIBUTOS UNIVERSALES ANTIGUOS
Los tributos son tan antiguos como el hombre, su origen se remonta a los albores de la humanidad y su aparición obedece a la religión y/o a la guerra y el despojo. Los impuestos nacen como un mecanismo de búsqueda de nuevos ingresos y su origen se remonta a la era primitiva cuando los hombres entregaban ofrendas a los dioses a cambio de algunos beneficios. Fueron empleados inicialmente por la Roma antigua, pasando luego por la civilización griega, América (culturas indígenas como la Inca, Azteca y Chibcha), Europa hasta llegar al nuevo mundo.
Con respecto al origen religioso de los tributos, puede decirse que es el más antiguo de la tributación y da respuestas a necesidades como: calmar a sus dioses, atenuar temores, manifestar agradecimiento con ofrendas en especie o mediante sacrificios humanos o animales.
Con la evolución de las sociedades los tributos por aspectos religiosos se fueron transformando en imperativos debido al surgimiento y crecimiento que adquiere la clase sacerdotal, y que le permitió adquirir gran poder económico y social, incluso llegando a promover la defensa de los peregrinos o convertirse en un agente financiero europeo.
Ahora bien, hablando del origen guerrero, este se manifiesta como parte del espíritu batallador que ha sido permanente en el ser humano desde sus orígenes, y que le llevó a organizarse en sociedades guerreras, que viven y se enriquecen basadas en la lucha y apropiación de bienes de quienes eran vencidos.
Los vencidos perdían sus posesiones (animales, cosechas y principales bienes) para pagar tributos a los vencedores, adicionalmente, sus prisioneros se convertían en esclavos, y en general, el pago se convertía en un medio de generación de industria porque se tenía tanto el capital como la mano de obra.
Adicionalmente, al evolucionar la humanidad también lo hace la guerra convirtiéndose en impositiva para el vencido.
El tributo se toma de manera diferente en varias culturas tales como en la cultura egipcia, donde se dice que durante los varios reinos de los faraones egipcios, los recaudadores de tributos eran conocidos como escribas. En un período los escribas impusieron un tributo en el aceite de cocina. Para asegurarse de que los ciudadanos no estaban burlando el tributo, los escribas auditaban las cantidades apropiadas de aceite de cocina que eran consumidas, y que los ciudadanos no estaban usando residuos generados por otros procesos de cocina como sustitutos para el aceite gravado.
Algunos ejemplos de tributos antiguos son:
1. Tributo de Indios: Estuvo asociado en un primer momento a la encomienda. Constituía una suerte de capitación, es decir de impuesto personal independiente de la riqueza o ingresos del individuo. El tributo se tasaba periódicamente en dinero o en frutos, y en un primer momento lo percibieron los encomenderos. Desde 1631 se dejaron de conferir encomiendas y el indio empezó a pagar su tributo directamente a la Real Hacienda. El impuesto de indios comenzó a declinar en la misma proporción en la que comenzó a aumentar el mestizaje en América. En una primera instancia se exceptuó a los mestizos del pago del tributo; posteriormente, en 1729, el impuesto se abolió por completo. Esta renta llegó a ser, en su momento, una de las más importantes en el Nuevo Reino de Granada.
2. Bula de Cruzada: Ésta constituyó un segundo impuesto directo.
Su origen se remonta al siglo XI, cuando se autorizó a la Corona española para recabar, con carácter obligatorio, una especie de limosna, que tenía por objeto financiar la lucha contra los moros, y, como su nombre lo sugiere, para financiar las Cruzadas, que tenían como propósito recobrar el control de la ciudad de Jerusalén. En 1578, el Papa Gregorio XIII extendió a las Indias Occidentales esta prerrogativa, aunque ya el origen del tributo, habiendo terminado la lucha contra los moros, había quedado superado. La bula de cruzada era pagada por la comunidad, y a cada una de las ciudades importantes de los virreinatos se le asignaba una suma que debía aportar para este propósito.
3. Medias Anatas: En un principio, los beneficiarios de oficios eclesiásticos debían pagar a la Real Hacienda la mitad de sus ingresos durante el primer año, constituyéndose en lo que se denominó media anata eclesiástica. Más tarde, Felipe IV extendió este pago a los receptores de oficios y cargos de cualquier origen, lo que se conoce con el nombre de media anata secular.
4. Mesada Eclesiástica: Consistía en la obligación de aportar a la Real Hacienda un duodécimo de los beneficios obtenidos por el ejercicio de algún oficio eclesiástico. Dicho en otras palabras, los clérigos debían remunerar, con el equivalente a un mes de ingresos, a la Real Hacienda. El beneficio de detentar algún cargo eclesiástico, que a su turno comportaba remuneraciones y beneficios de índole económica, se gravaba a través de este tributo directo.
5. Otros impuestos a los eclesiásticos: Pueden mencionarse, entre éstos, los llamados espolios, que consistían en que los bienes de los arzobispos y obispos, al morir, pasaban a la Real Hacienda. También, se pueden mencionar las llamadas vacantes mayores, que consistían en que las rentas del oficio eclesiástico, entre el fallecimiento del titular y el nombramiento del sucesor, las percibía la Real Hacienda. Por último, se deben mencionar los llamados subsidios eclesiásticos. El clero, en principio, estaba exento de impuestos, pero para atender a ciertas urgencias del reino se establecieron subsidios o gravámenes esporádicos a los eclesiásticos. Subsistió con carácter permanente el que se conoció con el nombre de subsidio de galeras, que era un gravamen destinado a mantener la flota de galeones que cuidaba las costas españolas de los ataques berberiscos.
6. Enajenación de oficios o cargos públicos: Éste
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