Triptofanito

TRIPTOFANITO EN LA CÉLULA, EL VIAJE CONTINÚA

Hay historias que ocurren en lugares fantásticos como un bosque encantado, o en sitios reales como una ciudad igual que la nuestra. Esta historia sucede en sitios que son a la vez reales y fantásticos. Así comienza la segunda historia de Triptofanito con Lisina, Ellos ya se encuentran en el cerebro del granjero donde Trip, da por hecho que ya lo sabe todo entonces una neurona lo pone a prueba para asegurarle que aún le quedan muchos secretos que conocer dentro del cuerpo humano que es en la células, lo lleva por un viaje dónde conocerá mucho más. El libro dice un frase que me agradé mucho la cual va así: “El cuerpo humano es como una cosa, las células son como los ladrillos y esas estructuras son como el cemento que une a los ladrillos” al decir esas estructuras se refiere a la membrana celular que es la guardiana de la célula y las células son los ladrillos para mantener al cuerpo humano vivo, sin las células no existiríamos así de simple y sencillo. A lo largo de su camino descubren nuevos amigos e innumerables misterios pero ninguno tan sorprendente como los que atesora el Núcleo Celular. Allí, un anciano jocoso y bonachón, el Ácido Desoxirribonucleico (ADN), les revela el enigma que guarda en los rizados bucles de su barba: con ellos es capaz de crear un dinosaurio, una rosa, un oso polar, un simio o un ser humano, y decidir si el burro tendrá dos orejas, el ciempiés cien patas y si la naranja será anaranjada. Es la parte que decide la proporción y aspecto del ser vivo donde se encuentran. Conocen al retículo endoplásmico que es una flexible arquitectura y permite el paso de sustancias que viajan por el interior de la célula, retoman el tema de las células, las proteínas, enzimas y explicaciones de muchos más amigos que han conocido para así entender muchísimo más su funcionamiento,

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