Un Viaje A Una Bella Tierra

Un viaje a una bella tierra.

Vincent era Francés, el era de un pueblo llamado Urrugne al sur de Francia. A él le encantaba cocinar y sobre todo viajar; eran sus dos cosas favoritas. En efecto, había viajado por toda Europa. Había conocido Italia, el país de la pizza y la pasta; también España donde hacen muchos platos de mariscos riquísimos. Sin embargo, todas esas culturas eran muy parecidas a la cultura Francesa, pues era Europa. Vincent deseaba experimentar otras cosas, otras comidas y otras culturas. Optó por ir a Asia primero, este era un continente muy diferente, pero su hermana quien se había casado con un salvadoreño le comento que el país de su esposo era muy bonito, pintoresco y alegre. Vincent se convenció se ir a El Salvador, además no tendría que pagar hotel, podía quedarse con la familia de José, su cuñado.

Fue así que empezó su aventura hacia América para conocer el hermoso país tropical. Tenía mucho por descubrir. Compró su boleto de avión para un largo recorrido, un viaje muy pesado y cansado. Vincent tenía tres días para hacer su maleta ya que su vuelto partía en poco tiempo. Decidió llevar una maleta ligera, solo empacó lo esencial: la pasta de diente con su cepillo, jabón y shampoo, rasuradora, diez cambios de ropa y cinco pijamas. Pero lo más importante que llevaba en su maleta era su inseparable diario donde anotaba todas sus experiencias tal como lo que le sucedía desde que empezaría el viaje hasta todas las recetas que preparaba cuando cocinaba.

Finalmente llegó el día de su partida hacia El Salvador. Su hermana lo llevó al aeropuerto y ahí se despidieron. Llegó al avión, se sentó en el cómodo asiento y sacó su diario en el cual empezó a escribir.

Hoy es viernes 22 de junio de 2013, este día empezó mi aventura. No sé cómo será El Salvador; decidí mejor no buscar fotos del lugar en internet para poder sorprenderme al llegar en el famoso bello país. Lo único que sé es que todos ahí hablan español. Esto es algo bueno porque Urrugne está a solo 2 kilómetros de España y mis padres solían llevarnos muy seguido ahí a pasear por lo que al final terminamos aprendiendo español. También se que es un país cálido lleno de montañas y playas muy hermosas, según lo que escuche de José. Espero que el otro avión no tenga tardanzas, o tendré que comer en Paris, mi próxima escala. Dicen que la comida es rica en Paris pero muy cara.

Vincent llegó a Paris, se bajó del avión y luego tuvo que ir a traer su maleta y volver a registrarse en su próximo vuelo a Washington. Después de todo esto, fue a un restaurante llamado “Voilá”. Esperando su vuelo comió un omelette con tomate, queso y jamón; el cual a su criterio era el mejor que había probado. Después, iba en su nuevo vuelo destino a Washington. El viaje fue aun más largo, pero no lo sintió ya que se durmió. Además, todo pasó muy rápido y pudo llegar a El

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