VANGUARDIAS DEL S XX (Concepto e historia)

VANGUARDIAS DEL S XX

(Concepto e historia)

En la segunda mitad del SXIX las distancias se acortaron gracias a la invención de nuevos medios de transporte y de comunicación. Los avances tecnológicos a partir de la revolución Industrial, el uso de la  máquina de vapor, la producción masiva y las nuevas ideas del Positivismo se difundieron con rapidez, gracias al gran avance de la ciencia. Lo comprobable por el hombre era lo único válido. Por sus bases empíricas, esta corriente filosófica, rechaza todo lo que no se pueda comprobar desde la óptica humana, a través de laboratorios e investigaciones. Se hablaba del progreso, el que a partir de ese momento se entendió como la invención y descubrimiento de distintos elementos que contribuyeran a prolongar y mejorar la vida humana.

Esta tendencia ya estaba anticipando las características que tendría el SXX.

Los grandes inventos cambiaron la vida del hombre. Ahora, los trenes y los automóviles se desplazaban con velocidad, las grandes ciudades se multiplicaron, se rompe el antiguo equilibrio entre ciudades y zonas rurales; aumentan la producción y la riqueza; la medicina vence las enfermedades infecciosas, antiguo y angustioso flagelo de la humanidad.  La idea de un progreso humano y social imparable genera entusiasmo general: de ahora en adelante dispondríamos de los instrumentos capaces de solucionar todos los problemas. Estos instrumentos consistían -en opinión de muchos- sobre todo en la ciencia y en sus aplicaciones a la industria, y luego en el mercado libre y en la educación. No quedaba otra que avanzar hacia condiciones de bienestar generalizado, en una sociedad pacifica e impregnada de solidaridad entre los hombres.

Los cambios comenzaron a generarse con mayor rapidez y exigieron del hombre una adaptación a los nuevos modelos de vida.

Concepto de Vanguardia

El término “vanguardia” comenzó a utilizarse para hacer referencia a la avanzada de un ejército.  Luego se aplicó metafóricamente a la política y, más tarde, a la literatura y al arte. Teniendo en este último el sentido de posición avanzada, de inconformismo con lo establecido, de exploración precursora y de confianza en la victoria de lo nuevo sobre las tradiciones que intentan parecer inmutables.

Durante la primera mitad del SXIX se utilizo el termino vanguardia aplicado a lo político y a lo cultural para indicar la radicalidad de las propuestas que surgían de estos ámbitos. Así la vanguardia se convierte en un aspecto de la modernidad, ya que si “ser moderno” implicaba “ser innovador” al oponerse a la tradición, ser “vanguardista” era afirmar y extremar esa posición.

Hacia 1920 la vanguardia como concepto artístico ya estaba establecida, designando toda nueva corriente o movimiento cuyos programas estéticos se unían por oposición al pasado, por rechazarlo, y por su culto a lo nuevo. La novedad era buscada como proceso de destrucción de la tradición, se consideraba que revolucionar el arte era un modo de revolucionar la vida.

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