VIDA, PASIÓN Y MUERTE DE EUGENIO ESPEJO.

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Este libro escrito por Marco Chiriboga Villaquirán  es una obra que relata la vida de uno de los próceres de la independencia del Ecuador “Eugenio Francisco Xavier De Santa Cruz Y Espejo”, narra desde sus difíciles inicios para poder estudiar y seguir con sus ideas libertarias hasta el final de este ilustre ecuatoriano.

El primer capítulo  denominado LOS ÚLTIMOS DÍAS, narra cómo Eugenio Espejo expresa sus sentimientos de todo lo que ha tenido que pasar; a su hermana Manuela, él se siente como un hombre libre y da gracias a Dios por eso. Su salud no se encuentra muy bien, está cansado pero su tono de voz sigue siendo ceremonioso, acento que era parte de su identidad; el tiempo que paso en la cárcel acabo con su frágil salud, por lo que él sabía que no tenía mucho tiempo y quiso dejar su testamento. Eugenio Espejo se encontraba en la casa que un día su padre Luis Chusig había comprado para que sus hijos vivan felices, en una de las habitaciones se encontraba Espejo acompañado de su hermana Manuela, José Mejía Lequerica, el notario Mariano Mestanza y los testigos, que iban a dar fiel certeza de la lectura del testamento. El notario comenzó la lectura, en este testamento el Doctor Eugenio Espejo deja como albaceas a sus hermanos Juan Pablo y Manuela, y deja constancia de todo lo que quería que hicieran a su voluntad; al escuchar todo esto, Manuela, no pudo contener su angustia y el dolor que sentía al ver a su hermano muriendo. Es  aquí cundo Eugenio Espejo se transporta a una radiante mañana del 6 de septiembre de 1758, un día que permanecerá en su memoria por siempre.

LA CASA EN LA CALLE MESÓN. Luis Espejo padre de Eugenio, Manuela y Juan Pablo, y esposo de María Catalina; se levantó más temprano de lo normal, por lo que quiso que su esposa le preparare su mejor traje, porque tenía algo muy importan que hacer, iba a la Plaza Mayor, la razón de ir era un secreto del cual solo estaba al tanto Eugenio y por qué ese día significaba tanto para su padre. Luis Espejo pidió a su hijo que le alcance un cofre del cual saco mucho dinero, los dos presurosos contaron el dinero, había mil quinientos pesos, los cuales traerían una sorpresa a la Familia Espejo, los dos se encaminaron a la Plaza Mayor ahí se daba inicio al remante público, en el cual se ofrecía una casa ubicada en la calle Méson, las ofertas comenzaron 600 pesos, 900 pesos se escucharon, 1100 pesos dijo una voz de acento grave perteneciente a Luis Espejo, todo el público perplejo miraba al que llamaban indio ofrecer tanto dinero; el Alcalde comenzó el conteo y de mala manera dijo la casa del Méson es de Don Luis Santa Cruz y Espejo. Luis y Eugenio Espejo corrieron hasta la que ese día era su casa, el hospital en donde el superior era el fraile Joseph del Rosario, buscaron a Catalina y le dieron la gran noticia, el 25 de septiembre de 1758 la Familia Espejo se convirtió en dueña de la casa de la calle Méson.

ESPEJO BACHILLER: LOS PRIMEROS AÑOS. Eugenio comenzó sus  estudios gracias a las gestiones y prestigio de su padre, entró a estudiar en al Colegio San Luis de los jesuitas, a pesar de que le gustaba estudiar, él no era feliz debido a que sus compañeros lo mortificaban. Luis Espejo enseño a su hijo a leer, escribir, le contrato tutores  para que le enseñaran todas las materias de educación primaria, los profesores se sorprendían con la facilidad que el niño tenía para asimilar todo l que le enseñaban, así fue que Luis Espejo solicito al fraile le concediera a su hijo una recomendación para que entrara a estudiar, pero este se negó por algunas oportunidades señalando que los indios no pueden aprender más que a elaborar artesanías o tener oficios como mecánicos, calígrafos o picapedreros; pero todas estas palabras no doblegaron el objetivo que tenía Luis Espejo el que su hijo estudie, su persistencia logro que el fraile aceptara sin ninguna objeción el darle la recomendación. Así transcurrió la vida de Eugenio en medio de discriminación social y más dificultades hasta el momento en que se enfrentó a su examen final, a este asistieron su  padre Luis Espejo y María Catalina su madre; Eugenio se puso de pie y se dio inicio al examen, en el salón de actos se hizo un silencio absoluto al ver que el hijo de Luis Chusig se encontraba parado en frente de todo el público, los profesores hacían una pregunta tras otra, provocando que las personas presentes se sorprendan por las exactas respuestas de Eugenio así fue como consiguió las más altas notas y su título de Maestro en Filosofía.

ESPEJO MÉDICO. El día 10 de julio de 1767 Eugenio Espejo termina su educación en las Universidad de Santo Tomas de Aquino y egresa de la Facultad de Medicina, después de enfrentarse a un largo camino, después de obtenido el título Eugenio tenía que cumplir con dos años de prácticas médicas las cuales las iba a realizar en el Hospital de la Misericordia. Pero el joven doctor no quería terminar ahí sus estudios por lo que decidió iniciar una  nueva carrera de dos años en la Facultad de Teología y Leyes, la razón era que para Eugenio un buen médico debe ser además una persona culta en todas las ciencias.

LAS CAMPANAS DE SANTO DOMINGO REPICAN A MUERTE ¡MARÍA CATALINA ALDAZ LARRAINCAR! María Catalina insistió en hacer su testamento, provocando la molestia de Luis Espejo, asumiendo que era innecesario porque ella se iba a poner mejor al día siguiente; Catalina dejo a su esposo e hijos un total de 4.525 pesos que los tenían que repartir según ella dejo estipulado en el testamento, también dejo libros, utensilios de cocina, muebles y una infinidad de cosas a sus hijos. Luis Espejo preparo todo para que su esposa y compañera sea sepultada a pocos pasos de la casa, para tenerla cerca; él se cuestionaba a si mismo culpándose de la muerte de su esposa y del hecho de que sin ella no podría vivir. La partida de defunción marcaba como fecha el 1 de noviembre de 1761.

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