Weber
Enviado por belensanmon • 8 de Abril de 2015 • Informe • 981 Palabras (4 Páginas) • 186 Visitas
Las corporaciones suministran los medios necesarios para conseguir este cambio
político y social. “En sentido económico, el pueblo se componía de elementos
bastante distintos [...], sobre todo de empresarios por un lado y de artesanos por
otro. Los primeros, al principio, dirigieron la lucha contra los linajes caballerescos;
crearon y financiaron el hermanamiento jurado contra los linajes, mientras que las
corporaciones industriales proporcionaron las masas necesarias para la lucha”73.
Pero no sólo las masas. De estas organizaciones salieron también las clases
intelectuales (juristas, jueces, médicos, etc.). Estos, en calidad de miembros del
pueblo, dieron al pueblo un apoyo técnico administrativo, suministraron los
cuadros dirigentes de una nueva clase política, que logró sustituir a la
aristocrática, destruyendo el monopolio de los cargos públicos, apoyado en el
principio de la admisión en base a la clase a que pertenecían. Una vez más,
Weber pone de relieve que “los éxitos del pueblo se consiguieron a costa de
luchas violentas, a menudo sanguinarias y tenaces”74.
La ciudad que nace de este contraste entre grupos sociales tan diferentes se
presenta a los ojos del estudioso con unas características que no siempre se
verifican en todos los casos concretos. Sin embargo, Weber, por regla general,
aunque tenga en cuenta estas diferencias significativas, logra fijar en un tipo ideal
los caracteres fundamentales que sintetizan las tendencias uniformes y
dominantes. En el momento culminante de esta edad de oro de la ciudad
democrática, el modelo urbano se define en las siguientes direcciones: autonomía
política; reglamento jurídico autónomo de la ciudad como cuerpo propio, de las
asociaciones y de las corporaciones; autonomía en la jurisdicción y en la
administración; poder tributario relativo a los ciudadanos y libertad por lo que
concierne a imposiciones fiscales externas; derecho de mercado y policía
autónoma de la industria y del comercio; 75 actitud particular -diferente según las
ciudades- frente a las clases no ciudadanas (nobleza terrateniente, subalternos del
señor feudal, ciero)76.
En conclusión, cuando se habla de la ciudad en sentido weberiano, se habla de la
ciudad en sentido propio, de la ciudad que decide de forma autónoma 'su vida y
que responde a las exigencias de la entera colectividad urbana -o por lo menos a
las necesidades de la mayoría de los habitantes comprometídos en actividades
económicas- prescindiendo de cualquier privilegio, individual o de grupo,
establecido irracionalmente. Una prueba de todo ello reside en el hecho de que “...
en las típicas ciudades medievales de Occidente el trabajo de los esclavos tuvo
una importancia económica cada vez más reducida, y al final no tuvo ya
importancia alguna. En ningún lugar las potentes corporaciones hubieran tolerado
la formación de una clase artesanal constituida por esclavos que pagaran una
cuota personal a sus dueños, como competidores de la libre industria77”.
Weber reconoce que este tipo de ciudad nace también en función de nuevos
intereses económicos que orientarán su ulterior desarrollo y afirma que, mientras
el ciudadano antiguo era homo políticus, “la situación política del ciudadano
medieval lo orienta hacia el homo oeconomicus”.78 Pero de su análisis se deduce
claramente que las apetencias individuales encuentran un potente obstáculo en la
reglamentación colectiva por parte de las corporaciones.
Nace así la ciudad, se perfecciona un modelo urbano muy diferente de la jaula
burocratizada
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